El doctor Herman Tarnower parecía tenerlo todo: fama, dinero y un método para perder peso que revolucionó el mundo. Su famosa “Dieta Scarsdale” lo convirtió en una celebridad mundial. Sin embargo, detrás del éxito, su vida privada escondía secretos que pocos conocían y que lo llevarían a un trágico final.
La dieta Scarsdale
Herman Tarnower era un hombre elegante, carismático y sumamente ambicioso. Nació en Brooklyn, Nueva York, en 1910, en el seno de una familia de inmigrantes judíos que valoraban la educación y el esfuerzo.
Luego de recibirse de médico en la Universidad de Siracusa, rápidamente se destacó por su talento, su trato afable y su capacidad para ganarse la confianza de sus pacientes, quienes lo veían no solo como un doctor, sino como un verdadero guía hacia una vida más saludable.
Saltó a la fama cuando ideó la Dieta Scarsdale, un revolucionario régimen nutricional que prometía resultados sorprendentes en poco tiempo. A diferencia de otros métodos de la época, su dieta prometía una rápida pérdida de peso, en solo dos semanas, sin necesidad de contar calorías o realizar ejercicios intensivos.
Su éxito lo llevó a escribir el libro “La dieta médica Scarsdale”, publicado en 1978, que se convirtió en convirtió en un bestseller internacional. El médico escribió el libro junto a Samm Sinclair Baker, un escritor y periodista estadounidense especializado en temas de salud y bienestar. El rol de Baker fue fundamental: gracias a su habilidad para escribir de manera clara y persuasiva, transformó las recomendaciones médicas del doctor en un texto atractivo y fácil de comprender para el público masivo.
La Dieta Scarsdale recibió ese nombre porque Tarnower vivía y tenía su consultorio en Scarsdale, Nueva York, una pequeña localidad ubicada en el condado de Westchester, a unos 40 minutos en auto de Manhattan. El médico atendía a muchos pacientes en esa zona, que era conocida por su alto nivel socioeconómico, y allí fue donde comenzó a desarrollar y perfeccionar su método para la pérdida de peso.
En muy pocos años, Tarnower se convirtió en una celebridad mundial. Su libro vendió más de tres millones de copias y sus apariciones frecuentes en programas de televisión lo presentaban como una autoridad en pérdida de peso y estilo de vida saludable. Sin embargo, detrás del éxito público, había una vida privada llena de secretos.
Más allá de la apariencia
Tarnower tenía el mundo a sus pies. Su carrera era un éxito rotundo, su consultorio estaba saturado de pacientes dispuestos a esperar un año por una consulta. Pero, lejos de esa imagen impecable, su vida privada era más turbulenta. Nunca se casó, aunque jamás estuvo solo. Carismático y encantador, tenía una personalidad magnética que lo convertía en un imán para las mujeres. Entre sus romances más conocidos se encontraba su relación con Jean Harris, directora de una prestigiosa escuela privada, con quien mantuvo un vínculo amoroso durante más de una década.
Jean era una mujer de inteligente y una trayectoria intachable en el ámbito educativo. Nació en 1923, creció en Cleveland, Ohio, en el seno de una familia acomodada. Estudió economía en la Universidad Smith, una de las instituciones femeninas más prestigiosas de los Estados Unidos, donde se graduó, en 1945, con honores. Se casó con James Harris, con quien tuvo dos hijos. Sin embargo, el matrimonio no funcionó y la pareja se divorcio antes de que ella comenzara su relación con Tarnower.
A mediados de los sesenta, Jean conoció a Tarnower en una fiesta y lo que comenzó como un encuentro casual pronto se convirtió en un romance que marcaría sus vidas para siempre.
A lo largo de su carrera, Jean se destacó por su firmeza, disciplina y dedicación a la enseñanza, lo que la llevó a convertirse en directora de la exclusiva Escuela Madeira en Virginia, un internado de élite para jóvenes de familias influyentes.
Su relación con el médico fue intensa: flores, joyas y viajes alrededor del mundo, pero también estuvo marcada por altibajos y conflictos. A pesar de que Jean estaba profundamente enamorada, Tarnower nunca fue un hombre de compromisos y, a lo largo de los años, mantuvo relaciones con otras mujeres, lo que generó en Harris una gran inseguridad y celos constantes. Mientras él disfrutaba de su creciente fama y el interés que despertaba en mujeres más jóvenes, Jean se sentía cada vez más desplazada y humillada.
Lynne Tryforos, asistente médica, fue una de las amantes de Tarnower. Ese vínculo se convirtió en uno de los principales motivos de conflicto entre el médico y Jean Harris.
En sus momentos de desesperación, Jean escribió cartas cargadas de frustración y reproches, en las que expresaba su dolor por el rechazo y la indiferencia del hombre al que había entregado gran parte de su vida. Sin embargo, la frialdad con la que Tarnower ignoraba sus sentimientos terminó siendo uno de los detonantes de la tragedia.
