CÓRDOBA.- Una bodega cordobesa cuyos vinos reúnen reconocimientos nacionales e internacionales por su calidad surgió de la decisión de un matrimonio de profesionales con largas trayectorias en sus áreas -ingeniería y lenguas- de generar una actividad para cuando se retiraran de la vida laboral. Cinco años estuvieron buscando el lugar donde plantar vides en el valle de Calamuchita y, en 2012, pusieron las primeras 3000 de malbec. Bodega Río del Medio produce ahora unas 7000 botellas anuales y el objetivo es alcanzar las 15.000. No más de ese número porque quieren mantener una escala que pueda gestionar la familia.

Carlos Testa trabajó en empresas de primera línea de la industria cementera y de la automotriz, y su esposa Laura Borioli, fue profesora de inglés y directora de una reconocida institución educativa de Córdoba. Cambiaron su vida y ahora se mueven entre las cuatro hectáreas plantadas de uvas de las variedades malbec, suavignon blanc y cabernet franc.

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“Pensamos en construir algo para cuando nos retiráramos -cuenta Testa a LA NACION-. Nos atraía la industria del vino porque nos gustaba ese mundo, visitábamos bodegas, hacíamos enoturismo y habíamos armado una pequeña cava hogareña”.

Cuando empezaron a buscar por Calamuchita, en el valle había solo dos emprendimientos vitivinícolas. Hoy la zona se ha desarrollado y la producción de vinos se mezcla con los atractivos turísticos. Durante cinco años buscaron y realizaron estudios de suelo para definir el potencial productor. En 2012 comenzaron en Los Reartes y ese mismo año hicieron su primera vendimia con 400 kilos de uvas que transformaron en vinos.

El valle de Calamuchita se desarrolló con varias bodegas

La bodega solo trabaja con uvas propias. Testa, elegido hace poco como presidente de la Cámara Vitivinícola de Córdoba, subraya que para el terroir es clave que la finca esté en una loma, que el suelo sea una mezcla de piedra caliza, granito y greda, “muy bueno para la viticultura”, además de un clima propicio porque “al ser un lugar alto, es fresco, corre brisa de manera permanente y eso es muy saludable para el viñedo porque la humedad es el gran enemigo”.

El valle cordobés sumó nuevas bodegas

Recalca que el proyecto apunta a 15.000 botellas anuales: “Queremos mantenernos en esta escala para poder manejarla nosotros. Es un emprendimiento familiar en el que también están involucrados nuestros dos hijos, Octavio y Felipe”. Por supuesto, cuentan también con asesoramiento de profesionales, un agrónomo y el enólogo Emiliano Guzmán.

En la guía Descorchados de Patricio Tapia, la más importante a nivel de Sudamérica, en el 2021 el Malbec de la bodega logró el premio “revelación” con 92 puntos. También un Sauvignon Blanc sumó 92 puntos y este año tres recibieron distinciones, entre ellos un Gran Reserva 2020, con dos años de barrica y tres de botella que se quedó con 94 puntos. También tienen premiaciones de la cata de Joaquín Hidalgo de Vinous.

“Estamos muy contentos porque lo que hacemos es reconocido en el mundo de los enófilos nacional e internacional”, define Testa, quien destaca que también realizaron una inversión en una bodega “muy cuidada” que es la que se requiere para lograr un “proceso robusto de vinificación”.

Por la zona en que están y el proceso lento de maduración de las uvas, las cosechas se determinan en función de la evolución de la fruta. En general, las de las blancas se extiende entre la segunda quincena de febrero y la primera de marzo, y para los tintos a partir de ahí hasta mediados de abril.