Palacio Ambar, en la India (Adobe Stock).

Viajar a Asia es una invitación a recorrer siglos de historia, paisajes de ensueño y culturas que desafían la imaginación. Desde los suntuosos palacios de la India hasta las selvas impenetrables de Borneo, pasando por los mercados callejeros del sudeste asiático y las antiguas rutas comerciales de Uzbekistán, el continente ofrece experiencias que parecen sacadas de un relato de fantasía. Es por ello que, desde la prestigiosa guía de viajes Lonely planet, recomiendan estos diez itinerarios para disfrutar de algunos de los destinos más fascinantes del mundo.

India: tras las huellas de la realeza

Un recorrido por los fuertes y palacios de la India es un viaje al esplendor del pasado. Comenzar en Delhi, con sus bazares laberínticos y monumentos mogoles, es la introducción perfecta. Jaipur, con el Hawa Mahal y el Palacio del Ámbar, sigue en la ruta, antes de llegar a los rincones menos explorados de Bundi y Chittorgarh. Udaipur, con sus palacios flotantes sobre el lago Pichola, y Jodhpur, con el imponente Fuerte de Mehrangarh, completan el periplo antes de la parada obligada en el Taj Mahal. La experiencia se enriquece con un safari en camello en el desierto de Jaisalmer y un viaje al Parque Nacional Ranthambhore, donde es posible avistar tigres en su hábitat natural.

Borneo: un santuario de vida salvaje

El corazón verde de Borneo es un refugio de especies únicas. En Sarawak, Malasia, el Parque Nacional Bako ofrece encuentros cercanos con monos narigudos, mientras que el santuario de orangutanes de Semenggoh permite observar a estos primates en su hábitat natural. Pasar la noche en la selva es una experiencia incomparable, entre sonidos nocturnos y la posibilidad de avistar leopardos nebulosos y tarseros. Los ríos de color cacao que atraviesan la isla son ideales para travesías en canoa, mientras que los parques nacionales de Sabah permiten conocer la flora y fauna endémica. La cueva de Sarawak y el monte Kinabalu son paradas obligadas para los amantes del ecoturismo y la aventura.

China: el Triángulo Dorado del Reino Medio

La muralla China (Adobe Stock).

Pekín, Xi’an y Shanghái conforman un viaje al corazón de la historia china. En la capital, la Ciudad Prohibida y la Gran Muralla transportan a otras épocas. En Xi’an, el Ejército de Terracota y el animado Barrio Musulmán muestran el cruce de culturas. Finalmente, Shanghái impresiona con su fusión de modernidad y tradición, desde los jardines de Yuyuan hasta la silueta futurista de Pudong. Este recorrido permite descubrir también la belleza de la antigua Ruta de la Seda, visitar Hua Shan, una de las montañas sagradas de China, y explorar los canales de Suzhou, conocida como la ‘Venecia de Oriente’.

Sudeste asiático: una ruta gastronómica

Comenzando en Singapur, los mercados de comida callejera muestran la diversidad culinaria de la región. Kuala Lumpur, Melaka y Penang son escalas imprescindibles para degustar platos como el roti canai, el laksa o los fideos char kway teow. Cada comida es un viaje en sí misma. En cada ciudad, la gastronomía cuenta la historia de sus influencias malayas, chinas e indias. La ruta también permite explorar los cafés tradicionales de Ipoh, probar los mariscos frescos de Kemaman y descubrir los sabores especiados de los warong familiares de Selangor. La comida es el hilo conductor de esta travesía multisensorial.

Japón: templos y cerezos en flor en Kansai

La primavera en Kioto transforma la ciudad en un mar rosa pálido. Los templos de Higashiyama, el bosque de bambú de Arashiyama y las puertas torii de Fushimi Inari son visitas obligadas. En Osaka, la gastronomía y la vida nocturna contrastan con la serenidad del Lago del Oeste en Hángzhōu. Cada rincón de esta región ofrece una postal de la tradición japonesa, desde las casas de té de Gion hasta los jardines zen de Ryoan-ji. La experiencia se complementa con un recorrido por Nara, donde los ciervos sagrados deambulan entre templos centenarios, y la visita a Kobe, famosa por su carne de res y su puerto histórico.

Vietnam: Hanoi y su entorno

Bahía de Halong, en Vietnam (Shutterstock).

Desde la vibrante capital de Hanoi hasta la espectacular Bahía de Halong, este viaje recorre algunos de los paisajes más icónicos de Vietnam. En Hanoi, los templos antiguos conviven con calles bulliciosas y mercados de comida callejera. Un viaje en barco por la Bahía de Halong permite admirar islas de piedra caliza cubiertas de vegetación. Más al norte, la región montañosa de Sapa ofrece senderos entre terrazas de arroz y pueblos de etnias minoritarias. En el sur, Hue y Hoi An completan el recorrido con su arquitectura imperial y sus casas coloniales junto al río.

Nepal: senderismo en el valle de Langtang

El trekking en Nepal es una de las experiencias más enriquecedoras para los amantes de la montaña. El valle de Langtang ofrece una ruta de siete días rodeada de picos nevados, monasterios budistas y valles repletos de yaks. La travesía permite conocer aldeas sherpas y degustar comida tradicional en casas de té. Katmandú, con su plaza Durbar y templos hindúes, es el punto de partida de este viaje, que finaliza con vistas impresionantes del Himalaya desde el mirador de Kyanjin Ri.

Sri Lanka: ciudades antiguas y paisajes naturales

Anuradhapura, en Sri Lanka (Adobe Stock).

Este itinerario combina la riqueza cultural de Sri Lanka con su exuberante naturaleza. Desde las playas de Negombo hasta las ciudades sagradas de Anuradhapura y Polonnaruwa, el viaje atraviesa templos milenarios, plantaciones de té y parques nacionales con elefantes. En Sigiriya, la imponente roca con sus frescos antiguos ofrece una vista panorámica del entorno. Kandy y su Templo del Diente de Buda son paradas clave antes de explorar las tierras altas en tren. Para finalizar, el Parque Nacional de Yala ofrece safaris donde se pueden avistar leopardos y cocodrilos.

Tailandia: historia a través del ferrocarril

Este recorrido sigue la línea ferroviaria que une Bangkok con Chiang Mai, pasando por antiguas capitales del reino de Siam. En Ayutthaya y Sukhothai, los templos en ruinas narran la historia de una civilización gloriosa. En Phitsanulok, los mercados nocturnos ofrecen la mejor comida callejera del país. Chiang Mai, con su casco antiguo amurallado y sus templos dorados, es la última parada de un viaje que también permite adentrarse en la selva para conocer tribus locales y santuarios de elefantes.

Uzbekistán: la Ruta de la Seda

Este itinerario sigue los pasos de los comerciantes que recorrían la Ruta de la Seda. Desde la moderna Tashkent hasta la majestuosa Samarcanda, el viaje atraviesa mausoleos y madrazas decoradas con mosaicos. Bujará, con sus caravasares y bazares cubiertos, transporta a la época dorada del comercio en Asia Central. La ciudad amurallada de Jiva, con sus minaretes de azulejos turquesa, es una joya oculta que cierra este viaje por una de las rutas más legendarias del mundo.