Justin Timberlake aterrizó en la Argentina en la madrugada de hoy para su esperada presentación en el festival Lollapalooza este viernes. El desembarco en el país del cantante estadounidense estuvo rodeado de un fuerte operativo de seguridad y una actitud esquiva hacia sus fans, quienes lo esperaban ansiosos en el aeropuerto de Ezeiza.
El artista viajó desde Fort Lauderdale, Estados Unidos, en un Airbus 300 junto a una comitiva de 70 personas, incluyendo su banda y equipo técnico, aunque llamó la atención la ausencia de sus bailarines, quienes se prevé que arriben en otro vuelo. El avión, ploteado con alusiones al músico y actor, contó con asientos con fundas con su nombre.
El aterrizaje en el aeropuerto internacional se produjo pasada la medianoche, pero el cantante no tuvo un tránsito rápido hacia la salida. El avión fue estacionado en una zona alejada del VIP, lo que obligó a Timberlake y su equipo a esperar más de media hora para poder desplazarse hasta la terminal.
A diferencia de otras estrellas internacionales que han visitado el país, la estrella optó por una llegada discreta. Vestido con un buzo estampado con capucha y con un gesto serio, evitó cualquier interacción con los fans que aguardaban su salida del aeropuerto.
Sin detenerse a saludar, el artista subió rápidamente a una camioneta Mercedes Benz blindada, vehículo que solicitó especialmente para su traslado. Dentro del vehículo lo esperaban un chofer y un agente de seguridad local. Desde allí, prefirió permanecer dentro de la camioneta mientras su equipaje era acomodado en otros autos.
El operativo de seguridad abarcó un gran despliegue. Cuatro combis con seguridad privada escoltaron el trayecto de Timberlake hasta su hotel en la zona de Retiro, con dos vehículos ubicados delante y otros dos detrás. Mientras tanto, el resto del equipo que viajó con él en el vuelo privado fue trasladado en cinco micros.
Un arribo al estilo Taylor Swift
Al llegar al hotel en Retiro, Timberlake volvió a dejar en claro su intención de mantenerse alejado de las cámaras y de los curiosos que lo esperaban en la entrada al establecimiento. Siguiendo la estrategia utilizada por Taylor Swift durante su visita a la Argentina en 2023, el artista fue cubierto por paraguas para evitar ser fotografiado mientras ingresaba al hotel.
Aunque las expectativas en torno a su show en el Lollapalooza son altas, la actitud del cantante en estas primeras horas suyas en el país dejó un sabor agridulce entre los fanáticos que esperaban al menos un saludo de su ídolo. El músico y actor parece estar enfocado, en cambio, en su presentación de este viernes en el emblemático festival. El show de Timberlake es uno de los más esperados de esta edición del Lollapalooza. Con una trayectoria que abarca décadas en la música pop y R&B, el exintegrante de NSYNC promete un repertorio cargado de éxitos.
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El artista nacido en Memphis en 1981 se destacó desde muy joven como cantante y actor. Inició su carrera en programas de televisión como Star Search y El Club de Mickey Mouse, en los que compartió pantalla con futuras estrellas de la música. A finales de los años 90, alcanzó la fama mundial como parte de la boy band NSYNC, con la que vendió millones de discos y se convirtió en un ícono del pop. Tras la disolución del grupo, emprendió una carrera solista con gran éxito.
Sin embargo, en el último tiempo no ha atravesado su mejor momento profesional. Atrás quedaron las épocas en las que los álbumes de NSYNC vendían 10 millones de copias y dominaban los rankings musicales. Su más reciente disco solista, Everything I Thought It Was, lanzado el 15 de marzo pasado, tras seis años de silencio discográfico, generó expectativas. Sin embargo, lejos de repetir el éxito de sus anteriores producciones, el álbum no llegó a destacarse: a un mes de su estreno, ni siquiera logró ingresar al Billboard 200. En lo personal, también protagonizó varios episodios poco felices, como fue el caso de su arresto, meses atrás, en la zona de Los Hamptons, en Nueva York, por conducir en estado de ebriedad.