BAHÍA BLANCA (Enviada especial).– Varias imágenes del temporal del viernes en Bahía Blanca se mantienen fijas en la mente. Una de ellas circuló a través de las redes sociales. Se veía la sala de neonatología del Hospital Interzonal Dr. José Penna y cómo las enfermeras tuvieron que evacuar a los bebés que estaban en ese sector. Fue una demostración concisa de lo que casi 300 milímetros de agua podían hacer. Este lunes, los estragos en el edificio mantuvieron su rol protagónico, junto con el de los voluntarios que se acercaron para ayudar a limpiar.
Es un trabajo arduo y manual. El caudal que entró dejó una cantidad inimaginable de barro en distintos sectores, incluida esa sala. La luz todavía está cortada en la mayor parte de la ciudad, la conexión es inestable, no hay semáforos, las avenidas se congestionan y los cruces requieren de sumo cuidado. En el hospital, aunque se rumoreaba que hoy la situación iba a “normalizarse”, tampoco tienen luz. No hay un generador y, de hecho, por esto mismo las cirugías continúan reprogramadas. No puede permanecer gente internada ahí, sería imposible: además del caos, en los lugares donde queda agua, barro y desechos, hay un olor penetrante, mezcla de mar con basura.
Solo atiende una pequeña guardia que funciona en un costado. “Se reorganizó la atención para recibir visitas espontáneas y coordinar derivaciones”, se lee en el Instagram del establecimiento sanitario, que depende de la gobernación bonaerense. Días atrás, llegaron hasta aquí a relevar los daños Axel Kicillof y su ministro de Salud, Nicolás Kreplak.
Entrar, para alguien que no vino a limpiar, es imposible. Hay varias personas que sacan barro con escobillones y secadores de piso, tienen puestas pecheras del Ministerio de Salud de la provincia. No quieren hablar con la prensa y, además, se dio la orden a los voluntarios de que no dialoguen ni dejen tomar fotos o videos.
Lo cierto es que el trabajo de voluntariado es lo que está movilizando a los vecinos de toda Bahía Blanca, no importa qué tan lejos estén, cuándo tengan que despertarse o cuánto tengan que viajar. Se reconocen las necesidades, lo imperioso de dar una mano como sea tras el trágico temporal.
Una única intención: ayudar
Un grupo de chicas que intentan limpiar la recepción a la zona de neonatología, de la misma manera que lo hacían esas personas con pecheras del ministerio, llegaron al hospital desde Pedro Luro, que de Bahía Blanca queda a casi 120 kilómetros. Se tuvieron que despertar a las 6 de la mañana para venir con esa única intención: ayudar. Aunque prefirieron preservar sus nombres, explicaron que las condiciones adentro son “terribles”: “Está todo embarrado, todo con basura. En neonatología, el agua llegaba altísima. Hoy tenés como 50 centímetros de barro, que encima se mezcló con blisters, cajas de medicamentos”, detallaron. Por eso, tienen que separar todos esos desechos médicos, que ya no sirven, y tirar todo en bolsas, para después seguir removiendo lo demás.
Hay bolsas y bolsas con basura, de todos los colores y tamaños. Carpetas archivadoras, guantes de látex. Todo forma una especie de pasarela hacia las puertas del hospital. Hay más gente, además de los voluntarios, que se acerca con bolsas, algún electrodoméstico, y se va.
Por uno de los laterales, cuando se sortean los charcos y el lodazal, un grupo más grande de voluntarios replican esa imagen de sacar barro y más barro, esta vez del sector del quirófano, según lo que contó otra voluntaria que tampoco quiso dar su nombre. “No hay generadores, no hay electricidad. Nosotros acá estamos limpiando, pero falta mucho, dijeron que no lo van a activar. Aunque nosotros solo sacamos agua, ¿viste? Pero vemos que un montón de cosas se perdieron”, contaron. Además, confían en que pronto va a llegar más ayuda desde Buenos Aires, pero todavía no hay nada confirmado.
Por su parte, la gobernación bonaerense distribuyó un comunicado que informa que el Ministerio de Salud provincial dispusieron 200 personas para trabajar en el plan de contingencia frente al temporal, se enviaron ambulancias 4×4 y dos unidades móviles de terapia intensiva con todo el personal correspondiente. ️En caso de ser requerido, agregaron, se encuentra a disposición un avión sanitario.
Respecto del hospital Penna, el comunicado informa que “se trabaja en la recuperación con tareas de limpieza, desinfección y reemplazo del equipamiento dañado”.
También equiparon un tren sanitario, que consiste en dos vagones y una locomotora, preparado para la atención médica primaria, que brinda también vacunación y acompañamiento de personas afectadas. Como explicaron desde la Secretaría de Transporte de la Nación, fue un trabajo coordinado entre el gobierno nacional, Trenes Argentinos y la gobernación provincial.
En principio, se había anunciado su llegada para la noche del domingo, pero fuentes de esa secretaría contaron a LA NACION que el convoy se frenó en Olavarría “por vías que hay que arreglar”. Según afirmaron, finalmente llegaría esta noche a la estación previa a Bahía Blanca, a 25 kilómetros de distancia, donde va a instalarse y a prestar atención.