Un caso de restitución nazi encarnizadamente debatido en los tribunales durante dos décadas parecía haber llegado a su fin el año pasado cuando el Tribunal de Apelación del Noveno Circuito de California falló en contra de los demandantes. Pero la semana pasada, la Corte Suprema lo reabrió, anuló la sentencia de 2024 y devolvió el caso al tribunal de apelación para que lo reevaluara después de que una ley de ese estado se aprobara en septiembre.
Lo que está en juego es la propiedad legítima de un cuadro impresionista francés que perteneció originalmente a una alemana judía y fue confiscado por los nazis. El cuadro de Camille Pissarro, titulado Rue Saint-Honoré por la tarde. Efecto de lluvia, tiene un valor estimado en decenas de millones de dólares y se exhibe en el Thyssen de Madrid. Los descendientes de la propietaria original del cuadro demandaron al museo y reclamaron que el cuadro regrese a su familia.
Uno de los puntos clave del caso ante los tribunales ha sido la cuestión de si se aplica la legislación estadounidense o la española. El año pasado, la corte federal dictaminó que la legislación española se aplicaba al caso, no la de California, y que el museo debía conservar la propiedad, ya que había adquirido el cuadro de manera legal.
Esa decisión parecía terminar con las posibilidades de la demanda, hasta que los legisladores de California promulgaron una ley en respuesta a la sentencia de la corte. La nueva ley, aprobada en septiembre, establece que las obras de arte robadas por los nazis y las obras de arte en otros casos de restitución deben devolverse a sus propietarios originales.
¿De quién era la pintura?
El cuadro era originalmente propiedad de una mujer judía, Lilly Cassirer, quien tuvo que entregarlo a los nazis a cambio de un visado de salida de Alemania en 1939.
La obra se vendió posteriormente en una subasta del gobierno nazi y pasó por las manos de diversos coleccionistas, incluidos algunos en Estados Unidos, antes de ser adquirido por el barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza en 1976. En 1993, el gobierno español compró la colección de arte del barón, incluido el cuadro, y desde entonces se expone en el museo. En 1958, Alemania pagó a Cassirer una indemnización de US$13.000, unos US$143.000 en valor actual.
En 2000, el nieto de Lilly, Claude Cassirer, descubrió que el cuadro se encontraba en el museo de Madrid, y posteriormente presentó una demanda ante un tribunal federal de Los Ángeles para intentar recuperar la propiedad. Tras la muerte de Claude y su esposa, su hijo, David Cassirer, se convirtió en el demandante.
“Como superviviente del Holocausto, mi difunto padre, Claude Cassirer, estaba muy orgulloso de convertirse en ciudadano estadounidense en 1947, y apreciaba los valores de este país”, dijo David Cassirer en un correo electrónico. “Lo decepcionó mucho que España se negara a cumplir sus obligaciones internacionales de devolver la obra maestra de Pissarro que los nazis le arrebataron a su abuela. Aunque falleció durante esta larga batalla, se sentiría muy aliviado de que nuestras instituciones democráticas exijan que no se olvide la historia del Holocausto”.
Thaddeus J. Stauber, abogado del museo español, dijo que la nueva legislación de California no debería cambiar las decisiones de los tribunales inferiores sobre el cuadro. “Nuestra posición sigue siendo y siempre será que un tribunal de Estados Unidos con sede en California no tiene jurisdicción para conocer y resolver litigios sobre una propiedad que está en España”, dijo Stauber. “No creo que a los ciudadanos de Nueva York les gustara que, por ejemplo, Rusia o el Reino Unido u otro país les dijera a los ciudadanos de Nueva York: así es como tienes que tratar los asuntos de propiedad en su estado”.