(Jesús Avilés/Infobae)

Fue el pasado 5 de febrero cuando la influencer Marianne “N” habría agredido con brutalidad a la modelo Valentina Gilabert en un departamento del sur de la Ciudad de México, apuñalandola al menos 14 veces y a tal grado de destrozarle la mano y afectar seriamente sus pulmones y otras partes del cuerpo.

Según algunas versiones, Marianne viajó desde Cancún a la capital del país para encontrarse con su ex novio, pero descubrió que el padre de su hija estaba saliendo con alguien más: Valentina. Un arranque de celos habría llevado a la menor de edad a atacar a la modelo.

Marianne “N” fue detenida y puesta a disposición de un juez, quien le aplicó la prisión preventiva. Está acusada de lesiones calificadas. Valeria, por su parte, sigue hospitalizada y la reportan como grave.

Los mensajes que Marianne dejaba en el Instagram de Valentina

Así le escribía Marianne a Valentina (captura de pantalla)

Luego de que se diera a conocer el caso, éste se volvió mediático, acaparando las tendencias de las redes sociales. Por supuesto, comenzó a especularse sobre la relación que había entre la víctima y la supuesta agresora.

Se han dicho que eran amigas, pero la única prueba de que se conocían antes del ataque son un par de mensajes que Marianne “N” dejó en unas fotos publicadas por Valeria hace dos semanas.

En estas imágenes se ve a la víctima disfrutando en la playa. La supuesta agresora comentó las fotografías con emojis de ojos de corazón y de aplausos.

Al ser menor de edad, ¿cuántos años podría pasar en la cárcel Marianne ‘N’?

Valentina Gilabert permanece hospitalizada tras ser víctima de un ataque con arma blanca en Álvaro Obregón (Archivo)

En México, los menores de edad, como Marianne, de 17 años, no pueden ser juzgados bajo las mismas condiciones legales que los adultos. Según la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia Penal para Adolescentes, las sanciones para personas entre 14 y 18 años tienen un límite máximo de internamiento en casos de delitos graves.

En el caso de Marianne N., podría enfrentarse a una medida de internamiento por un máximo de cinco años.

Estas medidas no son consideradas como prisión en el sentido estricto, sino como internamiento en centros especializados para menores, con un enfoque en la rehabilitación y reintegración social.

El sistema busca garantizar el respeto a los derechos de los adolescentes e implementar un proceso que priorice su reintegración, en lugar de aplicar un castigo severo como ocurre en el caso de los adultos.