Después de más de 30 años en cautiverio, la elefanta Pupy llegó este viernes a un santuario ubicado en el estado de Mato Grosso, Brasil, luego de haber sido trasladada desde el Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires. Según informó el Gobierno porteño, el animal arribó al mediodía a su destino en buen estado de salud, tras un viaje por tierra de cinco días.
Pupy es una elefanta africana de 35 años. Había llegado al antiguo Zoológico porteño el 22 de mayo de 1993, durante la etapa de privatización que buscó renovar la colección de animales para atraer visitantes.
Durante tres décadas permaneció en el mismo recinto, primero acompañada por otras elefantas y en los últimos tiempos en soledad, luego de la muerte de su compañera Kuky en octubre de 2024. Su traslado había sido planificado desde hace varios años, pero demoras burocráticas y trámites sanitarios postergaron su concreción.
El viaje hasta el Santuario de Elefantes de Brasil, ubicado en Chapadas dos Guimarães, cubrió un trayecto de 2.700 kilómetros. El traslado se realizó en una caja de hierro especialmente diseñada para elefantes, que fue acondicionada para garantizar su seguridad y bienestar.
A lo largo del camino, el equipo realizó paradas para controlar su estado, alimentarla, hidratarla y permitirle descansar. Según detallaron las autoridades, Pupy no necesitó sedantes y se mantuvo tranquila durante toda la travesía.
La llegada fue transmitida en vivo a través de la cuenta oficial del Ecoparque. Al llegar, Pupy permaneció dentro de su caja, observando el entorno sin ser forzada a salir. Sus cuidadores le ofrecieron cañas de azúcar y sandía, sus frutas favoritas, y le dieron un baño con manguera para ayudarla a refrescarse luego del extenso viaje. En los próximos días comenzará un período de adaptación progresivo dentro del santuario, que se desarrollará según sus propios tiempos.
Durante los últimos cuatro años, el equipo del Ecoparque trabajó en su preparación para el traslado. Este proceso básicamente consistió en entrenamientos diarios para que se acostumbrara a la caja de transporte, a los movimientos necesarios y a los procedimientos médicos sin recurrir a la coerción. También se le realizaron controles de salud y se siguió un protocolo sanitario aprobado por las autoridades de Argentina y Brasil.
Pupy permanecerá en un sector exclusivo para elefantas africanas, que está separado del área donde viven otras cinco elefantas asiáticas: Mara, Guillermina, Rana, Maia y Bambi. Este santuario, gestionado por la organización Global Sanctuary for Elephants junto a Elephant Voices, está preparado para respetar las diferencias biológicas y de comportamiento entre especies. La zona cuenta con doble vallado y una cerca perimetral de seguridad.
La mencionada Mara, una ex compañera de recinto de Pupy, también fue trasladada desde el Ecoparque en mayo de 2020. Aunque compartieron espacio en Buenos Aires, no volverán a encontrarse: viven en sectores distintos del santuario, ya que son de especies diferentes. La misma política se aplica a todos los elefantes que llegan al refugio.
Al mismo santuario habían sido trasladadas en 2022 Pocha y Guillermina, dos elefantas del ex zoológico de Mendoza. Desde la misma provincia partirá hacia Brasil en los próximos meses Kenya, una elefanta de 44 años que llegó al país en 1985, procedente del zoológico alemán “Tierpark Hagenbeck” por canje. Comenzó su entrenamiento especial para el traslado en 2017 y ya está en la etapa final.
Con la partida de Pupy, ya no quedan elefantes en la Ciudad de Buenos Aires. Su derivación fue la número 1.010 desde la transformación del ex Zoológico en Ecoparque, proceso iniciado en 2016 con el objetivo de reconvertir el predio en un espacio de conservación de biodiversidad. Desde entonces, se trasladaron leones, osos, tigres, primates y aves a santuarios y centros especializados en distintas partes del mundo.
“Fue el último animal de gran tamaño que derivamos y ahora tendrá una mejor vida”, afirmó el jefe de Gobierno, Jorge Macri, quien destacó el esfuerzo de las distintas áreas que participaron del operativo junto a organizaciones expertas en fauna silvestre. “Quiero agradecer y felicitar al equipo que trasladó a la elefanta Pupy hasta Brasil, un gran desafío para la Ciudad”, expresó.
El Gobierno porteño señaló que los animales exóticos que todavía permanecen en el Ecoparque son gerontes o tienen impedimentos logísticos que dificultan su traslado. Por eso, el caso de Pupy representa la última gran derivación del proceso iniciado hace casi una década.