MAR DEL PLATA.– El que creyó más es su propio pálpito que en los malos augurios de los partes meteorológicos tuvo premio. Pronosticadores, incluso hasta el jueves y últimas horas del viernes, anticipaban un concierto de lluvias sobre la costa bonaerense durante casi todo el fin de semana largo. Sin embargo, hasta ahora no había caído ni una gota. Y sin que el verano exhiba ahora sus mejores cartas se vivieron estas dos primeras jornadas con buenos ratos de tiempo óptimo. Con más o menos sol, con más o menos grados, pero siempre con la oportunidad de disfrutar de la playa.
Hasta ahora todo fue con mañanas grises, mediodías como punto de quiebre y tardes que se convirtieron en los mejores momentos para disfrutar en la arena y también en el mar, que tras un febrero con marcas térmicas récord ofrece desde hace algunas semanas condiciones que podrían competir con el sur de Brasil. Hay diferencia, pero la comparación tampoco es tan exagerada.
Por suerte aquellos anticipos que sentenciaban casi cuatro días pasados por agua o con poca oportunidad de playa, al menos para los operadores turísticos y los propios viajeros, poco se cumplieron. La ocupación de servicios de alojamiento creció sobre el cierre del mes y permitió a hoteleros y propietarios de viviendas en alquiler una ocupación que en toda la costa promedia el 75%.
En Mar del Plata ese fue el pico, luego de transcurrir un arranque de la última semana con un incremento muy lento de pedidos, luego de momentos de algunas cancelaciones porque atronaban los avisos de tormentas por aquí y, por fin, un último repunte que se terminó de consolidar desde primeras horas de este sábado.
“Nos decidimos por un cambio que se nos dio a último momento: en lugar de departamento pasamos a un hotel que tenía piscina, por si llovía, y sobre todo porque nos mejoraron mucho el precio”, explican Claudio y Myriam, de la Capital, que vinieron con sus hijos, Ian y Luana, y un sobrino, Mario. “Al final terminamos todo el día en la playa”, confirmaron.
Aquel dato no es menor. Si bien el valor de las estadías no había variado demasiado con respecto a los que rigieron desde el inicio de año, el temor a perder esta última oportunidad del verano y frente a tantas dudas y demoras en los interesados llevó a los responsables de establecimientos a retomar valores de promociones que se habían lanzado varias semanas atrás.
El rol de los propietarios
Néstor Gonnet, experimentado en el mercado de alquileres temporarios en zona céntrica, confirmó que en su caso alcanzó un 75% de ocupación pero con una particularidad. “Muchos departamentos los utilizaron los propios dueños que vinieron a recibir sus unidades luego de haberlos alquilado de diciembre a febrero”, explicó a LA NACIÓN.
El mismo fenómeno se dio en otras localidades balnearias de la zona, donde los propietarios contribuyeron en buena medida a marcar diferencia. A excepción de algunos de ellos que alquilaron la segunda quincena de febrero y a sus inquilinos le incluyeron en el contrato las cuatro jornadas de este fin de semana largo. En Cariló, por ejemplo, se extendió esa modalidad.
“Venimos muy bien dentro de la expectativa que se tenía, que nunca fue del 90 o 95%”, confirmó y aclaró el director de Turismo de Pinamar, Lucas Ventoso, satisfecho por el aporte que llegó con estos feriados de lunes y martes, complemento de una temporada que –también dentro del contexto– dejó a la mayoría conforme.
En el segmento de complejos de cabañas y apartamentos de servicios se dieron, quizás, los mejores rendimientos. La mayoría de ellos tuvo niveles de ocupación del 90% al 100%, siempre con una reserva muy anticipada. “Y buen nivel de consumo”, destacaron a LA NACIÓN para remarcar el perfil de quienes llegaron por estos días.
Esta fecha se ha consolidado en los últimos tiempos como la más rendidora en términos de escapadas turísticas. En general suele ser la mejor del año. Sobre todo, cada vez que el almanaque le hace un lugar sobre el último tramo de febrero. Esta vez la empujaron a marzo y la encorsetaron con dos variables que poco ayudan: el inicio de mes, con sueldos sin cobrar, y próxima al comienzo del ciclo lectivo. En algunos distritos, entre ellos , la Capital que es principal centro emisor de visitantes a estas playas, recién empezado. En otros, como la provincia de Buenos Aires que hace el otro aporte fuerte en el mercado turístico local, con punto de partida el miércoles.
Despedida
Es esta fecha, sin dudas, también la despedida de temporada. Al menos de la dinámica más importante, por más que los servicios en los balnearios se extenderán hasta el cierre de este mes y los valores promocionales que llegan con marzo acercarán una última cuota de viajeros.
“El promedio de ocupación de este fin de semana fue de 80%”, confirmó Hugo Tavelli, responsable del muy renovado Hotel Marcín, en Cariló. Recordó que para las fiestas de fin de año se alcanzó plena ocupación. En enero se dieron esos picos durante los fines de semana y en febrero alcanzaron hasta un 90%. “El promedio general, más allá de nosotros, es más de lo esperado”, afirmó.
Otro dato que surgió durante este fin de semana largo y respecto a los pedidos de alojamiento es que hubo mucha solicitud por solo dos de las tres noches. El tema de la vuelta a clases parece que aquí también pudo haber metido la cola.
La mitad del fin de semana extralargo ya está ganada. Se aprovechó la playa y, cuando no, las actividades al aire libre fueron siempre una alternativa. Pero no solo fue poco necesario algún abrigo sino que las dos noches transcurridas, en particular la de este sábado, fue ideal: cielo estrellado y sin viento. Casi una excepción para esta zona.
En estas dos jornadas también se dio, aquí en Mar del Plata, una buena demanda de alquiler en balnearios por día. Frente a las dudas que generaban las nubes tempranas, el reparo en carpas y los servicios de piscina y recreación se convierten en inversión. Algo parecido ocurrió con los parques acuáticos y recreativos, que lejos del mar también tienen su microclima.
Pero más tarde o más temprano parece que llegará el agua a este fin de semana y esta zona. Ahora el anuncio se mudó para últimas horas de este domingo, y quizás durante buena parte de lunes y martes. La oferta de pronóstico es variada: desde chaparrones hasta tormentas eléctricas.
El mayor problema de la aparición en escena de la lluvia no es tanto la pérdida de uno o dos días más de playa. Su irrupción puede arruinar el trabajo y preparativos durante muchos meses de quienes han programado corsos y desfiles. Hay varios previstos en distintos puntos de la ciudad. Hay decenas de murgas y formaciones preparadas para este Carnaval pero también con experiencia: no será la primera vez que, al ritmo de tambores, les toque marchar y dar sus espectaculares pasos pasados por agua.