Cuatro trabajadores agrícolas latinos lograron evitar ser arrestados en California tras un encuentro con agentes federales. Con pleno conocimiento de sus derechos, se negaron a descender del vehículo y registraron el incidente en video. La intervención de una organización comunitaria fue clave para que finalmente fueran liberados.
Cómo sucedió el intento de arresto del ICE
- Como informó el medio local South Kernsol, el episodio ocurrió en la ciudad de Taft, en el condado de Kern, el pasado 2 de febrero alrededor de las 6:30 de la mañana. Felipe y Abel, dos de las personas involucradas, contaron que se dirigían a su jornada laboral en los campos de lechuga cuando fueron interceptados por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE), pertenecientes a la Oficina de Investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional (HSI).
- De acuerdo con su testimonio, los oficiales activaron las sirenas y les ordenaron detenerse. Felipe recordó que, tras estacionarse, escuchó a los agentes gritar desde la distancia para que bajaran las cuatro ventanas del vehículo, lo que le generó incertidumbre sobre la situación.
La grabación que evidenció el operativo
Las imágenes grabadas por los propios trabajadores permitieron reconstruir los 25 minutos de tensión. En los registros, se observa cómo un agente de la Administración de Control de Drogas (DEA) se acerca al vehículo, alumbra el interior con una linterna y le solicita al conductor que le entregue su identificación y coloque las llaves en la guantera. A continuación, lo llama por su nombre y le ordena descender del auto. Sin embargo, el trabajador se resiste y pregunta la razón del pedido. “Señor, no quiero jugar con usted ahorita”, responde el agente.
Ante la negativa de los ocupantes a abandonar el vehículo, otro oficial interviene y les indica que buscan a una persona cuya descripción coincide con la de uno de ellos. No obstante, el trabajador insiste en que esperará la llegada de alguien que pueda asesorarlo legalmente. A esto, el oficial responde que si no baja voluntariamente, lo sacarán por la fuerza.
Uno de los momentos de mayor tensión ocurrió cuando los agentes exigieron las identificaciones de los ocupantes del vehículo. Tras negarse a descender, los oficiales tomaron la licencia de conducir de tres de ellos. Abel contó que él se negó a entregarla. En ese instante, un agente se aproximó y le pidió que bajara del vehículo, argumentando que su rostro coincidía con el de un criminal. Ante esto, Abel cuestionó la afirmación del oficial, al señalar que ni siquiera había proporcionado su nombre.
La intervención de una organización comunitaria fue clave
Durante el forcejeo verbal, Felipe decidió comunicarse con la organización comunitaria Fe en el Valle. Daniel Rodela, representante del grupo, acudió rápidamente al lugar y comenzó a registrar la situación. Según relató a Univision 21, al llegar se enfocó en grabar porque le habían informado que se trataba de agentes migratorios. Sin embargo, al observar con más detalle, notó que eran miembros de la DEA y no de ICE, como inicialmente esperaba. Más tarde, tras indagar en el caso, confirmó que en realidad eran agentes del Departamento de Seguridad Nacional.
Tras revisar los antecedentes de los trabajadores y notar la presencia de los activistas, los agentes decidieron dar marcha atrás y permitir que se retiraran. Uno de ellos expresó su descontento con el desenlace del operativo: “Mira tanto pe*. Pa’ nada, ¿verdad? No sé quién les dio esas tarjetas, pero así no funcionan las cosas, cuando un oficial está pidiendo la ID, pasen la ID”.
El incidente reflejó la importancia de conocer los derechos ante una detención de este tipo y evidenció el papel que juegan las organizaciones comunitarias en la defensa de los trabajadores migrantes.