Racing pasó del carnaval carioca previo, ya que celebró ante su público haber ganado la Recopa Sudamericana en Brasil, a un final que incluyó silbidos y una exigencia para a la próxima fecha del torneo Apertura: ganar el clásico contra Independiente, al que visitará el domingo 16 a las 16. El equipo dirigido por Gustavo Costas perdió por 1-0 como local frente a Huracán, cosechó su cuarta derrota consecutiva en el certamen e incrementó las dudas en el plano doméstico, en el que se encuentra fuera de la zona de clasificación para los octavos de final. El Globo, que aprovechó un error de la defensa académica, abrió la cuenta por intermedio de Eric Ramírez a los 24 minutos, ganó por cuarta vez al hilo y continúa a 3 puntos de Argentinos, el líder de la zona A.
Mientras sella el pasaporte y recorre el continente a paso firme, con un equipo que al haberse coronado en la Copa Sudamericana 2024 y la Recopa 2025 ofrece credenciales que lo hacen soñar con un rol de alto protagonismo en la próxima Libertadores, Racing muestra una cara diametralmente opuesta en el plano local, en el que acumula caídas e interrogantes en cada presentación. Con las lesiones como agravante, ya que tuvo bajas significativas antes y después de la conquista conseguida ante Botafogo la semana anterior, la Academia confirma la distancia entre varios de los protagonistas de su equipo de gala y los relevos con los que cuenta.
Así como Costas se convirtió en el artífice principal del resurgir internacional al club, a la vez no logra que su equipo muestre la misma conexión en el Apertura, en el que con un partido pendiente (vs. Unión, en Santa Fe), se encuentra fuera de la zona de acceso a los playoffs y con evidentes problemas de área a área: a las falencias defensivas agrega carencias creativas. La derrota que sufrió a manos de Huracán en el Cilindro de Avellaneda este sábado ratificó esas sensaciones contrapuestas a la alegría que suele conseguir cuando va al exterior.
La lista de lesionados es extensa. En la defensa no disponde de Marco Di Césare, Santiago Sosa, Agustín García Basso (los tres centrales titulares); tampoco tiene a Bruno Zuculini (operado con éxito durante la mañana de este sábado por un síndrome meniscal en la rodilla izquierda); aguarda por la recuperación de Gabriel Rojas y, fundamentalmente, extraña a su goleador: Adrián Martínez. Sin él, Racing está lejos de ser una maravilla en materia ofensiva.
NO SUMA: Mazzanti había convertido el 2-0 de Huracán ante Racing, pero fue anulado porque la pelota se había ido del campo de juego.
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— SportsCenter (@SC_ESPN) March 9, 2025
Más allá de que alzó la Recopa sin Sosa y García Basso, es evidente la diferencia que hay cuando la Academia modifica a gran escala su última línea y no está Martínez para resolver en el área ajena. Dos jugadas determinantes para el 1-0 de Huracán revelan la carencia de recambio. En el gol, Germán Conti –falló como en el 3-2 de San Lorenzo, en la fecha anterior– perdió arriba con Gabriel Alanís, que puso la pelota cerca del área chica, donde Nazareno Colombo se desentendió de la acción y Gabriel Arias, que esperaba un despeje del defensor, contempló cómo el delantero quemero punteó para quebrar la paridad. En el segundo tiempo, después de una guapeada de Maximiliano Salas por la derecha, Adrián Balboa quedó solo de cara al arco, sin oposición, definió desviado y desperdició una chance clarísima de igualar.
Huracán, que en el inicio de la temporada había perdido a su mediocampo completo (Williams Alarcón, Federico Fattori y Rodrigo Echeverría), ratificó su perfil de equipo duro, que pese a no tener brillo se las ingenia para reducir el espacio entre sus líneas y apostar a las salidas rápidas con Walter Mazzanti y Alanís. El mediocampo es el corazón del juego, con lo que eso representa, y Frank Kudelka encontró en Leonardo Gil a un todoterreno que es termostato de esa zona: marca, se ofrece como opción de pase, toca con pericia y, además, se encarga de la pelota detenida.
Compacto de Racing 0 vs. Huracán 1
Con la ventaja en el marcador, el Globo le cedió más la iniciativa a Racing, cuya falta de ideas se reflejó en varios pelotazos sin destino, lo que ofuscó a un público que pasó de la efusividad copera al nerviosismo por lo que transcurre en el Apertura y por lo que vendrá: el clásico en el estadio de Independiente, líder de la zona B.
En lo futbolístico, y también en el aspecto anímico, el Racing del Apertura necesita de la aparición del Racing de la Copa. Si se considera todo el ciclo de Costas, la Academia suma 28 partidos en los que su rival abrió la cuenta: revirtió y ganó apenas 5 de esos encuentros (perdió 19 y empató 4). Huracán, que nuevamente terminó con el arco en cero, y sin la necesidad de que el seguro Hernán Galíndez tuviera que lucirse, ratificó la curva ascendente que había implicado derrotar con autoridad a San Lorenzo en el Ducó y luego sentenciar en Liniers el ciclo de Sebastián Domínguez en Vélez.