Cuando invirtió una auténtica fortuna para la época al comprar los pases de Carlos Peucelle y Bernabé Ferreyra, River fue bautizado como el ‘millonario’. Ese sobrenombre tuvo más vigencia que nunca en este mercado de pases, donde la inversión en materia de incorporaciones superó los 20 millones de dólares netos. Sin embargo, la historia del club de Núñez no sólo está marcada por su capacidad para reforzarse con las figuras de otros equipos del fútbol argentino, sino también por un semillero de elite mundial, capaz de formar a grandes jugadores a lo largo del tiempo y que actualmente tiene a la Reserva campeona.
Los nombres surgidos de River hablan por sí solos: desde Ángel Labruna, Adolfo Pedernera y José Manuel Moreno, tres cracks en las primeras décadas del profesionalismo, hasta seis integrantes de la selección argentina campeona del mundo en Qatar 2022, pasando por el inolvidable Enrique Omar Sívori, un ícono como Norberto Alonso, el desfachatado Ariel Ortega y nada menos que el técnico actual, Marcelo Gallardo, nuevamente responsable de la línea de juego que se implementa en las divisiones inferiores de River.
Desde que Jorge Brito asumió como presidente, en diciembre de 2021, las categorías formativas de la institución experimentaron cambios abruptos en materia de modelos de trabajo.
Sebastián Pait, de exitosa tarea en Vélez, llegó con su equipo técnico en 2022 para hacerse cargo de la coordinación general, pero la salida del Muñeco en noviembre de ese año modificó abruptamente el rumbo. Hermes Desio, vinculado a las selecciones juveniles de la Argentina, reemplazó a Pait en 2023. Sin embargo, a fines de 2024 el control volvió a estar bajo la órbita de Gallardo, que delegó el semillero en un histórico como Gabriel Rodríguez, hombre de confianza para el DT, a quien fichó en 1988 tras una prueba en las canchas auxiliares del estadio Monumental.
La relación entre ambos se fortaleció con el paso del tiempo y es por eso que Gallardo, con el aval de Brito, decidió confiarle el proceso formativo a Rodríguez, que durante su ausencia como coordinador general ocupó ese rol con las categorías infantiles y que también conoce a Matías Biscay y Hernán Buján por haberlos incorporado, tal como sucedió con el Muñeco. No se trata de una función desconocida para el hombre de 65 años, debido a que supo ejercerla tanto en el periodo 2014-19 como desde 2006 hasta 2009, etapa en la que llegaron al club Enzo Fernández, Gonzalo Montiel, Germán Pezzella y Exequiel Palacios, entre otros.
Las razones del cambio
Ante el escenario mencionado, la pregunta se impone, ¿por qué River modificó otra vez el mando en sus inferiores? “Estamos en un momento para sentir una identificación plena, un orden y lineamiento, no sólo al fútbol profesional, sino también al fútbol juvenil. No podemos perder más tiempo, había que abordarlo. Sentí de hacerlo con gente que tengo identificación, que sabe mi mensaje y puede ejecutarlo. Ya lo hice en otro momento y quería que eso nuevamente vuelva a funcionar, para que esté en la misma sintonía y que los lineamientos sean de arriba para abajo”, argumentó Gallardo, el 23 de enero pasado, en Ezeiza.
Luego de observar que existe un paréntesis entre los valores que surgieron recientemente y la próxima camada, prevista en un par de años, el Muñeco, con quien hicieron su estreno oficial 42 jóvenes formados en la institución, apuesta al ADN riverplatense que les inculcaron en el club a todos aquellos que hoy dirigen las diferentes divisiones después de contar con su visto bueno.
Totalmente alineado al DT, Gabriel Rodríguez le explica a LA NACION cómo se produjo su retorno a River: “Mediante charlas, desde la llegada de Marcelo al club, y por nuestra relación personal, buscando una uniformidad de un estilo y una filosofía de juego que fue tradicionalmente con la historia de nuestro club. Y buscando volver a las fuentes, con la metodología que desarrolla la primera división y consecuentemente en todas las categorías de la institución, ya sea fútbol juvenil e infantil”.
