La participación de las mujeres en la ciencia ha sido históricamente limitada por estereotipos, prejuicios y desigualdades estructurales. Para revertir esta realidad, en 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, una fecha dedicada a visibilizar la brecha de género en las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y a fomentar el acceso equitativo a la educación y el desarrollo profesional en estos campos.
Un reconocimiento necesario
La ciencia y la tecnología son motores clave del progreso global, pero las cifras demuestran que la equidad de género sigue siendo un desafío pendiente.
Según datos de la UNESCO, solo el 33% de los investigadores a nivel mundial son mujeres, y en muchas regiones enfrentan barreras significativas para acceder a estudios superiores y puestos de liderazgo. Esta sub representación no solo limita las oportunidades de millones de mujeres, sino que también frena el avance del conocimiento y la innovación.
El establecimiento de esta efeméride responde a una necesidad urgente de eliminar los obstáculos que impiden a las mujeres participar en la ciencia en igualdad de condiciones. Al hacerlo, se contribuye a garantizar que el talento, la creatividad y la inteligencia de la mitad de la humanidad sean plenamente aprovechados en beneficio de la sociedad.
El papel de la ONU en la promoción de la equidad
La Resolución 70/212 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptada el 22 de diciembre de 2015, oficializó la celebración de este día a nivel internacional. La medida se basa en múltiples iniciativas previas, como las recomendaciones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en 2011, que subrayaban la importancia de fomentar la educación en ciencia y tecnología para mujeres y niñas.
Desde entonces, la ONU, a través de agencias como la UNESCO y ONU Mujeres, ha promovido actividades y programas para cerrar la brecha de género en STEM. Estas iniciativas incluyen incentivos para la educación científica, becas, mentorías y campañas de sensibilización destinadas a cambiar percepciones y desafiar estereotipos.
Brechas y desafíos pendientes
A pesar de estos avances, y según varios informes de la ONU, persisten barreras estructurales que limitan el desarrollo de las mujeres en la ciencia. En muchas culturas, la idea de que ciertas disciplinas son “propias” de los hombres sigue afectando las aspiraciones de niñas y jóvenes. Esto se traduce en una menor inscripción femenina en carreras científicas y tecnológicas, así como en menores oportunidades de crecimiento profesional.
Además de los prejuicios de género, las mujeres enfrentan desigualdad en financiamiento para la investigación, menor representación en publicaciones científicas y una baja presencia en cargos de dirección en instituciones académicas y tecnológicas. A nivel global, el porcentaje de mujeres que lideran equipos de investigación sigue siendo significativamente inferior al de los hombres.
Para contrarrestar estos desafíos, según el organismo mundial, es fundamental implementar políticas que promuevan la equidad salarial, la conciliación laboral y familiar y la eliminación de sesgos en la selección de profesionales. Asimismo, se requieren más referentes femeninos en la ciencia que sirvan de inspiración para las nuevas generaciones.
Un futuro con más mujeres en la ciencia
Cada 11 de febrero, organizaciones, universidades y comunidades científicas se suman a la celebración con eventos, conferencias y actividades educativas dirigidas a niñas y jóvenes. La finalidad es motivarlas a explorar el mundo de la investigación y la tecnología, así como a desafiar las barreras que han limitado su participación durante décadas.
Las estrategias para avanzar en esta causa incluyen el fomento de vocaciones científicas desde la infancia, la implementación de programas de mentoría con mujeres destacadas en el ámbito académico y el fortalecimiento de políticas que aseguren condiciones equitativas de trabajo e investigación.
El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia no solo celebra los logros de las científicas que han desafiado las normas impuestas, sino que también llama a una reflexión colectiva sobre la necesidad de construir un mundo en el que el talento femenino tenga un espacio asegurado en la búsqueda del conocimiento y la innovación.