Las fuerzas paquistaníes y afganas intercambiaron disparos durante la noche en el cruce fronterizo de Torkham, en el noroeste de Pakistán, en medio de una disputa que mantiene cerrado el paso desde hace 11 días, informaron funcionarios el lunes. Al menos uno de los combatientes murió y varios resultaron heridos, según el balance preliminar de las autoridades.
Según un funcionario paquistaní, que habló bajo condición de anonimato, las fuerzas de seguridad del Emirato Islámico de Afganistán iniciaron el fuego sin provocación, utilizando armas automáticas contra el puesto fronterizo paquistaní. En respuesta, el personal de seguridad de Pakistán devolvió los disparos.
Por su parte, un funcionario afgano en la provincia de Nangarhar acusó a Pakistán de iniciar el ataque contra la policía fronteriza afgana, que se encontraba construyendo un nuevo puesto dentro de su territorio. “Las acciones provocativas de las fuerzas paquistaníes han obstaculizado los esfuerzos para reabrir el cruce”, señaló el funcionario.
El cierre del cruce de Torkham ha generado una acumulación de miles de camiones y vehículos en ambos lados de la frontera, dejando a comerciantes y viajeros varados en condiciones invernales adversas. Tanto Torkham como Chaman, otro paso clave en el suroeste, han sido cerrados en ocasiones anteriores debido a enfrentamientos entre ambos países. Estos cruces son esenciales para el comercio y el tránsito entre Pakistán y Afganistán, que depende de ellos para su acceso a mercados internacionales.
Un conflicto de larga data
Las tensiones en la frontera entre Pakistán y Afganistán tienen raíces históricas en la disputa por la Línea Durand, la demarcación establecida en 1893 entre el entonces Raj británico y Afganistán. Tras la independencia de Pakistán en 1947, Kabul se negó a reconocer esta frontera, lo que ha generado conflictos recurrentes.
A lo largo de los años, la relación entre ambos países ha estado marcada por el apoyo de Pakistán a distintos grupos dentro de Afganistán, especialmente durante la guerra contra la ocupación soviética y la posterior llegada del Talibán al poder en 1996. Luego de la invasión liderada por Estados Unidos en 2001, Pakistán fue acusado de albergar a líderes talibanes en su territorio, lo que ha alimentado el recelo entre ambos gobiernos.
Desde que los talibanes retomaron el control de Afganistán en agosto de 2021, las tensiones en la frontera han aumentado, con incidentes regulares de violencia en Torkham y Chaman. En 2022 y 2023, ambos cruces fueron cerrados en varias ocasiones debido a enfrentamientos entre fuerzas de seguridad.
El comercio bilateral también se ha visto afectado por estas disputas. Pakistán es un socio comercial clave para Afganistán, que depende en gran medida de las importaciones a través de los puertos paquistaníes, especialmente Karachi y Gwadar. El cierre prolongado de los cruces fronterizos impacta la economía de ambos países y agrava la crisis humanitaria en Afganistán.
Hasta el momento, no hay confirmación sobre una posible reapertura del cruce de Torkham, mientras continúan las negociaciones entre ambas partes.
(Con información de AP)