Los gatos no solo son compañeros adorables, sino que también pueden aportar grandes beneficios a las familias con niños. Más allá de ser una mascota, su presencia contribuye al desarrollo emocional, social y hasta inmunológico de los más pequeños. Según los expertos, entre los principales beneficios de incorporar a la familia un gato se encuentran:

  • Bienestar emocional y compañía incondicional

El ronroneo de un gato tiene un efecto relajante que ayuda a reducir el estrés y a generar un ambiente de tranquilidad en el hogar.

Desde bienestar emocional hasta diversión asegurada: los poderosos beneficios para los niños de un felino en el hogar

Además, su presencia brinda compañía constante, fortaleciendo el sentido de seguridad emocional de los niños. Según la Foster Care Associates (FCA), “los gatos pueden ser fuentes de afecto y amistad, promoviendo un entorno de estabilidad y bienestar”.

  • Fomento de la empatía y la responsabilidad

Tener un gato en casa permite a los niños desarrollar empatía al aprender a interpretar sus emociones y necesidades. El cuidado del animal, desde alimentarlo hasta asegurarse de su bienestar, les enseña el valor de la responsabilidad y la importancia de las rutinas diarias. Además, el vínculo que se crea con la mascota fomenta el amor y el respeto hacia los animales.

  • Diversión, actividad física y habilidades sociales

Jugar con los gatos implica moverse, correr y ejercitarse para los más chicos

Interactuar con un gato fomenta la actividad física en los niños, ya que jugar con ellos implica moverse, correr y ejercitarse. También mejora sus habilidades sociales al enseñarles a ser pacientes y respetuosos con otros seres vivos.

  • Lecciones sobre la vida y prevención de alergias

Los niños que crecen con una mascota comprenden de manera gradual el ciclo de la vida, el envejecimiento y la pérdida, lo que fortalece su madurez emocional. Además, según estudios citados por el sitio Care.com, la exposición temprana a gatos puede reducir el riesgo de desarrollar alergias o asma en el futuro.

  • Un amigo que mejora la salud mental

Los gatos pueden ser una fuente de apoyo emocional para los niños, ayudándolos a gestionar sus emociones y brindándoles consuelo en momentos difíciles de estrés o tristeza. Asimismo, su afecto y presencia ayudan a los niños a sentirse acompañados y seguros, promoviendo su bienestar emocional.

Por todo lo antes mencionado, se puede decir que tener un gato en casa no solo es una experiencia enriquecedora para los niños, sino que también fortalece el ambiente familiar. Con los cuidados adecuados, estos felinos se convierten en compañeros invaluables que aportan bienestar y felicidad a toda la familia.

*Por Matías Torino