El senador por la provincia de Buenos Aires Maximiliano Abad presentó un proyecto de ley que clasifica como residuos peligrosos los medicamentos vencidos o sobrantes almacenados en hogares y eliminados sin un tratamiento adecuado. Este tipo de desecho tiene un impacto negativo tanto en la salud pública como en el medio ambiente, según lo señalado por el legislador.

“Con la presentación de este proyecto damos un paso para cuidar la salud de las personas y el ambiente”, afirmó Abad durante la exposición de la iniciativa. El senador explicó que los medicamentos vencidos o mal conservados, cuando se descartan de forma inapropiada, ya sea arrojándolos a la basura común o por las cañerías, se convierten en contaminantes silenciosos. La ley busca regular y responsabilizar este proceso.

El proyecto propone la creación del Sistema de Recolección y Eliminación de Medicamentos (SIREM), que establece una logística inversa desde las farmacias hacia su disposición final mediante procesos seguros y respetuosos con el medio ambiente. “Queremos que las farmacias sean puntos de recolección accesibles, donde cada ciudadano pueda llevar sus medicamentos vencidos o sobrantes con la certeza de que tendrán un destino seguro”, explicó Abad.

El proyecto también introduce la responsabilidad extendida para los laboratorios productores e importadores, quienes deberán presentar y ejecutar un Plan de Gestión del SIREM. Además, los laboratorios deberán garantizar la trazabilidad de los residuos recolectados, capacitar al personal involucrado y colocar contenedores en farmacias para facilitar la recolección.

Maximiliano Abad, senador

“Es tiempo de avanzar hacia una cultura del descarte responsable”, subrayó el senador, resaltando que la ley no solo promueve una gestión sustentable de residuos, sino que también contribuye a prevenir la automedicación y sus riesgos para la salud.

La norma también declara de interés nacional la recolección y eliminación segura de estos medicamentos y otorga al Poder Ejecutivo la facultad para definir una Autoridad de Aplicación, encargada de establecer los lineamientos técnicos, controlar su implementación y desarrollar campañas de concientización ciudadana.

“Con este proyecto tratamos de convertir un problema invisible en una solución colectiva”, concluyó Abad. El proyecto se basa en el Expte. S-2707/19, impulsado previamente por los exsenadores Olga Inés Brizuela y Doria y Julio C. Martínez.

Los riesgos de tomar un medicamento caducado

Uno de los mayores riesgos de tomar medicamentos caducados es que su eficacia puede disminuir o desaparecer por completo, por lo que no podrá tratar la enfermedad o afección para la que fue recetado. La disminución de la potencia es especialmente preocupante en medicamentos críticos como los antibióticos, donde un tratamiento incompleto o ineficaz podría resultar en el empeoramiento de la enfermedad o el desarrollo de resistencias bacterianas.

En enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes, donde los medicamentos juegan un papel fundamental para mantener el control de los síntomas, tomar un medicamento caducado que ha perdido su potencia podría tener consecuencias graves, como un mal control de la presión arterial o niveles descontrolados de glucosa en sangre.

A medida que los medicamentos envejecen, sus componentes químicos pueden descomponerse y formar subproductos potencialmente tóxicos. Estos subproductos no solo reducen la efectividad del fármaco, sino que también pueden ser dañinos para el organismo. En algunos casos, la descomposición de los ingredientes activos puede dar lugar a impurezas que ponen en riesgo la salud del paciente, ya que no están controladas o previstas en los estudios de seguridad iniciales.

Aunque no es común, en algunos casos los medicamentos caducados pueden desencadenar reacciones adversas que no se habrían producido si el medicamento estuviera en buen estado. Esto ocurre porque, con el tiempo, los ingredientes activos pueden volverse inestables y desencadenar respuestas no deseadas en el cuerpo. Por lo tanto, tomar medicamentos caducados aumenta el riesgo de efectos secundarios o interacciones inesperadas.