No pareció un estreno. Sergio Lapegüe, conductor y líder excluyente de la propuesta (“cabeza de compañía” se diría en teatro) se mostró con extrema comodidad al frente de Lape Club Social Informativo, el nuevo ciclo que, desde este lunes, ocupa la franja de las 10 hasta las 13 en la pantalla de América TV. Igual soltura mostraron la mayoría de los integrantes del staff del programa.
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El debut estuvo lejos de los habituales mohines de un primer programa donde se suele ocupar la mayor parte de la agenda con presentaciones de secciones y colaboradores. Esta vez, de movida, el formato apeló a la información en sus más diversas vertientes, desde la actualidad política hasta los acontecimientos del orden policial, pasando por el análisis de las cifras del rating televisivo, los vaivenes del deporte y un acertado móvil en vivo.
El programa no escapa a los usos y costumbres del “magazine matutino de interés general”, un clásico de nuestra televisión -acaso de buena parte de las cadenas de habla hispana- donde, además de la información, no se regatea el humor ni las recetas de cocina.
El mérito de Lape Club Social Informativo no está en la originalidad de sus parámetros -nada nuevo bajo el sol, por cierto- sino en la forma en la que los habituales ingredientes fueron amalgamados para lograr, vale entonces el simbolismo, un plato sumamente sabroso de degustar.
Hace tiempo que Sergio Lapegüe viene pidiendo pista para encaminarse en el rol de animador televisivo y despegarse del esquema de los noticieros (durante más de tres décadas fue parte de la señal de noticias TN y de los espacios informativos de eltrece). Le imprimió una impronta más relajada a la manera de contar las noticias en la primera mañana -conformó una pareja bien simbiótica con Roxy Vázquez en TN- y fue el responsable de ciclos como Prende y apaga, en las noches de la misma señal informativa (viene amagando con repetir el formato en América TV).
Está claro que, aún en el rol de conductor de noticiero, buscó siempre imprimirle un sello propio a la forma de contar las noticias. Lejos del acartonamiento y tratando de “suavizar” con secciones “decontracté” lo más crudo de la realidad.
También se probó con Sábado en casa, un olvidable programa en el que coconducía junto a la cocinera Maru Botana (se llevaron pésimo y terminó siendo un estruendoso fracaso) y durante la temporada 2023 hizo lo suyo en El galpón, una experiencia cercana al late night show, ambos ciclos emitidos por eltrece.
Finalmente, en su nueva propuesta parece haber encontrado el ecosistema que anhelaba habitar y, dada la frescura y comodidad con que llevó adelante su rol y el buen timing del desarrollo de la propuesta, podría esperarse que el flamante espacio pase a convertirse en una marca de durabilidad en el tiempo.
La excusa es un imaginario club social de barrio donde germinará la agenda de cada día y donde los televidentes hasta podrán asociarse y obtener algunos beneficios aún no adelantados. El conductor entró por una puerta que hizo recordar a Polémica en el bar y ciertos tramos -como las participaciones del siempre eficiente Bicho Gómez- restituyeron en las retinas aquel inolvidable Mañanas informales creado por Jorge Guinzburg.
Acá hay un poco de todo eso. La pólvora ya fue inventada. Si hubiera que puntuar a Lape Club Social Informativo, la buena calificación no residiría en los hallazgos creativos, sino en la manera de hacer algo interesante con lo mismo de siempre. El programa cumple con su cometido. No aburre, informa y entretiene. Nada menos en una televisión abierta bastante soporífera.
Bien rodeado
El staff de colaboradores es sumamente acertado. Leo Paradizo, quien acompañaba a Lapegüe en TN y se encuentra a cargo de la información deportiva, aportó la impronta propia con la que se destaca del resto de sus colegas especializados. Chispa, repentismo, capacidad de improvisar y, cuando corresponde, también analizar con solvencia todo lo referido a su metier periodístico. Paradiso es un showman en potencia (en el debut volvió a su afán de interpretar personajes desde una caracterización algo bizarra), tiene ADN propio, y es un gran “segundo” de Lapegüe.