Dispuesto a promover su idea, Rodríguez respondió un par de preguntas al respecto.
-¿Cuál es el plan de trabajo y en qué consiste la metodología?
-Desarrollar y delinear un mismo estilo de juego, ya sea en lo técnico como en la táctica, que el jugador que Marcelo considere subir esté alineado sobre la misma idea, y que se le haga sencillo al jugador y por consiguiente su adaptación a la alta competencia. El objetivo es desarrollar jugadores identificados con el estilo y, por supuesto, que lleguen lo suficientemente preparados en juego, fuerza, musculación y formar jugadores ganadores, que es fundamental para afrontar las exigencias de un club tan competitivo como River Plate.
-¿Cuál es la razón por la que se cambiaron los técnicos de diferentes categorías?
-Se buscó ganar sentido de pertenencia con profesionales a cargo de cada categoría con identidad con el club. Exjugadores que con el paso del tiempo fueron jugadores nuestros y entienden perfectamente lo que se busca según las edades de los chicos, presentando la docencia y lo humano. Y más en estos momentos que observamos que la llegada de los jugadores al club viene aparejada de grandes deficiencias, ya sea de todo tipo: inseguridad, problemas económicos y falta de apoyo. Tenemos que proyectar jugadores no sólo con el gen futbolístico de la institución, sino también formarlos con un nivel cultural y de vida lo suficientemente posible a lo que intentamos lograr.
Compenetrado con el nuevo desafío, Rodríguez, de pasado como DT interino de River a fines de 2008 y también con una experiencia como responsable de las categorías formativas de San Lorenzo a principios de este siglo, diseñó un organigrama minucioso que va más allá de la designación de entrenadores.
Para la metodología de las divisiones mayores mantiene un diálogo permanente con Jonathan La Rosa, cuñado de Gallardo, ex técnico de la Reserva y a cargo de la sexta durante 2024. ¿En qué consiste la función del exfutbolista de, entre otros clubes, Alvarado y Deportivo Merlo? “Primero, armamos un manual de metodología que se basa en los principios y subprincipios de juego del primer equipo. Tenemos cinco patrones por línea a llevar a cabo y respetar la ideología del club. A su vez, armamos una base de datos de estos patrones con información específica e imágenes y videos del primer equipo: entrenamientos y demás”, detalla La Rosa, en diálogo con LA NACION.
Y agrega: “Los coordinadores trabajan en la planificación diaria junto a la dirección de metodología. Esto se desarrolla hasta las categorías infantiles. Todo tiene su planificación diaria y hoy iniciamos nuevamente con la supervisión de Marcelo (Gallardo) y Gabriel (Rodríguez) como director. Eso nos da un salto de calidad. Buscamos un proyecto integral donde todas las categorías tengan la identidad del primer equipo, y que a su vez los entrenadores tengan herramientas para desarrollar esta idea”.
La estructura en 2025
Fútbol Formativo, como se denomina desde 2022 al área que en River durante muchos años se llamó Fútbol Amateur, tiene como flamante presidente a Eduardo Barrionuevo, uno de los vocales titulares de la Comisión Directiva ligados al vicepresidente primero Matías Patanian, en sustitución de Hernán Vázquez, miembro del mismo organismo del club. De buena relación con Rodríguez y pasado como hombre cercano a las necesidades del plantel, Barrionuevo ya estuvo relacionado a las inferiores durante el segundo mandato de José María Aguilar, es decir entre 2005 y 2009.
Debajo de él, inmediatamente aparece el mencionado Rodríguez, que además de elegir a La Rosa como responsable de la metodología, optó por Alberto “Tato” Montes en el rol de supervisor de los arqueros, aprovechando su experiencia en el plantel profesional, y a la doctora Sandra Rossi al frente de la neurociencia. Al mismo tiempo, Santiago David, uno de los hombres cercanos al secretario Stefano Di Carlo, cumple un rol clave al ser el coordinador administrativo, una función que implica la planificación y conexión entre los protagonistas que intervienen en los distintos espacios de Fútbol Formativo.
