Hay un consenso entre músicos, público y crítica: con la publicación de Clics Modernos, Charly García cambió el rumbo del rock argentino. Con clásicos como “Nos siguen pegando abajo”, “No me dejan salir” y “Los dinosaurios”, el álbum editado en noviembre de 1983, configuró un sonido, una estética y resignificó el talento de un artista en estado de gracia en un país que se preparaba para salir de siete años de dictadura.

Por ese entonces, los discos eran considerados una obra integral, de letras, músicas e imágenes que dialogaban entre sí. Y en la portada de Clics Modernos, Charly García terminaba de definir el concepto con el que abrió paso a una nueva etapa para él y, en consecuencia, para el rock argentino. Allí aparece con el pelo corto, la estética en blanco y negro y recostado en la pared de una calle de Nueva York, ciudad donde registró el trabajo en los Electric Lady Studios producido por Joe Blaney. Encima de él, se lee la leyenda “MODERN CLIX” y se advierte una silueta con aires a aquellas con las que las Madres de Plaza de Mayo simbolizaban la búsqueda de sus hijos.

La foto de Uberto Sagramoso que derivó en la tapa de Clics Modernos

El propio Charly contó la historia en una entrevista: “La tapa la hice junto a Uberto Sagramoso”, le dijo a la Rolling Stone local, que consideró al álbum como el segundo mejor de la historia de nuestro rock, solo por debajo del Artaud de Luis Alberto Spinetta. “Al disco yo lo iba a llamar Nuevos trapos, pero en una calle había una figura como la que pintaban acá de los desaparecidos, pero en negro, y decía MODERN CLIX y me pareció un muy buen nombre“, agregó el Bicolor, que aclaró que se trataba del nombre de una banda local.

Como ocurrió con la senda peatonal de Abbey Road y otros sitios urbanos ligados a la cultura rock, la intersección de Walker Street y Cortlandt Alley donde se tomó la fotografía se volvió cita obligada para curiosos argentinos y de otros países de habla hispana seducidos por la obra de García. Y desde noviembre del año pasado, lleva el nombre oficial de Esquina Charly García, resultado de una iniciativa liderada por Mariano Cabrera, un actor y director argentino radicado en la Gran Manzana, quien obtuvo el apoyo formal del consulado de Argentina. Ya sin la histórica pintada que motivó el título del álbum, pero con la misma carga simbólica que se agiganta con el paso de los años.

Charly García y Fito Páez durante los 80

En las últimas horas, quien se acercó al sitio fue Fito Páez, testigo directo de aquella época. Primero como fan y luego como parte de la banda que acompañó la presentación oficial del disco en el Luna Park. Fueron tres funciones en el Luna Park y una gira por el país, con un dream team que tenía a Pablo Guyot en guitarra, Alfredo Toth en bajo, Willy Iturri en batería, Daniel Melingo en saxo y Fabiana Cantilo en coros. Sí, los célebres recitales en los que Charly obligó a Fito a tocar de espaldas, que volvieron a ser tema de conversación a partir de la exitosa biopic del rosarino El amor después del amor.

“Estamos en New York, y es increíble porque aquí fue el escenario donde Charly crea este álbum que cambia la música argentina para siempre y creo que gran parte de la estética moderna de los años 80, en definitiva, del siglo XX″, dice Páez en modo guía turístico y cultural.

El posteo de Fito Páez

“La ciudad de New York le hizo un homenaje. Aquí fue donde se sacó la foto de la tapa del álbum que la hizo famosa, donde había un graffiti que es una lástima que hayan borrado”, señaló. “Este es un cacho de historia del mundo alucinante y me siento muy honrado de haber formado parte de toda la aventura de post grabación que fue la que fue la gira maravillosa. Te amo, Charly, gracias por todo lo que nos diste”, cerró Páez en el video que subió a sus historias de Instagram y a su cuenta de X. “Un momentazo de historia argentina. Modern Clix, forever and ever”, agregó, para rendir homenaje una vez más a un disco que es mucho más que un puñado de grandes canciones.