Cuando Racing asume un partido como una final, acostumbra a estar a la altura de las circunstancias. Lo demostró en 2024, cuando fue un gran campeón de la Copa Sudamericana, como también en algunos de los encuentros que afrontó en la temporada actual: se llevó puesto a Boca en actitud y juego, aplastó -de ida y vuelta- a Botafogo para alzar la Recopa, bailó a Fortaleza en Brasil (lo goleó por 3-0 y hasta se quedó corto) y ganó con autoridad los últimos dos partidos del certamen doméstico (4-1 a Banfield y 2-0 a Aldosivi), para escalar en la tabla y volver a la zona de clasificación a los playoffs.

También había superado con claridad en el primer tiempo del clásico a Independiente, al que derrotaba sólo por 1-0 por las atajadas de Rodrigo Rey, hasta que en el segundo tiempo renunció a buscar el arco rival y lo pagó con el empate de Álvaro Angulo. En aquel derbi conjugó el potencial de todo el peligro que puede causarle a un rival, como también la falta de audacia o apatía con la que sufrió en distintos compromisos de este 2025 y del año pasado.

Esa demostración de dos caras tan opuestas fue un buen reflejo de lo que puede provocar el Racing de Gustavo Costas: es visceral, pasional, agresivo –y muchas veces goleador- en la victoria, pero también desconcertante, ingenuo y exasperante en la derrota. Las caídas con Argentinos, Huracán, Independiente Rivadavia y Bucaramanga sirvieron como testimonio de esas actuaciones negativas.

Sonríe Racing, gracias a Bruno Zuculini, el autor del gol en el 1-0 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, por el Torneo Apertura

Este Racing no pasa inadvertido en la dicha ni en la pena. Ante exámenes de presunta mayor dificultad, muchas veces rindió mejor que frente a compromisos que en los papeles resultaban más accesibles. Con esos vaivenes, motivados por la falta de recambio del mismo calibre para los habituales titulares (agravado por las lesiones), un grado de concentración menor en algunos partidos poco taquilleros y un calendario apretado, la Academia llegó al duelo con Central Córdoba sin margen de error, más allá de encontrarse un punto arriba de su adversario de turno en la pugna por los puestos de clasificación a octavos de final.

Y en el arranque, Racing lo jugó como una final. Salió con absoluta determinación a intentar poner contra el arco a la visita, que tuvo en Alan Aguerre a un baluarte para sostener el cero durante 44 minutos. Transcurridos apenas los 60 segundos iniciales, Adrián Martínez le pegó mordido -casi en la puerta del área chica- y provocó el primer lamento de Costas, quien a la par de sus futbolistas corría a presionar lo más cerca posible del área del Ferroviario. Con la pelota y el territorio a disposición, a partir de los 20 la Academia comenzó a tener más precisión y, así, chances claras. Marco Di Césare desbordó como un wing y se la dio a Luciano Vietto, que la dejó para el ingreso de Bruno Zuculini, cuyo remate fue despejado por Aguerre, que así inició su show de atajadas.

El gol de Zuculini para Racing

El guardameta intervino ante remates de Maravilla Martínez, Maximiliano Salas y –otra vez- Zuculini. Además, Santiago Sosa –de cabeza- y Salas –con un remate apenas elevado- también habían estado cerca del gol. El grito le quedó atragantado a los 43 minutos a Martínez, apenas adelantado en una acción en la que sí lograba vulnerar al arquero, quien un minuto después no podría ante el tercer intento de Zuculini: Bruno, otra vez en posición de 9, hizo lucir a Aguerre tras un cabezazo, pero en el rebote ensayó un latigazo de derecha desde el piso y, por fin, le dio al local el 1-0 que merecía mucho antes.

Con las variantes, se revitalizó Central Córdoba, que tuvo desequilibrio de la mano del colombiano Luis Angulo, quien complicó a Facundo Mura y desalentó sus proyecciones. Sumado al cambio de postura de Central Córdoba, Racing bajó la intensidad tras el gasto de energía realizado en la primera parte, lo que se agravó por la salida de Zuculini y el ingreso de Martín Barrios. De la voracidad, la Academia pasó a la espera y la zozobra, ya que a los 15 Gabriel Rojas tocó la pelota con la mano dentro del área, el VAR lo advirtió y Hernán Mastrángelo revisó y cobró penal.

El penal atajado por Arias

Cuando la noche se podía complicar al máximo, Gabriel Arias apareció en toda su dimensión: se arrojó a su izquierda y contuvo el remate de Leonardo Heredia. Así, el arquero multicampeón con la Academia rompió una racha adversa, celebró atajar un penal por primera vez desde julio de 2021 y sostuvo la preciada diferencia.

El resumen de Racing – Central Córdoba

La tónica del encuentro se mantuvo, con Racing replegado. Paradójicamente, el empate casi llega de un tiro de esquina a favor de la Academia, que ejecutó mal esa acción (como le había ocurrido ante Bucaramanga, en la Copa Libertadores) y le otorgó un mano a mano a Angulo, que se topó con Arias, determinante. Del éxtasis (casi) a la agonía, la Academia ganó un duelo clave, le sacó cuatro puntos a Central Córdoba, se afianza en la zona de playoffs y depende de sí mismo para clasificarse a octavos.

La síntesis

Las posiciones