El 8 de febrero de 2007 es un día que la reina Letizia nunca olvidará, y no por algo bueno. Aquella mañana de invierno, que estuvo marcada por el frío y la lluvia, se conocía la muerte de su hermana pequeña, Érika. Tras la gran sorpresa inicial se descubría que la joven, que tenía 31 años, se había quitado la vida en su casa de Madrid, dejando a toda su familia descompuesta y rota de dolor.
Inolvidables son las imágenes de Letizia, totalmente descompuesta de dolor en el último adiós a su hermana, en el que estuvo arropada de su familia, que se esforzó en mostrarle su apoyo. No solo porque compartían la tristeza por su pérdida, sino porque además estaban preocupados por ella, ya que en aquel momento la mujer de Felipe VI se encontraba embarazada de seis meses de la infanta Sofía.
“Solo quería dar las gracias a todas las personas que se han sentido apenadas por la muerte de mi hermana pequeña”, pronunció devastada Letizia, que no volvió a referirse al trágico suceso. Fue su marido el que, poco después, agradeció a los medios de comunicación reunidos en el cementerio de La Paz de Madrid su “comprensión”.
Problemas de salud
La autopsia realizada al cuerpo de Érika Ortiz desveló que había muerto a causa de una sobre ingesta de tranquilizantes. Según se conoció, padecía una depresión severa y llevaba tiempo tomando medicación. Además, un año antes había roto su relación con Antonio Vigo, el padre su única hija, Carla, aunque en ese momento tenía una nueva relación amorosa con un cámara de televisión llamado Roberto.
La hermana de la reina trabajaba como interiorista y diseñadora gráfica en Globomedia, la productora de Emilio Aragón.
El ‘silencio’ de Letizia
En los 18 años que han pasado desde entonces la reina no se ha pronunciado sobre su gran pérdida de manera pública, pues siguiendo el protocolo y la gran discreción que la caracteriza ha apostado por guardar su dolor para el ámbito privado.
Sin embargo, esto no significa que se haya olvidado, ni mucho menos. Cuando el aniversario de la muerte de su hermana pequeña ha coincidido con una jornada de trabajo Letizia ha realizado algún homenaje discreto de la mejor manera que sabe, a través de su vestuario. ¿Cómo lo ha hecho? Bien luciendo una prenda negra, usada tradicionalmente para el luto en occidente, o el blanco, tono que se usa en Asia.
En esta ocasión, sin embargo, es diferente. Este 2025 la reina Letizia ha despejado totalmente su agenda y esta semana no tiene ningún acto público, por lo que podrá recordar a su hermana en la intimidad de su hogar.
Carla, su única hija
Al contrario que Letizia, quien sí se ha referido en varias ocasiones a la figura de Érika Ortiz ha sido su única hija, Carla Vigo. La joven solo tenía seis años cuando falleció su madre, y aunque no tiene muchos recuerdos de ella, siempre la tiene presente.
El suyo es también un dolor persistente y es que la ausencia de una madre es de las que más se notan, según ha comentado alguna vez.
A través de sus redes sociales, Carla suele homenajearla con fotografías y palabras cargadas de emoción. Así lo hacía en el año 2023, cuando se cumplían 16 años de su pérdida. “Ya han pasado 16 años desde tu viaje sin billete de vuelta, aunque cada vez me duele menos, pero cada día de mi vida lo que más deseo es que pudieses bajar de donde quiera que estés a darme un último abrazo y para ver la persona en la que me he convertido”, comenzaba diciendo. Y añadía: “Por aquí las cosas han cambiado mucho, pero seguimos pensando en ti. Yo estoy pasando por una etapa muy dura, pero gracias a esto te entiendo muchísimo mejor. No quiero que te preocupes por mí porque voy a estar bien y en este proceso he conocido a personitas maravillosas así que no ha sido tan malo”, terminaba.
La joven no ha tenido una vida fácil. No solo por la pérdida de su madre, también por diferentes problemas que le ha tocado capear sin su apoyo. Uno de los últimos es la bulimia, una enfermedad de la que se lleva tratando un tiempo que, según confesaba el pasado mes de noviembre, tiene buen pronóstico. “Estoy orgullosísima de mí misma”, declaraba ante los medios, dejando constancia de un gran avance del que su madre también estaría muy orgullosa.