La muerte de diez perros y cuatro gatos tras ingerir carne contaminada ha generado conmoción en la localidad francesa de Roissy-en-Brie, en la región de Seine-et-Marne. Las autoridades han abierto una investigación por “actos de crueldad hacia los animales” tras hallar trozos de pollo con sustancias tóxicas en varias zonas residenciales. La situación ha provocado indignación entre los vecinos, quienes temen por la seguridad de sus mascotas y de los niños que frecuentan la zona.
De acuerdo con los primeros análisis realizados por veterinarios y forenses, los trozos de carne contenían productos altamente tóxicos. Entre los posibles venenos detectados se encuentran la estricnina, utilizada en pesticidas para el control de plagas, y el metaldehído, presente en productos contra babosas y caracoles. Ambas sustancias son letales en pequeñas dosis y provocan síntomas graves como convulsiones, insuficiencia respiratoria y muerte en cuestión de minutos.
Los restos de carne contaminada han sido enviados a laboratorios especializados para determinar con precisión el tipo de veneno utilizado. Las autoridades locales han pedido a los vecinos que eviten que sus animales de compañía consuman cualquier alimento encontrado en la vía pública hasta que la situación esté bajo control.
Un radio de peligro de 300 metros
El área afectada abarca un radio de aproximadamente 300 metros en una zona residencial. Según explicó el comisario jefe Éric Slangen a Le Parisien, del distrito de policía de Torcy, los animales comenzaron a mostrar síntomas poco después de haber ingerido los trozos de pollo envenenado. “Algunos dueños intentaron llevar a sus mascotas a clínicas veterinarias de emergencia, pero la mayoría no pudo ser salvada debido a la rapidez con la que actuó la sustancia”, señaló el oficial.
Los veterinarios que atendieron a los animales relataron que presentaban vómitos, convulsiones intensas y dificultad para respirar antes de fallecer. “Es raro que los síntomas progresen con tanta rapidez. En la mayoría de los casos, el desenlace fue casi inmediato”, comentó un profesional de una clínica en Ozoir-la-Ferrière.
Riesgo también para los niños
Más allá de la tragedia para las mascotas y sus dueños, el caso ha encendido las alarmas entre las familias con niños pequeños. El alcalde de Roissy-en-Brie expresó su preocupación por la posibilidad de que un menor pueda entrar en contacto con los trozos de carne envenenada y sufrir consecuencias fatales. “Aunque pedimos evitar el pánico, debemos ser extremadamente cautelosos y asegurarnos de que ningún niño recoja estos restos del suelo”, declaró el edil en un comunicado.
Ante esta situación, se han reforzado las patrullas policiales en la zona, y los agentes están rastreando cámaras de seguridad y recopilando testimonios que puedan ayudar a dar con los responsables. Según la legislación francesa, los actos de crueldad contra los animales pueden conllevar penas de hasta tres años de prisión y multas de hasta 45.000 euros.
El envenenamiento masivo ha generado temor e indignación entre los residentes de la zona, quienes han comenzado a organizarse para vigilar parques y calles en busca de más restos contaminados. La incertidumbre sobre quién podría estar detrás de estos actos ha aumentado la tensión en la comunidad.
“No podemos entender cómo alguien es capaz de hacer algo así. Esto no solo es una amenaza para los animales, sino también para cualquier persona que viva aquí”, expresó una vecina en declaraciones a medios locales. Algunos residentes han solicitado mayor presencia policial y medidas preventivas para evitar que se repitan incidentes similares.
La investigación sigue en curso
Las autoridades han instado a cualquier persona que tenga información sobre el origen de los trozos de carne contaminada a que se comunique con la policía. También se ha pedido a los ciudadanos que extremen precauciones al pasear a sus mascotas y que reporten cualquier actividad sospechosa en la zona.
Ell caso sigue abierto, y las fuerzas de seguridad trabajan contrarreloj para esclarecer lo sucedido y evitar nuevas víctimas. Mientras tanto, los dueños de los animales fallecidos piden justicia por lo que consideran un acto de crueldad inaceptable que ha destrozado a muchas familias en la comunidad.