La enfermedad de Crohn es, junto con la colitis ulcerosa, una de las denominadas Enfermedades Inflamatorias Intestinales (EII). Según los datos del Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (GETECCU), en nuestro país sufren estas patologías cerca de 360.000 personas.
La enfermedad de Crohn, que es crónica y autoinmune, se caracteriza por la inflamación persistente y episodios de brotes agudos en cualquier parte del tubo digestivo (desde la boca hasta el ano), siendo lo más habitual en el extremo inferior del intestino delgado (íleon) y el intestino grueso (colon).
No se conoce la causa exacta de la enfermedad de Crohn, aunque se cree que puede ocasionarse por una combinación de factores genéticos (casi el 20 % de las personas que lo padecen tienen algún familiar con algún tipo de patología inflamatoria intestinal), ambientales (la contaminación, por ejemplo) e inmunológicos, según destaca la Clínica Mayo. Además, las dietistas-nutricionistas de Alimmenta indican que también puede verse favorecida por el tabaco, ciertas infecciones o dietas inadecuadas.
Los síntomas de la enfermedad de Crohn varían en función de la gravedad y la ubicación de la inflamación, además de que se pueden experimentar periodos de remisión (los síntomas disminuyen o desaparecen) y brotes repentinos (causados por el estrés, la dieta o cambios en la microbiota intestinal). Algunos signos pueden ser diarrea con o sin sangrado, dolor abdominal, fiebre, pérdida de apetito y de peso no intencionada, fatiga extrema o úlceras bucales y encías inflamadas.
Alimentos que deben evitarse en la fase de reemisión
Debido a que es una enfermedad que no tiene cura (aunque sí existen tratamientos que pueden controlarla), es muy importante atender a la dieta para evitar que la inflamación o la irritación del tubo digestivo aumente, pudiendo provocar mayores daños o generando brotes más agresivos. Este cuidado de la alimentación también debe seguirse en los periodos de reemisión, cuando los síntomas disminuyen o llegan incluso a desaparecer.
Se deben evitar las espinacas, las naranjas, los embutidos, el alcohol, el café y los alimentos picantes, así como la mantequilla y los lácteos enteros, las comidas que provocan flatulencias (col, coliflor, cereales integrales, bebidas con gas, legumbres con piel…) y los que tienen sorbitol, un tipo de alcohol de azúcar que se usa como edulcorante (caramelos, chicles, bebidas light o zero…).
Alimentos que deben evitarse durante un brote
Durante esta etapa, la dieta debe ser alta en calorías y proteínas, muy baja en grasas y en fibra, antiinflamatoria, hidratante y fácil de digerir, ya que una mala alimentación puede agravar los síntomas de la enfermedad de Crohn:
- Bebidas alcohólicas, con cafeína y muy endulzadas, tanto con azúcar como con jarabe de maíz.
- Alimentos picantes.
- Panes y almidones: arroz integral; cereales con frutos secos o semillas; quinoa; panes, galletas saladas o pastas integrales o de trigo entero, y arroz salvaje.
- Productos lácteos: por ejemplo, quesos que contienen nueces o semillas y yogures con piel de frutas o arándanos, cerezas o fresas. Sin embargo, otros productos lácteos, consumidos con moderación, pueden ser útiles durante un brote porque proporcionan calcio y cultivos activos vivos.
- Grasas, pues pueden ser una fuente rica en fibra: coco, nueces, aderezos para ensaladas con semillas de amapola…
- Frutas crudas y jugos de frutas con pulpa: también los frutos secos y especialmente el jugo de ciruela. Sin embargo, los plátanos, los melones y las manzanas sin piel sí pueden comerse.
- Proteínas, pues pueden producir gases e irritar el revestimiento intestinal: frijoles, huevos fritos, carne frita, embutidos con alto contenida de grasa (como el salami), mantequillas de nueces con semillas, guisantes, cortes de carne duros o gomosos…
- Dulces y postres: alimentos que contienen salvado (como los muffins), las galletas u otros dulces con harina integral, la fruta seca, las mermeladas, las pasas…
- Vegetales como remolacha, brócoli, coles de Bruselas, repollo, coliflor, maíz, vegetales verdes, habas, cebollas, pimientos, chirivías (pastinaca o apio de campo), cáscara de papas, espinacas, calabaza de invierno… Esto se debe a que pueden irritar el estómago de una persona con enfermedad de Crohn.
Alimentos recomendados
La dieta de una persona que sufre esta patología es muy restrictiva, debido a que algunos componentes de ciertas comidas pueden provocar irritación o una mayor inflamación del tubo digestivo. Sin embargo, existen alimentos que son muy recomendados para estas personas, según destacan desde Alimmenta:
- Pescado blanco.
- Arroz blanco, pasta y tortas de arroz.
- Jamón ibérico sin grasa.
- Pan sin gluten.
- Clara de huevo.
- Patata hervida.
- Una buena ingesta de líquidos para evitar la deshidratación.