El índice de volatilidad Vix, también conocido por medir el “miedo” que acecha a Wall Street, alcanzó esta semana valores que no se veían hacía siete meses. La irrupción de la compañía china Deepseek en la inteligencia artificial a finales de enero y la política arancelaria más dura de Estados Unidos que podría afectar la inflación y el crecimiento de la economía son algunas de las noticias que impactaron negativamente en los mercados internacionales desde que arrancó 2025.
Y eso hizo que se vieran afectados también los activos argentinos, luego de la recuperación que mostraron bonos y acciones en el último año. Eso explica la tendencia a la baja que muestran estos instrumentos hace alrededor de dos meses.
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A nivel local, el malestar internacional se pudo ver reflejado sobre todo en la Bolsa porteña. Luego de que el año pasado se convirtiera en el índice accionario que más subió, el 9 de enero cerró en US$2388 al ajustar por el dólar contado con liquidación, lo que significó un nuevo récord histórico. Sin embargo, desde entonces la tendencia pasó a ser la baja: actualmente cotiza a US$1833, un 23% menos que hace dos meses.
“A principios de año tuvimos la aparición de Deepseek, que aunque en un principio generó volatilidad en los mercados, sobre todo en el rubro de la inteligencia artificial estadounidense, quedó en segundo plano luego del comienzo de la segunda guerra arancelaria de Trump. Esto último es ahora lo que domina el pensamiento de la mayoría de los inversores, y lo que afecta las previsiones futuras. Desde entonces, los mercados globales entraron en una fuerte corrección, de la cual la Argentina no se salvó”, dijo Pedro Moreyra, director de Guardian Capital.
Desde que Trump volvió a la Casa Blanca el 20 de enero pasado, los mercados globales entraron en un vaivén diario, al compás de los anuncios sobre aumentos de aranceles. Ayer entró en vigor la alícuota del 25% para todas las importaciones de acero y aluminio que entren en Estados Unidos. También aumentó los aranceles a las importaciones provenientes de China, México y Canadá, y quiere establecer los aranceles recíprocos con el resto de los países.
Estos anuncios tensaron la relación de Estados Unidos con el resto de los países, que también respondieron con subas de aranceles. Este combo generó una escalada de tensión que, para analistas, podría derivar en un aumento de la inflación y una caída de la actividad económica. En consecuencia, esta semana el índice de volatilidad VIX aumentó 20% y tocó los 29 puntos, el valor más alto desde agosto.
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“Hay varias cosas en juego. Algunas cosas desafían al menos los últimos 18 meses, como Deepseek. Otras las últimas décadas, como la retracción de los Estados Unidos de la escena internacional y el incipiente cambio en la postura fiscal de Europa. Contamos entre estas últimas también la creciente inversión de los Estados Unidos en infraestructura para la producción industrial de tecnología en su propio territorio, lo que eventualmente reduciría su dependencia de Asia al respecto. Estos cambios, por sí mismos, implican una mayor volatilidad”, agregaron desde Delphos Investment.
En ese escenario de elevada incertidumbre, desde Capital Markets Argentina explicaron que los mercados emergentes y las commodities suelen ser los más afectados, porque los inversores buscan refugio en activos de bajo riesgo. En esta categoría entran los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que actualmente rinden 4,32%, 0,47 puntos menos que a mediados de enero por el aumento de la demanda (4,79%).
Por eso, los bonos soberanos argentinos, aunque más ligados a la macroeconomía local, también se vieron afectados. Desde el 9 de enero, cuando el Gobierno pagó los vencimientos de los títulos Bonares y Globales, entraron en una dinámica de números en rojo y acumulan bajas en torno al 5%. Y el riesgo país, que había llegado a tocar los 560 puntos básicos (el valor más bajo en seis años), hoy se ubica 718 puntos.
“El escenario de volatilidad global nos afecta directamente y esto, en parte, sucede por los mismos progresos que la Argentina logró en 2024. Pasamos de ser un país con un riesgo país superior a los 1000 puntos básicos, completamente fuera del mapa, a un país con 700 puntos de riesgo país, más en línea con emergentes. De la misma manera que correlacionamos a la media en el riesgo país, mejorando la valuación de nuestros activos, esa misma correlación o cercanía con el resto del mundo también juega para la volatilidad y por eso la Argentina también se ve afectada. Pero en un momento de extrema incertidumbre global, la deuda soberana argentina supo aguantar el golpe con resiliencia. Esto último se debe a que Argentina enfrenta estos shocks externos con mejores fundamentals que en el pasado”, cerró Moreyra.