Hace largos años que Newell’s está de capa caída. No queda ni una pizca de los buenos tiempos con Marcelo Bielsa o Tata Martino, por citar apenas un par de próceres de la entidad de Parque Independencia. Cambian técnicos, jugadores y hasta dirigencia, pasan algunos caciques históricos como el Gringo Heinze y el equipo siempre navega en la mediocridad. Nada nuevo bajo el sol.

Sin embargo, ahora, luego de perder en el final con Defensa y Justicia por 1 a 0, en su casa, lleno de ansiedad, la gente explotó. Explotó como nunca antes: hubo incidentes en otras oportunidades, pero ahora la gente se siente perjudicada. Primero, por las decisiones del club, de arriba hacia abajo, incluyendo al último entrenador, Mariano Soso, un hincha, como tantos otros.

Arrojaron proyectiles de todo tipo sobre los jugadores de Defensa y Justicia, cuando intentaron salir del campo de juego rumbo al vestuario. Custodiados por un ejército de efectivos policiales, una imagen que seguramente recorre el mundo y muestra la sinrazón de buena parte de la sociedad. El fútbol es lo de menos, en realidad.

El cóctel explosivo se desarrolla en la antesala del clásico rosarino, previsto para este domingo, a las 17, en el Coloso. “Si no ganan el domingo, qué quilombo se va a armar”, cantó la gente, envuelta en furia. En el Parque, hubo enfrentamientos entre algunos fanáticos y la policía.

A los 26 minutos del segundo tiempo, el paraguayo Carlos González, conocido como Cocoliso, convirtió con una media vuelta sensacional. Había ingresado por David Sotelo apenas un rato antes. Sin embargo, Pablo Dóvalo, el árbitro, anuló el festejo por una milimétrica posición adelantada. Ocurre cada vez más: el uso de la tecnología termina perjudicando al espectáculo. Lo convierte en algo más injusto. La gente, que cree que hay un complot contra Newell’s (Banfield piensa lo mismo y hay otros casos), empezó a levantar temperatura.

Todo se complicó en el segundo minuto agregado, cuando Juan Miritello convirtió un golazo en un contraataque fulminante que sorprendió a todos. Cánticos, tensión, proyectiles y la salida de los jugadores del Halcón completaron la escena, una triste escena, nada fuera de contexto de cómo se vive el fútbol en nuestro país.

Al mismo tiempo, Rosario Central, conducido por Ariel Holan, empató sin goles con Deportivo Riestra, en el Bajo Flores, con un elenco con mayoría de suplentes. Por eso, la impaciencia fue aún mayor en Newell’s. Con Mariano Soso perdió cuatro de los cinco partidos en el torneo Apertura 2025: 0-1 vs. Independiente Rivadavia, 0-3 vs. Banfield, 1-0 vs. Aldosivi, 0-2 vs. Central Córdoba y 0-1 vs. Defensa y Justicia. No le alcanza al rojinegro con el respeto que impone Keylor Navas desde el arco, muchas veces figura, pero no es suficiente con la leyenda costarricense.

Una hora después de la tormenta, el DT ofreció su mirada de la actualidad. “Claro que sigo siendo el técnico, siempre y cuando no me manifiesten algo distinto”, contó. En referencia al duelo que se viene, fue enérgico: “Tenemos la chance de escribir una historia propia”. Las próximas horas serán decisivas para saber cómo continúa la historia.

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