El secreto de la longevidad es algo que tiene en vilo a muchos científicos, en particular en personas que logran superar los 100 años y, aun así, pueden llevar una vida formidable a pesar del deterioro físico natural. Esta hipótesis para conocer qué hay en su naturaleza llevó al investigador Manel Esteller, del Instituto Josep Carreras y de la Universidad de Barcelona, a buscar -y hallar- qué se escondía en el genoma de María Branyas, la española que vivió hasta los 117 años.

La mujer que pasó sus últimos días en la residencia de Olot, en Girona, murió en agosto de 2024 y así se terminó su reinado como la persona más longeva del planeta. A pesar de su fallecimiento, Esteller siguió de cerca la microbiota de Branyas y, gracias a ello, logró conocer el verdadero secreto que la mantuvo tantos años con vida.

Maria Branyas fue la mujer más longeva del planeta y los científicos descubrieron qué la llevó a alcanzar los 117 años

La mujer nació en junio de 1907 en los Estados Unidos y a los ocho años se mudó con sus padres a España, país natal de ellos. Allí estuvo toda su vida, en la que enfrentó la Primera y Segunda Guerra Mundial (y esquivó la guerra civil española y la gripe española). Asimismo, se la consideró de hierro por superar la pandemia de coronavirus -tuvo Covid a los 113 años y logró salir bien de ello-. Atravesó debacles económicas y climáticas. También echó raíces: formó una familia de tres hijos, siete nietos y 11 bisnietos.

Su paso por este mundo inspiró a diferentes personas para seguir su camino, aunque ella siempre aseguró que respetó tres cosas fundamentales para llegar sana a los 117 años: alejarse de la gente que le hacía mal, no seguir dietas de moda ni restrictivas y meditar.

Según los expertos que analizaron la genética de María Branyas, poseía la microbiota de una niña

No obstante, desde el lado científico, Esteller aseguró a la revista National Geographic que Banyas “tenía una microbiota como la de una niña” y “un genoma privilegiado”. Según la investigación, se conoció que la herencia genética que le dejaron sus progenitores colaboró en que sus células actuaran como si fueran más jóvenes. De este modo, su edad biológica estaba 17 años por debajo de la edad cronológica.

El estado de su microbiota y su genética fueron la combinación perfecta que le permitía tener una salud de alguien casi 20 años menor. Incluso, esto la protegía de una “larga lista de enfermedades” y su intestino no sufría de hinchazón, lo que contribuyó a una buena vida sin mayores inconvenientes.

El ADN de la catalana fue un foco de estudio para diferentes expertos, quienes realizaron análisis transcriptómicos, metabolómicos, proteómicos, microbiómicos y epigenómicos de sus tejidos.

María Branyans cuando tenía 115

Al ver los resultados, notaron que tenía los niveles lipídicos en un orden normal, al igual que el de azúcar en sangre y de colesterol bueno. Gracias a ese equilibrio, tenía menos posibilidades de desarrollar diabetes o la obesidad.

Estos estudios sobre Branyas permitirán desarrollar a futuro medicamentos y tratamientos para evitar que las células del cuerpo envejezcan o se deterioren más rápido. Asimismo, los expertos señalaron que la base de la salud, tanto de la catalana como el resto de las personas, es la alimentación.

La mujer respetaba una dieta mediterránea a rajatabla y por día comía tres yogures, por lo que se especula que allí residiría la respuesta a una microbiota tan sana y resistente a diferentes virus y bacterias procedentes del exterior.