La ciudad de Bahía Blanca atraviesa una de las peores emergencias climáticas de los últimos años. Las intensas lluvias registradas el pasado viernes provocaron inundaciones severas, obligando a la evacuación de familias enteras y afectando gravemente la infraestructura de la ciudad. Entre los innumerables episodios dramáticos que dejó el temporal, uno de los más impactantes ocurrió en el Hospital Interzonal Dr. José Penna, donde un grupo de enfermeras rescató a bebés recién nacidos de la sala de neonatología, que se inundó por completo.
El agua ingresó al hospital de manera repentina y alcanzó varios centímetros de altura en distintos sectores, poniendo en riesgo a los pacientes más vulnerables. Ante la emergencia, el personal de salud actuó de inmediato para trasladar a los recién nacidos a un lugar seguro. Sonia Scardapane y Luciana Marrero, dos de las enfermeras que participaron en el operativo, relataron a TN los momentos de tensión que vivieron mientras intentaban poner a salvo a los menores.
“Fue una situación muy difícil que nos encontró sin saber qué hacer. Fue todo muy rápido, nunca nos imaginamos que nos iba a pasar algo así. Y en ese momento, lo primero que pensamos todas es en los bebés”, explicó Scardapane. Según describió, algunos de los recién nacidos se encontraban en cunitas, otros en incubadoras y algunos con asistencia de oxígeno.
Una evacuación a contrarreloj
Con la sala de neonatología inundándose rápidamente, el personal se organizó en tres grupos para rescatar a todos los bebés. “Una parte fue a un sector donde estaban las mamás internadas. Entre ellas y las enfermeras llevaban a los bebés de un sector, mientras que los demás enfermeros se encargaron del resto”, detalló la profesional de la salud.
Luciana Marrero, por su parte, aseguró que actuaron “con el corazón” y pensando en las madres que no pudieron llegar hasta sus hijos debido a la tormenta. “Si no nos saliera del corazón, no podríamos hacerlo. La prioridad siempre son los bebés. Yo no sabía cómo estaba mi familia, como el resto de los que estábamos ahí”, comentó.
El operativo se extendió durante 18 horas ininterrumpidas hasta que lograron trasladar a todos los recién nacidos a un lugar seguro. “Pudimos ser trasladadas con los bebés, que llegaron sanos y salvos”, relató Marrero.
Un hospital devastado y un pedido de ayuda
El Hospital Penna quedó severamente dañado por la inundación. “La sala de neonatología está totalmente destruida, el agua bajó y ahora queda limpiar, acomodar y ver qué se puede salvar”, informó Scardapane. El hospital, que también recibe pacientes de Tres Arroyos, Carmen de Patagones y otras localidades del sur de Buenos Aires, se encuentra en una situación crítica.
En tanto, las enfermeras que participaron del rescate también fueron afectadas en lo personal. Luciana Marrero vive a metros del canal Maldonado, una de las zonas más afectadas, donde el agua alcanzó 1,30 metros de altura. “Estoy en un colchoncito, no me quedó nada”, explicó.
Por su parte, Sonia Scardapane, quien reside en Punta Alta, no ha podido regresar al hospital desde el rescate debido a las dificultades en los accesos.
Ante la devastación, el personal del hospital solicita la colaboración de la comunidad para reconstruir la sala de neonatología y reponer los equipos perdidos. “Bahía necesita de la población y de que puedan brindar ayuda. Nuestro sueño es volver a nuestra neo en pie“, afirmaron las enfermeras.
Las autoridades locales y provinciales continúan evaluando los daños causados por el temporal y coordinando esfuerzos para la reconstrucción de los sectores más afectados. Mientras tanto, los habitantes de Bahía Blanca enfrentan las secuelas de una de las tormentas más severas de los últimos tiempos.