Mauro Szeta –“importado” de Telefe- fue a fondo con la actualidad policial, quedando en sus manos gran parte de la agenda periodística del ciclo. La desaparición en Córdoba del niño Lian Gael Flores Soraide, de tan solo tres años de edad, implicó que el profesional llegase a la denominada “zona cero” para ubicar testimonios fundamentales de la causa.
El periodista, además, timoneó la cobertura de una usurpación de viviendas en González Catán, partido de La Matanza, esta vez a través de un móvil en vivo a cargo de Guido Korman. El testimonio obtenido del damnificado resultó sumamente interesante y desnudó una compleja realidad habitacional.
Marina Calabró, siempre lúcida, muy informada, y de disfrutable buen decir, no sólo se adentró con algunos comentarios de actualidad sino que buscó, y esta será una de sus “misiones”, emular la sonada columna de espectáculos y medios que hacía en el programa radial Lanata sin filtro. “(Jorge) Lanata está acá, crítico, pero generoso como ninguno”, definió Calabró a su exjefe. Su tramo estuvo orientado a pensar el rating de Gran Hermano (Telefe), pero, además, descular algunos pormenores en torno a la ecuación comercial del reality, dejando en claro que se trata de un éxito, aunque no logre la repercusión de ediciones anteriores.
En el medio, la comunicadora le comentó a Lapegüe que Juan Carlos Calabró, su recordado padre, era fanático de Prende y apaga.
Bicho Gómez no interpretó al Payaso Malaonda, pero sus participaciones mucho tuvieron que ver con el tono de aquel recordado personaje. Se metió cada vez que pudo, desacralizó formalismos y acompañó lúcidamente al conductor. El actor, humorista y payaso es un pilar del formato que, en todo momento, puede “salvar las papas del fuego”. Algunos chistes dichos en complicidad con Lapegüe resultaron algo anacrónicos o machistas (que la “humorada” reciente de Eial Moldasvksy sirva de lección).
El periodista Pablo Rossi dio su mirada sobre la economía, pero, al hacerlo por videoconferencia, la tecnología no le jugó a favor. La periodista Mai Pistiner demostró lucidez y soltura, una grata revelación, y Robertino Sánchez Flecha demostró solvencia para pensar la actualidad, aunque aún no “contaminado” con la irreverencia de un ciclo de estas características. Ambos jóvenes profesionales son hallazgos de Lapegüe.
La chef Jordana Klad preparó pizzas, Mica Lapegüe (hija del conductor) apeló a sus personajes de humor, y el Mago Black aportó destreza en lo suyo y una gran capacidad lúdica para relacionarse con sus compañeros. En el equipo también estará Martín Salwe con participaciones desde exteriores.
La bella voz de Eugenia Quibel, histórica integrante de La peña de morfi (Telefe), acompañó cada tramo. El nuevo ciclo es producido por Corner, también responsable del mencionado programa musical que fuera creado por Gerardo Rozín.
El segmento “Noticias en 30 segundos” es divertido y permite una ronda de información veloz para poner en agenda lo necesario.
Una escenografía corpórea libera al formato de las reiteradas pantallas LED de las que hace uso y abuso América TV, donde las escenografías de varios de sus programas resultan muy similares. Acá también hay pantallas, pero no es un recurso excluyente sino la forma de abrir la ventana al exterior. En el estreno, se pudieron ver imágenes en vivo de Corrientes, Resistencia y Buenos Aires. Lapegüe azuzó a los televidentes para que comiencen a acercarse a las convocatorias espontáneas, tal como sucedía en TN, dándole un saludable tono federal a la propuesta.
Sobre el final apareció “Bochi”, la esposa del conductor y, como “fin de fiesta”, todos degustaron las pizzas caseras preparadas por la cocinera. Hubo un pase de cierre con Intrusos que, posiblemente, se repita cada día.
Sergio Lapegüe logró su cometido. Pateó su tablero profesional y se arriesgó. No le salió nada mal. Ahora se trata de perdurar en el tiempo, acaso el mayor desafío para un programa que logró buenos números. Las primeras evaluaciones del rating marcaron un pico de 3,5 puntos, cifra nada despreciable para el horario y para el canal que emite Lape Club Social Informativo.