MADRID.— Se presentó en la capital española, en Casa de América, ante un anfiteatro colmado de admiradores de la gran dama de la cultura argentina, la conferencia “Victoria Ocampo, una mujer sin fronteras”, a cargo del editor Miguel Ángel Blázquez: “Este es el mayor encuentro que se ha hecho jamás sobre Victoria Ocampo en España -destacó el principal orador del encuentro-. Victoria Ocampo no acepta las fronteras, sean del tipo que sean: sociales, políticas, amorosas, afectivas, familiares, carnales”.

La conferencia inauguró el ciclo “Mujeres hispanas: creadoras de la historia y la cultura en español”, que busca visibilizar el enorme legado que han dejado las mujeres de un lado y otro del Atlántico y que han participado en la construcción de la identidad cultural de América Latina. El ciclo está coorganizado por Casa de América, el Círculo de Orellana y la Comunidad de Madrid. “Ocampo no se conformó con los límites de su época. Su obra es un reflejo sobre la tolerancia y eso le costó su propia libertad por su oposición al peronismo”, expresó León de la Torre Krais, director general de Casa de América. Leticia Espinosa de los Monteros Rosillo, fundadora y presidenta de la asociación sin fines de lucro Círculo de Orellana, destacó que desde hace una década su institución realiza “una revisión histórica, plural y diversa en femenino”. También estaba presente Luis Fernando Martín Izquierdo, el viceconsejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Comunidad de Madrid.

Leticia Espinosa de los Monteros Rosillo y el editor Miguel Ángel Blázquez en el homenaje a Victoria Ocampo en Madrid

Por su parte, la Fundación Sur, que vela por el legado de Victoria Ocampo en el mundo, abrió el acto con un video de tres minutos sobre el vínculo entre Victoria Ocampo y España. Juan Javier Negri, presidente de la Fundación, destacó: “En algún libro de presagios debe estar escrito que algún día el Círculo de Orellana se encontraría con Victoria Ocampo (…) Para ella, España fue un descubrimiento. Cuando conoció a José Ortega Gasset en Buenos Aires en 1916, aprendió entonces que la expresividad de nuestra lengua era la mejor herramienta para difundir nuestra cultura en el mundo. También lo fue cuando, en circunstancias dolorosas, en junio de 1936, España le permitió tomar partido por las ideas de la libertad y la democracia. Hoy toca a vosotros descubrir o redescubrir a Victoria. Os deseo la misma gran satisfacción espiritual que España supo darle a ella”.

Miguel Ángel Blázquez, editor del sello Bookman y gran conocedor de la obra de Ocampo, antes de pronunciar su conferencia, brindó a cada uno de los presentes un ejemplar de “La mujer y su expresión”, el discurso que leyó por radio la intelectual en 1935 y que él editó recientemente, con una introducción de su autoría. “Afirmo que fue una de las pioneras en una particular forma de reclamar y ejercer la defensa de los derechos de las mujeres, del valor de la mujer, algo que transmite indistintamente a hombres y a mujeres, algo de lo que nosotros, los hombres, tenemos mucho que aprender —Ocampo fue presidenta de la Unión Argentina de Mujeres que se funda en 1936—. Desde el altavoz de la revista Sur, que dirige, se pronuncia también contra los estados totalitarios de cualquier sesgo político, actividades subversivas que no gustaban al régimen de Juan Domingo Perón y que provocaron su encarcelamiento en 1953″.

Blázquez proyectó fotos de distintos momentos de la vida de Ocampo y se refirió tanto a su vida privada (“Mi vida es un ardiente desorden”, escribió), como a la editorial e intelectual: “Generosa con su trabajo, generosa con sus colaboradores y con las personas que pedían ayuda en la Argentina e incluso desde la Europa en guerra. Se dice que gastó tres fortunas heredadas en promover la actividad cultural de su país a través de los proyectos editoriales que emprendió, además de colaborar con quienes solicitaban su ayuda”. Blázquez enfatizó en el título de la conferencia y en la capacidad de la intelectual argentina de derribar muros y atravesar océanos y cordilleras: “Victoria Ocampo no acepta las fronteras, sean del tipo que sean, sociales, políticas, amorosas, afectivas, familiares, carnales”.

Miguel Ángel Blázquez, editor, publicó

La necesidad de regresar a los textos de Ocampo orbitó el encuentro: “Hay que leer su obra y esto significa también sumergirse en las cartas, en la comunicación epistolar. Son más de mil cartas que se han datado hasta la fecha. Es ahí donde considero que encontramos a la auténtica Victoria, en la carta escrita, porque la carta se escribe en un momento vital presente, muchas veces llevada por la pasión”.

Paula Quinteros, editora, periodista argentina-española y CEO del periódico digital The Objective, se refirió a Ocampo como una personalidad que allanó el cambio para otras mujeres. “Rebelde, visionaria, esta mujer no pidió permiso para construir un espacio”. Quinteros se preguntó y preguntó a los presentes cuántos se han autocensurado y regresó al pensamiento y al ejercicio de Ocampo, quien luchaba en su tiempo contra este vicio de no animarse a expresar una ida cuando se piensa diferente a un status quo. Además, en esta época de polarizaciones, Quinteros recalcó: “Ocampo se negó a ser reducida a una sola categoría”.