Las autoridades sanitarias nacionales informaron hace instantes que se confirmaron otros tres nuevos casos de sarampión en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y ascienden, así, a 11 los positivos oficializados. No descartaron, en diálogo con este medio, que la cifra pueda crecer.
Este aumento se conoce recién luego de que se tratara la situación del sarampión en el país durante una nueva sesión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) en uno de los pisos del Ministerio de Salud de la Nación. Fue junto con el dengue el primer punto de la agenda del encuentro de ministros de las jurisdicciones. Funcionarios de la cartera nacional informaron que se implementará una campaña para reforzar la vacunación en el AMBA, sobre la que se espera conocer los lineamientos y la disponibilidad de dosis solicitadas a la Organización Panamericana de la Salud.
Los tres nuevos casos confirmados corresponden uno a la Capital y dos a la provincia de Buenos Aires. De acuerdo con la actualización del Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud bonaerense, estos últimos positivos detectados corresponden a Florencio Varela, municipio donde también residen los dos que habían sido confirmados hace una semana, como publicó LA NACIÓN.
“Todos los casos [están] vinculados a la misma cadena de transmisión”, informaron en relación con el brote iniciado en un PH del barrio porteño de Palermo el mes pasado.
En tanto, la cartera sanitaria nacional detalló en la actualización del Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) que “han sido confirmados siete casos de sarampión residentes en la ciudad de Buenos Aires y cuatro casos residentes en la provincia de Buenos Aires, lo que suma un total de 11 casos confirmados”.
Indicaron, además, que en ocho muestras estudiadas en el Laboratorio Nacional de Referencia del INEI- Anlis Carlos Malbrán se detectó el genotipo viral B3, “lo que confirma la relación epidemiológica de que se trata de una misma cadena de transmisión”. No hay aún información sobre los tres casos restantes.
Ante la consulta, desde el Ministerio de Salud porteño ratificaron el séptimo positivo en el distrito. “Tenemos un nuevo caso confirmado”, dijeron en la cartera que dirige Fernán Quirós. “Se trata de un niño de 9 años, que ya estaba en la red de contactos que veníamos monitoreando [por el brote en Palermo] -continuaron-. Interactuó con uno de los casos del brote de Florencio Varela, cuando este aún no había tenido exantema [erupción en la piel]. El niño es de Constitución y no asistió a la escuela durante el período de transmisibilidad”.
Las recientes confirmaciones, de acuerdo con la información oficial, son en un chico de 2 años que había estado en contacto con el bebé de 8 meses que vive en Florencio Varela; el padre de este había tenido contacto, a la vez, con los primeros confirmados en la CABA. Atiende en un comercio a unas pocas cuadras del inmueble de Palermo donde viven las menores que enfermaron al regresar de un viaje a Rusia con escala en distintos países.
Otro de los nuevos casos es un joven de 27 años que había tenido contacto con el padre del bebé que contrajo la infección, y el último que se confirmó el jueves pasado es el menor de 9 años, sin contacto directo con los otros pacientes, según se precisó.
“Es la misma cadena de transmisión, pero ya hay circulación comunitaria desde el punto de vista epidemiológico”, sostuvo Ángela Gentile, jefa del Departamento de Epidemiologia del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y presidenta de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain).
A partir del detalle de la investigación del brote, la especialista detalló que, a esta altura, dos casos del total son importados (coprimarios), siete están relacionados a ambos casos importados y otros dos se consideran de transmisión comunitaria porque no se pudo identificar el contacto directo con los confirmados.
“El genotipo viral, en este caso B3, nos ayuda a confirmar que todos los casos pertenecen a la misma cadena de transmisión y, por esto, es imperioso iniciar lo antes posible la campaña de vacunación contra el sarampión”, insistió Gentile.
La Conain, como publicó este medio, recomendó la semana pasada al Ministerio de Salud nacional implementar una campaña de vacunación en la ciudad y el conurbano bonaerense a bebés de 6 meses a 11 meses de edad (”con una dosis extra que no se va a considerar para el calendario”, aclaró la médica) y a chicos de 13 meses a 4 años con la vacuna doble viral [protege contra el sarampión y la rubeola] para interrumpir la cadena de transmisión.
“De hecho –explicó Gentile–, técnicamente se vacuna por cohortes y entraría la cohorte a partir del año 2021 y hasta la cohorte que cumple cinco años, a la que se le debe administrar la vacuna triple viral obligatoria del Calendario Nacional de Vacunación”.
Mientras que la doble viral protege contra el sarampión y la rubeola, la triple viral también lo hace contra paperas. La doble viral, como recordó la titular de la Conain, es la recomendada para instrumentar medidas de salud pública de este tipo.
“En la última campaña en el año 2022 –repasó Gentile– llegamos al 69% de cobertura cuando habría que haber alcanzado un 95%. Por lo tanto, tenemos un grupo de susceptibles que no fueron cubiertos con la vacunación hace tres años. Para algunos, de hecho, en esa campaña, significó recibir su primera dosis y, como en ese momento, ahora necesitamos disminuir el número de susceptibles”.
Junto con esa dosis de campaña, la Conain recomendó utilizar la dosis de la triple viral para completar los esquemas de calendario que no estén al día. El esquema obligatorio y de acceso gratuito es de dos dosis: una al año de edad y el refuerzo al ingreso escolar.
Los síntomas
El sarampión es una enfermedad de notificación obligatoria al sistema nacional de vigilancia sanitaria, con medidas de aislamiento para la persona que consulta con síntomas y sus acompañantes con solo la sospecha de que pueda tratarse de sarampión. Esto, de acuerdo con las recomendaciones de Salud, debe darse en todo caso que llegue a un centro de salud con fiebre (temperatura en axila de más de 38ºC) y erupción en la piel (exantema), más allá de cual sea su antecedente de vacunación.
El virus del sarampión ingresa al organismo por vía respiratoria y, a los diez días, desata la cadena de síntomas. “Empieza bruscamente con fiebre de entre 39°C y 41°C, con compromiso del estado general, enrojecimiento de los ojos (inyección conjuntival), goteo nasal como durante un resfrío, tos seca y dolor de garganta”, había descripto a este medio Silvia González Ayala, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica.
A los dos o tres días desde que apareció la fiebre, contó que sigue la tos, con un resfrío “importante” con secreción blanquecina, disfonía (ronquera) y conjuntivitis mucopurulenta (se pegan las pestañas). Se registra un pico de fiebre “más alto que el primero” y, recién entonces, aparecen las manchas rojizas en la piel –desde la cabeza hacia las extremidades– hasta cubrir todo el cuerpo. Recién entonces, baja la temperatura y la persona empieza a sentirse mejor. “Si, en cambio, la fiebre continúa, ese paciente está complicado”, advirtió.