La participación de las mujeres en la economía de México ha ido en aumento; sin embargo, en la última década solo pasó del 43% al 46%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), cifra que está por debajo del 67% que hay en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
Ante esto, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) hizo un llamado a acelerar la incorporación de las mujeres a la fuerza laboral en México, al estimar que aumentar su participación sumaría 6.9 billones de pesos al Producto Interno Bruto (PIB) en los siguientes 10 años.
En un estudio, el IMCO afirmó que “aprovechar el talento de las mujeres en el mercado laboral es clave» para generar un crecimiento económico sostenible e inclusivo, además de que ayudaría a reducir la informalidad y mejorar la productividad.
Entre 2014 y 2024, la participación económica de las mujeres en México creció a un ritmo más lento que el promedio de los países de la OCDE, por lo que el país se aleja cada vez más de la tendencia internacional de reducir la brecha de género en el mercado laboral e incluso, de continuar así se alcanzaría a las demás naciones en un plazo de 56 años.
¿Cuánto aportan a la economía?
En el mismo documento, la institución precisó que la OCDE estimó que, en promedio, el incremento de la participación económica de las mujeres impulsó un crecimiento anual del PIB per cápita de 0.37 puntos porcentuales (p.p.) entre 2000 y 2022.
Mientras que los hombres contribuyeron con menos de la mitad de esta proporción (0.14 p.p) en el mismo periodo de tiempo.
El estudio muestra que aquellos países con las tasas más bajas de participación económica de las mujeres, como Italia, México y Turquía, son los que tienen mayor potencial de crecimiento económico.
¿Cuánto podría aumentar su aportación al PIB?
Esto representa una oportunidad para la economía nacional, para millones de empresas y puede beneficiar a las mujeres y sus hogares, por lo que la IMCO insistió en que acelerar el cambio para impulsar una mayor participación económica de las mujeres en México podría aumentar el PIB en 6.9 billones en la próxima década, es decir, alrededor de 630 mil millones de pesos (mmdp) al año.
Es decir, si el país opta por acelerar la inclusión de más mujeres, en 2035 el PIB podría ser 3.7% mayor, además de que el valor económico del trabajo de las mujeres aumentaría 35%, pasando de 3 billones de pesos a 4.1 billones de pesos.
¿Cuáles serían los estados más beneficiados?
El IMCO indicó que las entidades con la menor participación económica de mujeres son las que se beneficiarían en mayor medida de incluirlas.
En la Ciudad de México y Querétaro, entidades con la mayor tasa de participación económica de mujeres, el PIB estatal de 2035 aumentaría entre 2% y 4%, en comparación con la tendencia actual.
En contraste, el PIB de Chiapas podría ser hasta 32% mayor, mientras que el de Oaxaca, Hidalgo y Tlaxcala aumentaría alrededor de 11% en dicho escenario.
Para los estados es una oportunidad de impulsar su economía local, ya que, al acercarse a la meta, las entidades federativas podrían aumentar su PIB en promedio 8.4% en 2035.
¿Cómo se podrían incorporar a más mujeres a la economía de México?
Para alcanzar el nivel de participación que mantiene hoy la OCDE, México tendría que incorporar a 18.6 millones de mujeres a su economía para 2035.
Según el IMCO, tanto los gobiernos como las empresas tienen un papel clave para incentivar la participación de las mujeres en la economía y potenciar la competitividad del país y los estados.
Por ello, propuso impulsar mayores y mejores políticas de cuidados desde los sectores público y privado, ya que la evidencia muestra que las labores de cuidados recaen desproporcionadamente en las mujeres lo cual impacta sus trayectorias profesionales y su acceso y permanencia en el mercado laboral.
- Desde el sector público. Las autoridades son el pilar para construir un Sistema Nacional de Cuidados (SNC) que sea asequible y que garantice los servicios y derechos a todas las trabajadoras, incluyendo aquellas que se emplean en la informalidad. Esto incluye ampliar el acceso a servicios de salud, cuidado infantil y educación.
Consideró que también es necesario promover la corresponsabilidad de cuidados a través de la aprobación de licencias de paternidad obligatorias que permitan a los padres en el mercado laboral destinar tiempo a las responsabilidades del hogar y construir un piso parejo de prestaciones que no dependan de género.
- Desde el sector privado. Las empresas tienen la capacidad de implementar e institucionalizar lineamientos claros para el desarrollo de estrategias de flexibilidad laboral y políticas de cuidados. Por ejemplo, licencias parentales extendidas y remuneradas, subsidios para el cuidado infantil, así como horarios flexibles.
De igual manera, las empresas pueden implementar estancias de cuidado infantil en los centros de trabajo.
Actualmente, las reglas de operación de las guarderías del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) permiten a las empresas ser corresponsables en la operación de estancias exclusivas para sus trabajadores; no obstante, esta modalidad será renovada bajo el nuevo formato de Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI), lo cual puede ampliar la accesibilidad de dicho servicio.