La relación entre los niños y los dulces es innegable. Desde temprana edad, los más pequeños muestran una clara preferencia por los sabores azucarados, lo que ha llevado a muchos padres a optar por alternativas como los edulcorantes para reducir el consumo de azúcar en su alimentación. Sin embargo, la seguridad de estos sustitutos en menores de tres años sigue generando dudas.
Diversos estudios han analizado el impacto del consumo de edulcorantes en la infancia. Entre ellos, la Asociación Española de Pediatría, de la mano del Dr. José Manuel Moreno Villares, advierte que estos aditivos, empleados como sustitutos del azúcar en alimentos y bebidas, pueden influir en los hábitos alimentarios a largo plazo poco sanos, al fomentar una preferencia por el sabor dulce. Aunque los edulcorantes acalóricos han sido promovidos para prevenir la caries y controlar el peso, su efecto en niños pequeños no es del todo favorable.
Según expertos en nutrición infantil, la introducción temprana de edulcorantes podría alterar la percepción del sabor y afectar el equilibrio energético en la dieta. Además, organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) establecen límites de ingesta para garantizar su seguridad. Ante la falta de consenso sobre sus efectos a largo plazo, muchos especialistas priorizan una alimentación basada en alimentos naturales.
¿Qué dice la ciencia sobre el uso de edulcorantes en niños menores a dos años?
Los edulcorantes son aditivos alimentarios diseñados para endulzar alimentos o bebidas sin aportar calorías o con un aporte mínimo. Según el estudio del doctor Moreno Villares, Uso de azúcares y edulcorantes en la alimentación del niño, estos sustitutivos se han señalado para reducir el riesgo de caries o la obesidad. Entre los tipos más comunes se encuentran los artificiales, como el aspartamo, la sucralosa y la sacarina.
La potencia de estas sustancias es más elevada que el azúcar corriente, por lo que siempre se introducen pequeñas dosis de los edulcorantes. Aun así, los expertos dudan de su beneficio en niños muy pequeños. De este modo, el estudio realizado en 2015 por el doctor apunta a la importancia del desarrollo cognitivo y físico de los menores con una dieta rica en nutrientes, algo que no ofrecen estas sustancias artificiales. De hecho, no están permitidos en productos específicos para lactantes, como los cereales o los preparados alimenticios. Esto se debe a que esta primera etapa de los niños debe centrarse en la aportación de energía y nutrientes vitales. Por lo que las autoridades sanitarias del estudio no recomendaron su consumo.
Y es que un consumo excesivo desde edades tempranas podría influir en las preferencias alimentarias futuras, al acomodar al organismo a estos alimentos. Esto afectaría a la autorregulación de la ingesta de alimentos, así como condicionar patrones alimenticios poco saludables a lo largo de la vida. Por su parte, en una revisión más reciente, la Academia Americana de Pediatría ha informado que los bebés y niños menores a los dos años no deben consumir edulcorantes de ninguna forma. Según han detallado, en esta etapa de crecimiento hay que priorizar los alimentos ricos en nutrientes, ya que son cruciales para el desarrollo del cerebro y el cuerpo.
Consumo de edulcorantes en niños mayores de 2 años
En cuanto a los niños mayores de 2 años, se permite el consumo de edulcorantes, pero en pequeñas cantidades. No obstante, habrá que seguir una dieta equilibrada que proporcione los nutrientes necesarios para que los infantes tengan un crecimiento adecuado. Los expertos han señalado que los edulcorantes podrían ser beneficiosos para niños con obesidad o diabetes, siempre que el objetivo sea una reducción en la ingesta de azúcar.
Por ejemplo, un infante con diabetes podría sustituir una bebida azucarada por una endulzada con sucralosa, ya que este tipo de edulcorantes no afecta los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, el consumo debe ser limitado. Concretamente, Kids Health apunta a que los mayores de dos años no consuman más de 6 u 8 onzas, lo que se traduce en unos 177 a 236 mililitros, al día de alimentos o bebidas que contengan estos edulcorantes artificiales.
Riesgos potenciales asociados al uso de edulcorantes
Aunque los edulcorantes están aprobados por organismos como la EFSA y cumplen con estrictas normativas de seguridad, el estudio realizado por el pediatra Moreno Villares ha señalado que se deberían hacer más investigaciones sobre ello. Y es que, según la investigación de la Asociación Española de Pediatría, se puede generar una alteración en el metabolismo energético y en los patrones alimentarios a largo plazo.
Más concretamente, el doctor ha apuntado que estas conductas alimentarias priorizan los productos artificiales a los naturales, como las frutas, las verduras o los cereales integrales. Esto podría suponer cambios en la microbiota intestinal o posibles problemas metabólicos.