Exalumnos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) formaron la Fundación 1821 para colaborar con la institución como una forma de retribuir lo recibido. Además de recaudar fondos –mediante crowfunding– para colaborar con la institución, buscan construir una comunidad que reúna a quienes pasaron por esas aulas.

Son más 700.000 graduados y hoy, por ejemplo, no hay una base de datos unificados de todos ellos. La semana pasada fue el primer evento en Nueva York para recaudar fondos y reunir egresados, exalumnos y amigos. Buscan impulsar el capital humano, aportar a la formación y capacitación de los docentes, como también el físico, mejorar la infraestructura y el equipamiento y fomentar alianzas estratégicas.

“Trabajamos de manera independiente, apolítica y apartidaria, manteniendo una colaboración articulada con la UBA”, señalan. No donan el dinero a la universidad, sino que financian proyectos, y a su vez la fundación será auditada por la empresa de consultoría Pricewaterhouse Coopers (PwC).

Los integrantes de la Fundación 1821 junto con las autoridades del rectorado de la UBA

Queremos estimular la vocación por devolver a la institución que te formó que está impulsada en muchos otros países. La idea es hacerlo totalmente transparente y trazable. Estamos trabajando en proyectos super ambiciosos”, dijo a LA NACION Sergio Kaufman, el presidente de la fundación, graduado de Ingeniería Industrial que fue CEO de Accenture.

Entre sus objetivos listan becar profesores en universidades del exterior, financiar proyectos de investigación aplicada, dotar de equipamiento a los laboratorios y/o aulas, proveer materiales para facilitar la investigación e impulsar programas en conjunto con universidades o institutos de investigación de clase mundial.

Proyectos

Entre los proyectos que ya ejecutan se destaca una donación de 90 computadoras a la Escuela de Educación Técnica, en Villa Lugano. Se trata de una escuela nueva, fue creada en 2015, con infraestructura edilicia y de laboratorios donde estudian 500 alumnos que se forman en las ramas de Mecatrónica y TICs (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) de donde ya egresaron 220 técnicos.

La escuela técnica de la UBA, en Villa Lugano

Los ingresantes de las promociones 2024 y 2025 no cuentan con computadoras personales que eran distribuidas por el Plan Igualar, a diferencia de los alumnos de años anteriores, por lo que necesitan 180 computadoras. La primera etapa del proyecto concluyó con la entrega de las primeras 90 por la empresa PwC que serán asignadas a los alumnos de primer año y resta la otra mitad.

También planean la construcción de dos aulas en la Escuela Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Alimentaria, de la Facultad de Veterinaria. Por la dinámica de esta escuela –que tiene 25 años de antigüedad y ha generado 10 promociones de graduados- van rotando por espacios de aulas, taller, laboratorio o campo. Hoy cuentan con 10 aulas, en lugar de las 12 necesarias para las dos comisiones de que ingresan cada año.

“Quienes fuimos formados en la universidad pública nos sentimos agradecidos y honrados por haber tenido la posibilidad de estudiar, de habernos nutrido de los mejores saberes y con los más prestigiosos profesores en diversas disciplinas. Este grupo de orgullosos egresados de la UBA, a través de la Fundación 1821, que debe su nombre al año de fundación de la Universidad de Buenos Aires, nos ofrecen la posibilidad de sumarnos, colaborar y compensar algo de lo que hemos recibido”, dijo el rector de la Universidad, Ricardo Gelpi durante el acto de presentación que se realizó en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho.

La Escuela de Educación Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria, dependiente de la UBA

Gelpi consideró, además, que “esta es una manera de cuidar, reforzar y ratificar nuestro apoyo a la educación pública, gratuita, masiva, con espíritu crítico y compromiso social, manteniendo los más rigurosos estándares de excelencia y prestigio académico”.

“Hoy, donde me toque estar, orgullosamente digo que soy graduado de la Universidad de Buenos Aires y es mi vocación, y la de quienes integramos la Fundación, retribuir a la sociedad lo recibido, generando comunidad y potenciando la excelencia de quienes se gradúen”, dijo Kaufman.

Son 16 los socios fundadores que se definen como “orgullosos egresados de la UBA” y quienes además donaron un monto para la institución. Según cuentan, la idea de formar una fundación independiente para mejorar la calidad de la UBA surgió de un pequeño grupo inicial que fue convocando a otros exalumnos de distintas profesiones.

“Los fundadores compartimos el agradecimiento a la UBA y a la sociedad argentina, que fue la que pagó nuestra formación profesional de excelencia. Intentamos contribuir con nuestra experiencia, contactos y aportes a que la educación pública sea un igualador de oportunidades para todos», dijo a este medio Enrique Cristofani, egresado de la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini y de la Facultad de Ciencias Económicas como licenciado en administración y contador pPúblico nacional que durante treinta años lideró el Banco Santander.

También participan Anna Cohen exalumna de la misma facultad, experta en mercado de capitales. Sumado a los ingenieros industriales Javier Martínez Álvarez, quien desde junio de 2010 asumió el cargo de presidente de Tenaris para el Cono Sur; José Luis Roces, directivo de empresas nacionales e internacionales por 30 años; Javier Goñi, actual CEO de Ledesma que ha ocupado altos cargos en Alpargatas, Swissjust Latinoamérica, Kimberly-Clark y Unilever; Guillermo Viegener, presidente del Grupo Fv/Ferrum; Roberto Alexander, que estudió la licenciatura en sistemas en la Facultad de Ingeniería y trabajó 36 años en IBM, retirándose como presidente y gerente general de esa empresa para la Argentina, Uruguay y Paraguay; Alejandro de León, ingeniero electromecánico egresado de la Facultad de Ingeniería que hizo el Programa de Desarrollo Directivo en el IAE y fue presidente de Oracle de Argentina y director regional de Autodesk de Argentina; Mariano Bosch, ingeniero agrónomo y uno de los fundadores de Adecoagro, y Gerardo Bartolomé, ingeniero agrónomo y miembro de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

Los médicos Carlos Bas, oncólogo jefe del Instituto y del Servicio de Oncología del Hospital Alemán y Silvina Racioppi, especialista en medicina nuclear que encabeza el área de medicina nuclear, imágenes moleculares y terapias metabólicas del Instituto Alexander Fleming.

María Julia Poratelli, arquitecta que formó parte del equipo de diseño del proyecto de Terminal One en el Aeropuerto John F. Kennedy, en Nueva York. Actualmente es gerente de Planificación de Infraestructura en Aeropuertos Argentina. Junto a Berensztein, licenciado en Historia que preside la consultora de análisis político que lleva su nombre e IPS-Latam (International Press Service) y Juan Vaquer, abogado que desde fines de noviembre de 2024 preside Fabricaciones Militares SAU.

Cómo participar

La Fundación 1821 invita a exalumnos, empresas, y cualquier persona que quiera contribuir al fortalecimiento de la educación, a sumarse con donaciones, alianzas estratégicas o participando en sus iniciativas. “Si tenés el mismo amor por la UBA que nosotros y querés devolverle todo lo que te dio, te invitamos a sumarte. Juntos, vamos a hacer a la Universidad de Buenos Aires aún más grande”, convoca su página web.