Para controlar la fiebre, tanto el paracetamol como el ibuprofeno son medicamentos ampliamente utilizados gracias a sus propiedades antipiréticas o antitérmicas. Sin embargo, aunque estos fármacos son empleados con bastante frecuencia por muchas personas, en el caso de los niños se debe tener precaución, puesto que pueden desencadenar problemas mayores que aquel que se intenta atajar con el consumo de la pastilla.
El enfermero y pediatra Luis Cabezas Vallejo utiliza sus redes sociales (@luiscabezasvallejo) para aportar consejos sobre cuestiones sanitarias, especialmente si guardan relación con la salud de los más pequeños. A su consulta acuden muchos padres que se hacen la misma pregunta: si un niño tiene fiebre, por ejemplo, por una reacción a las vacunas, ¿es mejor darle un paracetamol o un ibuprofeno?
Aunque ambos pueden ser empleados con el mismo propósito en adultos o en jóvenes, en el caso de los niños de más corta edad el pediatra destaca que es preferible utilizar uno de ellos, mientras que el otro solo debería usarse cuando se pautado.
Paracetamol o ibuprofeno en pediatría
“El paracetamol es un medicamento muy bueno que se da en vías, en solución, en gotas, calculado según el peso de vuestro niño o vuestra niña. Los efectos secundarios son normalmente inexistentes, a no ser que haya problemas de alergias o en situaciones muy concretas”, explica Luis Cabezas. Tal y como indica la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), este fármaco es considerado como de primera línea para el manejo de la fiebre en distintos grupos poblacionales, incluyendo a los niños.
En cambio, pese a que el ibuprofeno también se puede utilizar para la gestión de la fiebre, el enfermero alerta de que es “gastroerosivo”: “Si se lo dais por la noche a un niño que tiene fiebre, con el estómago vacío, puede producir una gastritis erosiva e incluso se han dado algunos casos de hemorragia digestiva”; mientras que “el paracetamol, aunque se lo des con el estómago seco a las dos de la mañana, eso no le va a producir ninguna molestia en el estómago. Por este motivo, Cabezas tiene claro cuál de los dos medicamentos es más adecuado para la fiebre en los niños: “Siempre paracetamol. Olvidaos del ibuprofeno”.
El enfermero señala que este fármaco únicamente debería emplearse en pediatría cuando sea pautado por una cosa concreta, como una otitis o una inflamación. Además, también cuando existe una alergia al paracetamol, pero teniéndose siempre en cuenta que debe consumirse tras haber ingerido algo de alimento.
Otros métodos para la fiebre en niños
Tal y como indica el pediatra, hay niños a los que no les gusta el paracetamol y lo vomitan si lo consumen por vía oral, por lo que existen otras formas de suministrar este mismo fármaco: “se pueden dar los supositorios de fiebre rectal, también calculados según la edad y el peso. Así no vas a tener ningún tipo de problema”.
Además, Cabezas aporta otro consejo para controlar la fiebre de los más pequeños, utilizando métodos que no incluyen medicamentos: “yo siempre recomiendo, por ejemplo, los paños de agua calentita, templada, y dejar luego que ese agua se seque un poco al aire”. Sin embargo, alerta de otra práctica que durante mucho tiempo ha sido empleado con este propósito, especialmente hace años: “Lo que no podéis usar nunca, que a lo mejor alguno lo recuerda de sus mayores, son los paños de alcohol. Eso totalmente prohibido”.