POSADAS.- De todos los organismos que pueden ser afectados por el nuevo decreto que prepara el Gobierno que eliminará, fusionará o transformará organismos y entes estatales, uno de los que vive con mayor incertidumbre es el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM).

El presidente Javier Milei anunció en una entrevista televisiva la semana pasada que se viene un nuevo DNU. A fin de 2023, el DNU 70/2023 eliminó, tras 22 años, las facultades del INYM de establecer dos veces al año el precio de la hoja verde y la yerba canchada, materia prima para la elaboración de yerba mate. Milei dijo que afectará a unos 50 organismos, algunos de ellos serán eliminados y otros transformados o fusionados, aunque evitó dar precisiones sobre qué organismos están en la mira.

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En este marco, en las oficinas del Instituto Nacional de la Yerba Mate, ubicadas en la calle Rivadavia en pleno microcentro de Posadas, todo es incertidumbre. Distintas fuentes consultadas por LA NACION afirmaron que, si se salvan de la liquidación, no tienen dudas de que la Nación los hará funcionar con un presupuesto cada vez más exiguo, forzando al INYM a recortar aún más sus funciones de promoción, viajes a ferias internacionales y eventos y también investigación.

Incluso el ministro del Agro de Misiones, Facundo López Sartori, viajó a Buenos Aires para entrevistarse con funcionarios nacionales para tratar de salvar al INYM de una nueva “motosierra”. Aunque Sartori defiende la regulación, ahora admite públicamente que es impensado lograr que el gobierno nacional de marcha atrás y devuelva potestades de fijar precios al organismo yerbatero.

La Secretaría de Agricultura se niega sistemáticamente a nombrar a un nuevo presidente para el INYM, como lo establece la Ley 25.564 que creó el organismo yerbatero y que aún sigue vigente más allá del cercenamiento de las facultades regulatorias.

Las oficinas del INYM, ubicadas en Rivadavia casi Santa Fe, en el microcentro posadeño, ocupan tres pisos de un viejo edificio alquiladas por el organismo

Además, Agricultura no ha aprobado hasta el momento el presupuesto 2025 del INYM, cuyo fondeo proviene de la Tasa de Fiscalización, que se cobra a través de la característica estampilla que tiene cada paquete de yerba mate. Se venden en el país cada año unos 500 millones de paquetes y todos y cada uno paga una tasa de fiscalización cuyo valor hoy es de 25 pesos por cada kilo de yerba. El paquete de medio kilo (el formato más popular) lleva una estampilla de 12,5 pesos y el de un cuarto kilo, una de 6,25 pesos.

Ese valor se renueva cada noviembre cuando el INYM, tradicionalmente, eleva a la Secretaría de Agricultura el presupuesto. Esta vez el organismo esperó a la renovación del directorio que hoy es de 11 miembros porque sigue ausente la silla que ocupa el presidente, designado por la Casa Rosada.

“Es muy difícil que Agricultura apruebe la estampilla con el nuevo presupuesto”, señaló a LA NACION un exdirector que participó de las pocas conversaciones que pudieron sostener representantes del INYM con la Secretaría de Agricultura el año pasado.

Desregulación

Pero lo que más desalienta a los defensores del INYM, que hoy son los pequeños productores y el gobierno de Misiones (que tiene una silla en el directorio junto al Gobierno de Corrientes, y apoya la desregulación) es que el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en los últimos tiempos se mostró eufórico con la desregulación yerbatera.

Federico Sturzenegger

“No pudimos sacar la estampilla (Tasa de Fiscalización) porque eso hay que hacerlo por Ley”, explicó Sturzenegger a Luis Majul, en una entrevista televisiva donde el conductor quería pasar a otro tema y el funcionario insistía con enumerar todos los beneficios que, a su juicio, trajo la desregulación yerbatera. “Ahí donde desregulamos los precios caen en promedio un 30%”, dijo Sturzenegger, en referencia al valor en góndola de la yerba mate, que bajó en 2024 en términos reales (sin los efectos de la inflación).

Esta incertidumbre en torno al INYM se da en un momento en el que crece el malestar de los productores que reciben cada vez menos por la hoja verde. Un reciente sondeo del CEPA (Centro de Estudios de la Producción Argentina), indicó que en abril del 2023 los 12.500 pequeños productores yerbateros lograron uno de los mejores precios de los últimos tiempos en el laudo de la Secretaría de Agricultura por entonces controlada por Sergio Massa. Según el cálculo del CEPA, los productores percibieron entonces el equivalente al 11,5% del valor del kilo de yerba mate en góndola por su materia prima.

El gráfico elaborado por el CEPA ilustra la caída libre del precio de la hoja verde que se le paga a cerca de 12.500 productores de Misiones y el Norte de Corrientes

Desde entonces, ese valor no detuvo su caída libre y en la nueva cosecha que arrancó con el gobierno de Javier Milei se desplomó hasta llegar a apenas 4,5% del valor del paquete en góndola. En Misiones todos señalan la paradoja de que fueron los pequeños productores, enojados con la clase política tradicional, los que votaron masivamente por Javier Milei sin tener en cuenta la enorme transformación que el libertario decidió sobre una de las economías regionales a la que mejor le iba, según el semáforo de Coninagro.