Caminaba por las calles de la ciudad de Bali cuando una pequeña perrita con una grave afección en la piel llamó su atención. Con el cuerpo cubierto en dolorosas llagas y heridas, meneó dulcemente su cola cuando la mujer le ofreció lo que tenía a mano para comer.
Aunque era evidente que estaba con dolor y necesitaba ayuda de inmediato, la perra mostró un carácter tranquilo y amable. Charlotte Hailey se acercó y, con suavidad, la perra tomó el bocado que le ofrecía directamente desde su mano.
La rescató del maltrato pero al quedar embarazada le dijeron que la perra le traería problemas: “Dani, nuestra vida va a cambiar”
La amabilidad de la perra llevó a Hailey a creer que alguna vez había tenido una familia. Sin embargo, debido al problema de su piel, probablemente la habían abandonado. Lamentablemente, en Bali es muy frecuente que los perros que padecen enfermedades de piel tratables, sean dejados a su suerte en la calle.
A pesar de lo mucho que Hailey quería ayudar a la perra, no tenía ninguno de sus suministros de rescate con ella. Tampoco quería lastimarla al tomarla en brazos sin una manta que pudiera cubrir sus heridas. Entonces se fue del lugar un plan para regresar lo antes posible y rescatar a la cachorra enferma.
Volvió unas horas más tarde en su scooter con una transportadora, toallas, agua y alimento. Pero la perrita no estaba por ningún lado. Angustiada, preguntó por el área si alguien había visto al perro y, afortunadamente, un hombre le dijo que sabía dónde dormía habitualmente. Hailey le dio al hombre una jaula y él prometió atrapar a la cachorra la próxima vez que la viera.
Esa misma noche, el hombre pudo atraparla y se comunicó de inmediato con Hailey. La mujer la llevó hasta el refugio que Mission Paws’ible, donde es voluntaria, tiene en Bali. El objetivo de la organización, que está oficialmente registrada como una organización benéfica certificada en Australia, es apoyar, educar, inspirar y activar a las personas para rescatar, rehabilitar, realojar y adoptar animales necesitados.
En el refugio la llamaron Delilah y la perrita de ocho meses rápidamente hizo buenos lazos con de cada uno de los voluntarios, moviendo su cola directamente hacia sus corazones. Con un poco de medicina y mucho cariño, las llagas de Delilah comenzaron a sanar y su pelaje comenzó a crecer de nuevo.
Sick Street Dog Can't Stop Wagging Her Tail
Watch her get so fluffy and happy ❤️
Posted by The Dodo on Tuesday, May 19, 2020
Luego de un mes de internación y cuidados, estaba lista para ir a un hogar de tránsito. No pasó mucho tiempo hasta que una joven llamada Amelia se enamoró de la dulce perrita y decidió llevarla a su casa. “Cuando vino a verme, se bajó del auto e inmediatamente comenzó a menear la cola”, le dijo Amelia a un medio local.
Probablemente Delilah había pasado varios meses de su corta vida enferma. Pero una vez que estuvo a salvo en su hogar definitivo, finalmente pudo disfrutar de ser tan despreocupada y juguetona como un cachorro.
Ahora, su actividad favorita es ir a la playa, donde puede dar largos paseos y jugar en las olas. Las circunstancias de las que fue rescatada no son más que un recuerdo lejano.
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