CÓRDOBA.- La cordobesa María Esther Ferreyra, “Marité” como la llaman todos, lleva sus 50 años ligada al campo. Ahora vive en Serrano, en el sur de la provincia de Córdoba, donde su familia tiene un tambo y una fábrica de quesos artesanal. Con las telas que se usan para prensar la producción diseña indumentaria, con la que participará de la Semana de la Moda Sustentable en Madrid junto a otras representantes de la Asociación de Moda Sostenible argentina.
Profesora de arte, con 17 años como docente, cuenta que buena parte de su vida fue “nómade” porque su papá tenía campo, pero también trabajaba en otros: “Siempre mi vida fue en relación con la producción, con las actividades rurales”. Aporta, además, que en ese contexto se interesó por reusar materiales, objetos. “Le buscaba la vuelta, quería darle una utilidad para no salir a comprar”.
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El diseño de indumentaria comenzó hace poco más de dos años. Fue a visitar la fábrica de quesos de su familia, que gestionan sus sobrinos y que produce bajo la marca Vía Spinetta.
“Vi un montón de telas tiradas y cuando pregunté me dijeron que no servían más para la industria, así que me las llevé a mi casa”, señala. Asegura que le impactó que le explicaran “no la podemos usar; se terminó su vida útil. La tomé muy personal, porque me resisto a que con los objetos y con las personas pase eso”.
La tela, que es la que se pone para separar el cuajo de la masa del queso, se parece a la de las rejillas pero con trama más cerrada; la variedad de quesos es la que le da la tonalidad especial. Usa las que se aplicaron en cheddar, sardo, regianito y en el azul. La leche para la fábrica llega del tambo Las Margaritas, del esposo de Ferreyra.
La primera idea que llevó adelante fue la de emplear el tejido para hacer bolsas para la venta de los quesos individuales. “Las hice, funcionaron muy bien, pero la decisión de comercializar al por mayor hizo que no pudiera seguir -repasa-. Entonces decidí hacerme un vestido porque me iba a la playa de vacaciones”.
Ese simple vestido captó la atención, le preguntaron de dónde era y eso la impulsó, al regreso, a confeccionar otras prendas con la ayuda de su mamá que vive en Vicuña Mackenna. “Dibujé ideas, las compartí y seguimos con tradición familiar de costureras y tejedoras que también tenemos en la familia”, precisa.
Después de ir como espectadora a una Semana de la Moda en Córdoba y acercarse al productor, se le dio la posibilidad de sumarse a desfiles con su marca “María Fe”. La cantidad de prendas es limitada -hace “cápsulas”- porque la tela se deshecha cada seis meses en la fábrica; cada pieza tiene dos metros por dos metros. “Lo que llama la atención es la trama, tiene rasgaduras, es el rastro de su historia que pasa por otro lugar. Cuando empiezo a explicar de dónde viene, a muchos les interesa más todavía”, apunta y subraya que es “suave, con capacidad para absorber la humedad y resistente”.
Ferreyra ya está en contacto con otras fábricas de quesos para sumar más materia prima, aunque admite que la restricción es que deben ser producciones artesanales para seguir aplicando la tela en el proceso.
Como integrante de la Asociación de Moda Sostenible de la Argentina, recibió -junto a otras siete diseñadoras- la invitación para participar del evento en Madrid que comienza el 10 de abril y donde habrá desfiles, conferencias y mesas de diálogo. “La Cancillería se ofreció a acompañarnos”, dice la cordobesa, quien será una de las oradoras.
Subraya que su objetivo es “resignificar el sentido de lujo. Las prendas, objetos y accesorios hechos a mano, en baja escala, con materiales nobles, sumado a la experiencia personalizada, es lo que nos define”.