Un sintecho en Londres. (Henry Nicholls/Reuters)

A los sintecho no les basta con no tener hogar, ni dinero, ni centros médicos que les ayuden a tratar las enfermedades psiquiátricas que en muchos casos son las causantes de su situación. A todo esto se añade otro problema: casi nadie les quiere cerca. En España, esto se ha visto esta semana con la polémica entre Aena, propietaria de la infraestructura del aeropuerto de Barajas y el Ayuntamiento de Madrid por ver qué hacer con el medio millar de personas sin hogar que duermen cada día en las terminales. Y en Inglaterra, el diario The Guardian ha hecho estallar esta semana la polémica con una exclusiva en la que revela que ayuntamientos de Londres y las empresas inmobiliarias que manejan han gastado más de 140 millones de libras (unos 160 millones de euros) en la compra de viviendas para reubicar a personas sin hogar fuera de la ciudad.

“Las viviendas son propiedad directa de los ayuntamientos o de empresas que estos poseen total o parcialmente. Se utilizan para alojar a personas sin hogar y familias, ya sea temporalmente en alojamientos de emergencia o de forma permanente en viviendas de alquiler privado”, cuenta The Guardian. “La mayoría de las viviendas se encuentran en zonas desfavorecidas del sureste y este de Inglaterra, que ya enfrentan una gran presión debido a la crisis de vivienda entre sus propios residentes”.

Varias ONG dedicadas a la vivienda han denunciado que el traslado de personas fuera de sus comunidades provoca un “caos” en sus vidas. De hecho, cada vez más parlamentarios han alzado la voz contra los traslados forzosos de personas sin hogar. Según datos del Gobierno británico, el número de hogares ubicados en alojamientos temporales fuera de su municipio ha alcanzado un récord histórico, con un aumento del 39% en los últimos 12 meses.

“Las reubicaciones fuera de su área obligan a algunas de nuestras familias más vulnerables a alejarse del apoyo que tanto necesitan y destruyen las oportunidades de vida de los niños, que terminan viajando horas solo para asistir a la escuela”, ha afirmado Florence Eshalomi, diputada laborista y presidenta del comité parlamentario de vivienda, comunidades y gobierno local. “Esto es el resultado de la combinación tóxica entre la crisis de la vivienda y el colapso de las finanzas locales. La estrategia de vivienda a largo plazo del gobierno debe garantizar que las autoridades locales tengan el apoyo y los recursos necesarios para que todos puedan acceder a una vivienda adecuada dentro de su comunidad”, ha añadido.

“La cicatriz del mercado inmobiliario”

Por su parte, Naushabah Khan, diputada laborista por Gillingham y Rainham y miembro del comité de vivienda, señaló que “el impacto negativo de estas reubicaciones es la cicatriz de un mercado inmobiliario profundamente dañado que ha sido ignorado durante 14 años de gobierno conservador. A medida que los ayuntamientos luchan contra una crisis de vivienda sin precedentes, esta medida extrema se ha convertido en la norma”.

“Además del trauma de quedarse sin hogar, las familias ven sus vidas sumidas en el caos al ser trasladadas a kilómetros de sus comunidades, a menudo de la noche a la mañana. Los ayuntamientos deberían proporcionar alojamiento en la misma área, pero la escasez de vivienda social, los alquileres privados desorbitados y los niveles récord de personas sin hogar hacen que esto sea cada vez más difícil”, comentó también Polly Neate, directora ejecutiva de la organización benéfica Shelter. “En lugar de gastar dinero en soluciones temporales, necesitamos ver la construcción de viviendas sociales en las zonas donde más se necesitan”.