Del amor a la tragedia
La noche del 10 de marzo de 1980, Jean Harris condujo hacia a la mansión de Tarnower ubicada en Purchase, Nueva York. Manejó durante cinco horas, envuelta en sus pensamientos, cegada por el dolor y el resentimiento acumulado tras años de desilusiones. En su bolso llevaba una Harrington & Richardson calibre 32, un arma que había comprado tiempo atrás, en su corazón, una mezcla de amor, despecho y desesperación. Pasadas las 11 de la noche, llegó a su destino, dispuesta a enfrentarlo.
Al llegar a la mansión, entró sin titubear. No era la primera vez que visitaba aquel lugar, pero esa noche todo sería distinto. Subió las escaleras y encontró a Tarnower acostado en su habitación. Aunque el médico estaba durmiendo, la llegada de Jean no lo alarmó. Estaban acostumbrados a discutir, a las escenas de celos, a los reproches interminables. Pero esta vez, Jean no estaba allí para hablar.
Los detalles de lo que ocurrió después siguen siendo objeto de debate. Según Jean, sacó su arma para asustarlo y quizás quitarse la vida frente a él para que entendiera el dolor que le había causado. Pero en medio de la confusión, los gritos y el forcejeo, el arma se disparó. Cuatro tiros impactaron en el cuerpo de Tarnower. Uno de ellos le dio en el cuello y resultó mortal. El célebre médico cayó al suelo mientras Jean, en estado de shock, intentaba comprender lo que había sucedido.
Cuando los policías llegaron, la escena era caótica: el cuerpo sin vida de Tarnower, el arma en el suelo, y Jean repitiendo entre sollozos que todo había sido un terrible error.
El juicio: “Yo no soy una asesina, lo amaba demasiado”
En 1981, comenzó el juicio contra Jean Harris y se convirtió en un evento mediático. Durante las audiencias, Jean defendió su versión de los hechos, asegurando que nunca tuvo la intención de matar a Tarnower. Según su testimonio, todo fue un terrible error: al darse cuenta de que había herido al médico, intentó quitarse la vida, pero el arma ya no tenía más balas.
“Yo no soy una asesina. Nunca quise hacerle daño. Lo amaba mucho… Nadie en el mundo siente su pérdida más que yo”, declaró ante el estrado. La defensa argumentó que se trató de “un trágico accidente”, que Jean estaba emocionalmente devastada y que los disparos fueron accidentales, fruto de un forcejeo mientras intentaba suicidarse frente a él.
Sin embargo, la fiscalía presentó un caso sólido en su contra, alegó que la escena del crimen sugería un acto deliberado. Los fiscales destacaron el hecho de que Harris había manejado durante horas hasta la mansión de Tarnower con un arma en su bolso, lo que indicaba premeditación.
“Esta no es la historia de una mujer desesperada que quería terminar con su vida. Es la historia de una amante despechada que tomó la justicia por su propia mano”, dijo el fiscal en su alegato final. También se presentó evidencia de la difícil relación entre Harris y Tarnower, incluyendo cartas escritas por ella donde expresaba su ira y frustración.
Tras semanas de testimonios y cobertura en todos los medios, el jurado encontró a Jean Harris culpable de asesinato en segundo grado. Fue sentenciada a 15 años de prisión en la correccional para mujeres de Bedford Hills, en Nueva York. A pesar de los intentos de sus abogados por apelar la sentencia, Harris cumplió doce años en prisión antes de obtener un indulto parcial por el gobernador de Nueva York, Mario Cuomo, en 1993. La decisión fue influenciada por su trabajo en favor de otras reclusas, promoviendo la educación y apoyando a madres encarceladas.
En 1986, Jean escribió un libro, “Stranger in Two Worlds”, donde contó su versión de los hechos y su vida en prisión tras ser condenada por el asesinato. Se describe como una mujer herida y maltratada emocionalmente. Reflexiona sobre su relación y el camino que la llevó a la tragedia. Asegura que nunca fue su intención matar a Tarnower, sino quitarse la vida.
Tras recuperar su libertad, Jean mantuvo un perfil bajo y se dedicó a la educación dentro del sistema penitenciario. Continuó su labor educativa y trabajó en programas para ayudar a madres encarceladas a mantener el vínculo con sus hijos. Además, escribió otro libro, “They Always Call Us Ladies”, donde denunciaba las condiciones de las mujeres en prisión y promovía una reforma del sistema penitenciario. Murió en 2012, a los 89 años, en New Haven, Connecticut.
El Caso Scarsdale inspiró varios libros y se convirtió también en una TV Movie de la mano de HBO, protagonizada por Ben Kingsley y Annette Bening, con el título “Mrs. Harris”.