En 2024, un total de 1.154 personas fallecieron en las carreteras españolas, la cifra más alta desde 2019. La tendencia sigue al alza en 2025, con más de 150 víctimas mortales en lo que va de año.
Ante esta situación, las autoridades refuerzan las medidas de control en las vías. La Dirección General de Tráfico (DGT) señala que la velocidad inadecuada está presente en el 21% de los accidentes mortales. Para combatir esta problemática, el radar aéreo Pegasus se ha consolidado como una herramienta clave en la vigilancia del tráfico. Este sistema permite detectar infracciones desde el aire, especialmente excesos de velocidad, y complementa los controles terrestres tradicionales.
La DGT incorporó el sistema Pegasus a su flota de helicópteros en 2013, con el objetivo de mejorar la seguridad vial mediante una vigilancia más efectiva. Desde entonces, la flota ha crecido hasta contar con once helicópteros equipados con esta tecnología. En 2022, estos dispositivos enviaron casi 20.000 propuestas de sanción relacionadas con excesos de velocidad.
Cómo funciona el radar Pegasus
Cada helicóptero equipado con el sistema Pegasus cuenta con dos cámaras MX15 de L3-Wescam con giroestabilizadores, diseñadas para la vigilancia del tráfico desde el aire. Una de ellas es una cámara panorámica, que permite seguir el movimiento de los vehículos y captar imágenes amplias del entorno. La segunda es una cámara con teleobjetivo, utilizada para enfocar detalles específicos, como la matrícula del vehículo, facilitando su identificación.
El proceso de detección de infracciones sigue un protocolo preciso. En primer lugar, el helicóptero se posiciona a una altura de hasta 300 metros y a una distancia aproximada de un kilómetro del vehículo, asegurando una línea de visión directa. A continuación, un sistema GPS determina las coordenadas exactas del automóvil en movimiento.
Para garantizar la precisión, un telémetro láser mide la distancia entre el helicóptero y el vehículo con un margen de error inferior al 1%. Con estos datos, el sistema calcula la velocidad del automóvil cada tres segundos, permitiendo registrar velocidades que oscilan entre los 80 y los 360 km/h.
Si se detecta una infracción, las imágenes y datos quedan registrados y se envían telemáticamente al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas, donde se procede a su análisis y tramitación.
Qué puede hacer el helicóptero de la DGT
Además de controlar la velocidad, el sistema Pegasus permite detectar otras infracciones en carretera, como el no uso del cinturón de seguridad, la falta de respeto a la distancia de seguridad, la conducción temeraria, los adelantamientos prohibidos y el uso del teléfono móvil al volante. Esto es posible gracias a las cámaras de alta resolución y los objetivos de gran alcance instalados en los helicópteros, que permiten captar imágenes detalladas de los vehículos en circulación.
Desde su implementación, Pegasus ha demostrado ser una herramienta eficaz en la vigilancia del tráfico. En 2024, la Dirección General de Tráfico (DGT) sancionó a más de 1.100 conductores por exceso de velocidad, muchas de estas infracciones detectadas mediante este sistema. Entre los casos más graves, se registraron vehículos circulando a 238 km/h en la A-7 y a 206 km/h en la N-610, cifras muy por encima de los límites permitidos.