Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge, publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity, concluyó que la actividad física diaria aumenta cuando los jóvenes entran al mercado laboral, mientras que el tiempo de sueño disminuye ligeramente.

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El aumento en la actividad física fue más notable entre quienes desempeñaron ocupaciones rutinarias o semi-rutinarias, como limpieza, camareros o conductores, alcanzando un promedio de 28 minutos más de actividad moderada al día.

El trabajo puede ser una fuente importante de aumento en la actividad física diaria, especialmente en ocupaciones rutinarias o semi-rutinarias

Por el contrario, quienes trabajaron desde casa mostraron una disminución inicial de 32 minutos de actividad moderada diaria. El estudio, que incluyó datos de más de 3.000 personas entre 16 y 30 años, mostró diferencias significativas según el nivel educativo. Las personas sin un título universitario incrementaron su actividad física en un promedio de 42 minutos diarios, frente a los 15 minutos de quienes tenían un título.

En términos de género, los hombres experimentaron un aumento promedio de 45 minutos diarios de actividad física moderada al comenzar a trabajar, mientras que en las mujeres el incremento fue de 16 minutos.

El tiempo de sueño, por su parte, se redujo en casi 10 minutos al comenzar a trabajar. Aquellos sin un título universitario vieron una disminución continua en el sueño de tres minutos por año, mientras que los universitarios lograron recuperar sus niveles previos.

Integrar actividad física en la rutina diaria, especialmente fuera del entorno laboral, es importante para mantener un estilo de vida saludable

Los investigadores también examinaron otros hábitos de salud, como el consumo de frutas y verduras, y no encontraron cambios significativos tras comenzar a trabajar. Alena Oxenham, coautora del estudio, aseguró que “comenzar a trabajar puede tener un profundo impacto en nuestro estilo de vida y en comportamientos que podrían marcar una diferencia en nuestra salud, si no inmediatamente, al menos más adelante en la vida”.

Oxenham subrayó que los lugares de trabajo tienen un papel clave: “Brindar entornos y culturas que fomenten dietas más saludables, más actividad física y un mejor sueño podría dar como resultado empleados más saludables y beneficios a largo plazo”, agregó.