Un video transmitido en vivo a través de Facebook desde el interior de la cárcel Judicial de Valledupar generó indignación y cuestionamientos sobre las condiciones de seguridad y control en el penal.

El incidente ocurrió el lunes 10 de febrero alrededor de las 11:00 p. m., cuando un grupo de cuatro internos organizaban una fiesta en una de las celdas del patio 2, consumiendo licor y escuchando música, en abierta violación de las normas penitenciarias.

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El hecho, que fue difundido en tiempo real en redes sociales, puso en evidencia una serie de irregularidades dentro del centro penitenciario, lo que llevó al Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) a iniciar investigaciones disciplinarias para esclarecer cómo se permitió esta situación.

La Regional Norte del Instituto, con sede en Barranquilla, ya tiene conocimiento del caso y está a cargo de las indagaciones.

De acuerdo con información publicada por El Heraldo, los protagonistas del video son conocidos como los “plumas”, un grupo de reclusos que pertenecen a los patios 2 y 4 del penal.

Sin embargo, una fuente anónima le reveló a este medio que uno de los internos del patio 4 no debería haber estado en el patio 2, lo que constituye una violación a las normas internas de la cárcel.

La fiesta en la cárcel judicial de Valledupar incluyó licor, música y comodidades no autorizadas dentro de una celda. La fiesta en la cárcel judicial de Valledupar incluyó licor, música y comodidades no autorizadas dentro de una celda

La fiesta en la cárcel judicial de Valledupar incluyó licor, música y comodidades no autorizadas dentro de una celda - crédito captura pantalla/@conectandonos.co/Instagram

Además, la celda donde se llevó a cabo la fiesta cuenta con beneficios no permitidos, como la presencia de múltiples comodidades que exceden lo autorizado por el reglamento penitenciario.

La misma fuente indicó que, debido a las altas temperaturas en la región, se permite el uso de ventiladores en las celdas, pero en este caso, los reclusos contaban con otros elementos que no están permitidos. Estas condiciones generaron cuestionamientos sobre el nivel de control ejercido por las autoridades penitenciarias y la posible complicidad de funcionarios en la permisividad de estas irregularidades.

Los internos que participaron en la parranda están privadas de la libertad por el delito de hurto. Uno de ellos se encuentra próximo a cumplir su condena, ya que le resta solo un mes en prisión. Este dato generó aún más controversia, pues se cuestiona cómo un recluso tan cercano a recuperar su libertad se involucró en un acto que podría acarrear sanciones disciplinarias y afectar su proceso de reintegración.

Los internos involucrados en la fiesta realizada en la cárcel judicial de Valledupar enfrentan sanciones que podrían prolongar su estancia en prisión

Los internos involucrados en la fiesta realizada en la cárcel judicial de Valledupar enfrentan sanciones que podrían prolongar su estancia en prisión - crédito Redes sociales

El video de la parranda, que rápidamente se viralizó en redes sociales, provocó una serie de críticas hacia el sistema penitenciario colombiano. Usuarios de Facebook y otras plataformas expresaron su indignación ante la aparente falta de control en la cárcel judicial de Valledupar.

Entre los comentarios más destacados se encuentran frases como: “Lunes para ti, sábado para ellos”, “Bonito espejo, ni yo tengo uno así”, y “Investigación para el director y despido para los guardias que permitieron esto. Ellos no están de vacaciones”.

Estas reacciones reflejaron el malestar de la ciudadanía ante lo que consideran un manejo laxo de las normas en los centros penitenciarios, donde los internos parecen gozar de privilegios que no corresponden a su condición de privados de la libertad. Algunos usuarios incluso han señalado que las condiciones en la cárcel parecen más propias de una residencia que de un centro de reclusión.

El Inpec verifica si las autoridades del penal facilitan los privilegios exhibidos - crédito Inpec/Colprensa

El Inpec, a través de su Regional Norte, inició las investigaciones correspondientes para determinar cómo se permitió la realización de esta parranda y quiénes son los responsables de las irregularidades detectadas. Las pesquisas se centrarán en identificar posibles fallas en los controles de seguridad y en establecer si hubo complicidad por parte del personal penitenciario.

Este caso pone nuevamente en el foco la problemática de la corrupción y la falta de supervisión en los centros penitenciarios del país, donde episodios como este no son aislados. Las autoridades enfrentan el desafío de garantizar que las cárceles cumplan con su función de rehabilitación y no se conviertan en espacios donde se vulneren las normas y se reproduzcan dinámicas de impunidad.