“Papá había inventado ‘El Cortito’ y encima él era cortito”, respondió con humor y emoción Paulina Karadagian al periodista Adrián Melo, de Caras y Caretas, en una entrevista plagada de recuerdos y lindos momentos cuando se le consultó por el célebre golpe que inventó –cuándo no- Martín, “el Titán de Titanes en el Ring”.

Y además describió en qué consistía para que no quedaran dudas, como si se tratara de la definición que vamos a buscar al diccionario: “No es un golpe de codo: es triple; piña, muñeca y codo. Cada luchador tenía algo especial: El Ancho Rubén Peucelle usaba “El Molino”, Míster Moto “El Manubrio”…

El historiador Daniel Balmaceda, otro fan de aquellos tiempos felices donde la familia se sentaba frente al televisor para disfrutar y no perderse detalles del show de lucha de los titanes, también aportó en su cuenta de Instagram la misma definición del puñetazo que creó el armenio y que lo caracterizaba. No fue todo, además subió a su red un video en el que Karadagian pelea con Kanghai el Mongol, uno de los generales de Genghis Khan, que interpretaba José Arévalo, luchador profesional y actor, quien en los orígenes de Titanes cumplió también el rol de Salvatore Campisano a pedido del “Gran Martín”, un rudo y muy bien caracterizado italiano.

Luego “Arévalo”, como se lo supo llamar a secas, también fue parte de las recordadas pulseadas de La noche del domingo, el programa que conducía Gerardo Sofovich, quien además lo había incorporado por sus características actorales a películas como Me sobra un marido y Mingo y Aníbal, dos pelotazos en contra, haciéndolo aún más popular. Lamentablemente el recordado peleador, hombre de Villa Lugano, falleció víctima de un problema cardíaco a los 83 años, el 12 de enero último.

Karadagian, imparable, contra lo que le pusieran enfrente, humano o

En el video que aportó Balmaceda, Karadagian viene soportando el castigo feroz de Kanghai hasta que, exhausto, le acierta un golpe en la cabeza, luego lo somete a una toma a la que Rodolfo Di Sarli, el histórico relator de las luchas, define como “El látigo”, y El Mongol cae tendido sobre la lona. Entonces el público infantil que colma las instalaciones del estudio pide a gritos: “¡El cor-ti-to! ¡El cor-ti-to!”. Y el armenio ejecuta su golpe mágico para definir la pelea.

Estas y tantas otras fascinantes historias que dejó Martin Karadagian también pueden revivirse en la pluma de otro admirador, actor, periodista y escritor cañuelense, Daniel Roncoli, quien se vinculó tanto con el ambiente de Titanes en el Ring, que hasta llegó a formar parte del programa. Escribió al respecto “Un ladrido de perros a la luna”, historia imposible del catch a la argentina, con los predecesores, abuelos y bisabuelos de los titanes. Y “El Gran Martín”, vida y obra de Karadagian, sumando lo que llamó “un diccionario titán”. Para Roncoli, “el armenio tuvo un sueño y por cumplirlo edificó un imperio que durante décadas conquistó desde la televisión el corazón de grandes y chicos, entrelazando deporte y espectáculo y convirtiéndose en la usina de fantasías, personajes y creaciones como la de ‘El Cortito’, un golpe tan simple, pero que a través de las generaciones pasó a la posteridad”.

Grandes y chicos se clavaban frente a la TV para ver Titanes en el ring

Cómo no buscar en la memoria otros personajes que, si bien no luchaban, aportaban clima y misterio al show como “El hombre de la barra de hielo”, que pasaba ante las cámaras y no sabíamos por qué. O la cómplice “Viudita Misteriosa”, que según la canción incluida en el long play “no pretende otra cosa, que comprar con una rosa, el corazón de Martín nuestro campeón”.

Martín Karadagian v José María El Mono Gatica.1957. La Bombonera

Su hija Paulina sonríe cada vez que recuerda que lo de la viudita fue una historia real. “Se trató de una mujer que lo acosaba y le mostraba sus títulos de propiedad para conquistarlo, lo quería enganchar de cualquier lado. Entonces él lo tomó después como personaje porque le pareció fabuloso. Aplicó el marketing cuando ese concepto no existía y apenas había ido a primer grado”, sintetizó ella a Caras y Caretas.

Y cerró la charla casi a carcajadas rememorando cuando lo observaba en los históricos filmes de Sucesos Argentinos pidiendo perdón por sus maldades a otros luchadores, y corriendo de rodillas por el cuadrilátero a una velocidad increíble, como si fuera un niño.