La salida voluntaria es una alternativa cada vez más considerada por inmigrantes que enfrentan procedimientos de expulsión en los Estados Unidos tras la llegada del republicano Donald Trump a la Presidencia del país norteamericano.

Esto, porque a diferencia de la deportación formal, que conlleva consecuencias severas y una prohibición de reingreso prolongada, la salida voluntaria ofrece la posibilidad de abandonar el país por cuenta propia, preservando la oportunidad de solicitar futuras opciones migratorias.

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Así lo recomendó la colombiana Stefanny Vargas, preparadora y paralegal de formas migratorias, a través de un video en su cuenta de TikTok en el que explicó que la salida voluntaria “es únicamente para las personas que todavía no tienen una orden de deportación”, por lo que pueden llegar a un acuerdo con el gobierno para salir de una manera legal y que no cause problemas a futuro.

¿En qué consiste la salida voluntaria?

La salida voluntaria permite a una persona poner fin a su estadía en Estados Unidos sin generar, en muchos casos, un registro formal de deportación.

La salida voluntaria se presenta como una opción más flexible para inmigrantes que enfrentan expulsión en EE.UU., permitiéndoles abandonar el país por su cuenta y preservar futuras opciones migratorias - crédito Senior Airman Devlin Bishop/Dept. of Defense

Esto significa que la persona no es expulsado a la fuerza, sino que se compromete a salir del territorio estadounidense por su propia cuenta, antes de una fecha límite asignada.

De esta manera, se evita la etiqueta de “remoción forzada”, la cual puede tener repercusiones negativas a largo plazo en el historial migratorio del solicitante.

No obstante, la salida voluntaria no está disponible para todos, dado que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), estipuló criterios específicos que deben cumplirse y, una vez concedida, el solicitante debe acatar estrictamente los plazos y condiciones fijados por el juez de inmigración para evitar que la salida voluntaria se convierta de manera automática en una orden formal de deportación.

Requisitos para solicitar la salida voluntaria

  • Solicitud temprana: se recomienda que la solicitud se presente lo antes posible, preferiblemente en las primeras audiencias de inmigración, conocidas como “audiencias del calendario principal”.
  • Renuncia a beneficios: el inmigrante debe aceptar no solicitar beneficios adicionales ni apelar la decisión del juez si se le concede la salida voluntaria.
  • Admisión de deportabilidad: la persona declara ser deportable y renuncia a argumentar defensas que prolongarían el proceso judicial.
  • Pago del viaje: el individuo asume los costos de su propio traslado al país de origen.
  • Documentos de viaje vigentes: es fundamental contar con pasaporte y demás papeles requeridos para poder salir de Estados Unidos en un plazo máximo de 60 días.
  • Fianza: en algunos casos, se exige el pago de una fianza con la que se busca garantizar que el inmigrante cumplirá con la salida en el plazo estipulado.

La salida voluntaria permite a los inmigrantes salir de EE.UU. sin un registro formal de deportación, evitando así consecuencias negativas a largo plazo en su historial migratorio - crédito Lucy Nicholson/REUTERS

El proceso ante los tribunales

El procedimiento inicia ante un juez de inmigración durante las audiencias del calendario principal.

Si el abogado del gobierno no se opone, el juez puede conceder la salida voluntaria de manera relativamente rápida; sin embargo, si existe oposición, el caso podría pasar a una audiencia impugnada, en la que el solicitante deberá exponer por qué merece la salida voluntaria.

En esta fase, el juez examina factores como el historial migratorio de la persona, si tiene antecedentes penales o sanciones previas, lazos familiares en Estados Unidos, contribuciones a la comunidad y posibles razones humanitarias que apoyen su solicitud.

No cumplir con los plazos de la salida voluntaria resulta en una orden de deportación, con posibles prohibiciones de ingreso y multas económicas - crédito Jeenah Moon/REUTERS

Preparación de documentos y testimonio

Una de las claves para obtener la salida voluntaria radica en la presentación de documentos sólidos y testimonios convincentes. Entre la documentación más habitual se incluyen:

  • Cartas de apoyo: familiares, amigos o empleadores que puedan dar fe del buen carácter del solicitante.
  • Pruebas de empleo: demostrar estabilidad laboral o contribuciones a la economía local.
  • Historial de vida en el país: recibos de servicios, contratos de arrendamiento o estados de cuenta bancarios que evidencien la residencia prolongada.
  • Certificados de rehabilitación: en caso de tener antecedentes penales, estos certificados pueden mostrar buena conducta posterior.

Adicionalmente, el testimonio del inmigrante en la audiencia impugnada debe ser claro y veraz, pues deberá compartir detalles personales, historias de superación o la importancia de no ser separado de la familia pueden ser cruciales para humanizar el caso ante el juez.

Consecuencias de no cumplir con la salida voluntaria

Si se concede la salida voluntaria, es vital que el inmigrante cumpla con el plazo fijado, de lo contrario, la salida voluntaria se convierte inmediatamente en una orden de deportación, lo que puede acarrear:

  • Prohibiciones de ingreso: el inmigrante puede quedar inhabilitado para solicitar reingreso a Estados Unidos por hasta 10 años.
  • Multas económicas: en algunos casos, se pueden imponer multas adicionales.
  • Obstáculos migratorios: cualquier intento futuro de gestionar una visa o estatus migratorio se dificulta de manera notable.