Con respecto a los técnicos, el armado quedó de la siguiente manera: Diego Barrado está en la cuarta, donde tiene como ayudante de campo a Ernesto “Tecla” Farías, Diego Rendo reemplazó a Javier Alonso en la quinta, Guillermo Rivarola dejó la cuarta y asumió en la sexta, Damián Castellanos tomó la séptima, Martín Pellegrino se hizo cargo de la octava en sustitución de Maximiliano Sperandini luego de estar una categorías más arriba, y Rodrigo Villarroel quedó al mando de la novena -la única categoría de River campeona en 2024-, hasta entonces con Javier Claut al frente. Juan José Borrelli, de pasado en la Reserva (2020-22) y en diferentes divisiones, es el responsable de la coordinación en infantiles.
Lejos de centrarse en las funciones lógicas, el plan encabezado por Gallardo y Rodríguez incluye el desarrollo pormenorizado de la parte física y técnica. Para este último aspecto fueron elegidos Matías Abelairas, campeón con River en el Torneo Clausura 2008, y Darío Bottinelli, de pasado como enganche en San Lorenzo, Racing y Flamengo, entre otros equipos. También está Jorge Gordillo, uno de los titulares del River multicampeón de 1986 para supervisar la técnica individual.
Semejante estructura permite una preparación integral para que River pueda retomar la senda exitosa en las divisiones inferiores que le permita promover jugadores a mediano y largo plazo en el plantel profesional, sabiendo que en la actualidad no alcanza únicamente con el talento. Desde luego que no existen fórmulas mágicas, sobre todo en un recorrido tan largo y sinuoso donde los factores anímicos tienen una enorme preponderancia, al igual que el entorno familiar y la alimentación. Es por eso que también el plan formativo contempla la participación de especialistas en psicología y nutrición con el propósito de atender hasta el más mínimo detalle, dejando en claro que el proceso excede largamente las cualidades futbolísticas y el entrenamiento físico.
Asimismo, la captación, actualmente rebautizada como scouting, también resulta indispensable para River. Aunque del club por su peso propio atrae jóvenes talentos permanentemente, la competencia actual es enorme a nivel nacional. Requiere de una segmentación del país, como supo hacer Marcelo Bielsa abordo de una camioneta hace más de tres décadas, por eso el mapa del territorio argentino tiene al club de Núñez atento a las siguientes zonas: el Gran Buenos Aires, las provincias de Santa Fe (con especial atención en Rosario) y Córdoba divididas de norte a sur, toda la región de Cuyo, Tucumán, Catamarca, Salta, Jujuy, el Litoral y las diferentes localidades balnearias de la Costa Atlántica.
Predio nuevo
A un kilómetro del Monumental, River tiene su flamante predio juvenil denominado Cantilo, en alusión a la avenida aledaña. Con dos canchas de las seis previstas -tres de césped natural y tres de sintético, todas homologadas por la FIFA- e iluminación artificial para las actividades nocturnas, fue inaugurado en noviembre pasado. Contará con una tribuna, vestuarios, un edificio de 5.000 metros cuadrados para instalar la pensión, llamada Casa River, evitando los traslados que hoy demandan horas de ida y vuelta, un gimnasio, salas de kinesiología, un comedor, un SUM, oficinas para el trabajo de los cuerpos técnicos y un colegio para mantener vigente el proyecto llamado RiverDAR, destinado a la educación de los deportistas de alto rendimiento.
Mientras continúan las obras para culminar este año la construcción del predio con el objetivo de que las inferiores sean locales a partir de 2026, allí se entrenan habitualmente la séptima, octava y novena durante las mañanas, en tanto que el turno vespertino está destinado a cuatro categorías infantiles: 2012, 2013, 2014 y 2015.
Las siete hectáreas que comprenden el terreno, donde se sumó un campo de juego luego de la presentación de noviembre, fueron obtenidas gracias a un acuerdo con la Agencia Administradora de Bienes del Estado. Allí, poco a poco, River empezó a gestar un nuevo camino, respetando el buen pie, pero atento a la formación integral de cada chico que llega al club con el sueño de triunfar y el día de mañana seguir los pasos de figuras como Julián Álvarez y Enzo Fernández.