Todo comenzó con un regalo de cumpleaños. Hace poco más de dos décadas celebraba sus primeros doce meses Piolín, el perro salchicha de Leo Chiachio y Daniel Giannone. Y al día siguiente, el 13 de diciembre, cumplía este último. Así que su amigo Juanjo Velandia decidió sorprender a ambos con un regalo que simbolizaba ese vínculo: un alter ego de la mascota, tejido con totora color naranja.

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“Nosotros justo estábamos preparando una muestra para el Macro de Rosario, y habíamos hecho muchas piezas que tenían que ver con Piolín. Le dijimos: ‘¿Che, Juanjo, te podemos pedir permiso para exponer esta pieza en junto con nuestra obra? Y él dijo: ¡Obvio!’”, recuerda ahora Giannone en diálogo con LA NACION, en Colección Amalita. Esta institución de Puerto Madero no sólo exhibe hasta el domingo una antológica del dúo creativo sino que acaba de inaugurar otra que sigue hasta mayo dedicada al acervo del Museo Piolín (MUPI), integrado por piezas de más de 120 artistas.

Daniel Giannone y Leo Chiachio, custodios del acervo; en el centro, la obra en la que se los ve a ellos como mascotas de Piolín

Entre ellos se cuentan muchos nombres consagrados de la escena nacional, como Jorge Gumier Maier, Cristina Schiavi, Fernanda Laguna, Marcelo Pombo y Marina De Caro. Pero incluso hay piezas ofrecidas de forma espontánea por quienes no los conocían hasta que se conmovieron con la idea. Como una mujer que los conoció en la playa y tejió a crochet para Piolín varias mantitas de colores, que Leo y Daniel usaron para crear la instalación Tertulia Brillantina, o un sodero con vocación artística que creó con lana un retrato en el que ambos son alzados en brazos por Piolín, cual niños pequeños o mascotas.

En primer plano, la obra que inició la colección

¿Cómo se llegó a esto? Otro de los invitados al mencionado cumpleaños y escucharon la conversación con Velandia, dijo: “¡Ah no! Si ponen una pieza de él también tienen que poner una mía”. Y así sucesivamente, hasta conformar una colección itinerante que sigue abierta a donaciones. Un importante aporte fue realizado por Leticia Kabusacki, coleccionista y abogada, quien se ocupó de redactar el “Memorándum de Entendimiento” del proyecto.

El Piolín inflable

En este documento, que establece las condiciones de la creación y el desarrollo del acervo, se especifica por ejemplo que “Piolín, por sí o a través de sus representantes, cualquier obra que lo tenga como referencia, objeto, sujeto, idea, concepto, relación con el medio, relación con el hombre, etc., realizada en cualquier soporte”. Se excluyen expresamente, claro está, materiales que provengan de animales. Por su parte, Chiachio&Ginannone se comprometen entre otras cosas a no mostrar la colección “en ningún lugar donde no sea bienvenida la presencia de Piolín”.

Los artistas posan con la obra de Gumier Maier; detrás se puede ver cómo la muestra fue colgada a la altura de la perspectiva de Piolín

Si bien este adorado integrante de la familia Chiachio&Giannone falleció en marzo último, queda claro que Colección Amalita le da la bienvenida en sus múltiples formas: el cuerpo creado con materiales descartados por Gumier Maier, el inflable “a lo Koons” con sus instrucciones de Érica Bohm, la silueta rockera retratada con púas de guitarra por Ama Amoedo o su versión warholiana en El sueño de Piolín, un film realizado en Súper 8 por Diego Lerman que emula Sleep (1964), aquel que registró al amante del rey del pop durmiendo durante más de cinco horas.

Las reglas establecen que las obras deben ser

Piolín también tiene un rol protagónico en la muestra de sus “padres”, titulada Vivir sus vidas. A tal punto que aparece pintado a modo de Kiss como integrante de la banda, y posa en el mural textil más reciente junto a su pareja, Chicha Betina, y la hija de ambos, La Dorado. El museo incluso organizará un día “Pet Friendly” para que puedan ingresar mascotas, como sucedió en septiembre en la muestra de Mercedes Larreta en la Casa Nacional del Bicentenario.

Allí, los animales podrán ver la muestra a una altura acorde a su perspectiva. Esa fue una de las condiciones establecidas desde el principio para formar parte del MUPI, cuando se resolvió también que las obras deben hacer referencia a Piolín o a su mundo y que las piezas deben ser “tamaño Piolín”.

Piolín retratado por Alberto Passolini, Valeria Valente y Gabriela Fernández

“En Asia oriental existe la leyenda del hilo rojo del destino o del amor: los dioses atan en nuestros dedos meñiques un hilo rojo que nos une inexorablemente con aquellos con los que debemos compartir nuestras vidas. No hay un tiempo estipulado. El hilo puede estirarse, enredarse, contraerse, pero nunca cortarse. Piolín, el hijo/mascota de Chiachio & Giannone fue en sí mismo un ‘Piolín rojo’. Un hilo de amor para Leo y Dani, pero también para quienes los rodean”, recuerda Patricia Caramés, curadora de esta muestra que tuvo antecedentes en el Museo Macro + Castagnino de Rosario (2005), en el Centro Cultural Recoleta (2007) y en Belleza y Felicidad Fiorito (2021).

Piolín posa en el Tigre, en el verano 2007, con el traje diseñado por Román Vitali

“A nosotros nos interesaba mucho impulsar proyectos que generen vínculos de otro tipo entre nosotros, los artistas –dice Giannone- y eso es lo que sucedió con Piolín”. Siempre a su lado, Chiachio agrega: “Hoy, en el mundo y en la Argentina, cuando todo es tan violento, es súper necesario encontrar un momento de afecto”.

Museo de Piolín (MUPI), en el marco de la muestra de Chiachio & Giannone en Colección Amalita. Piolín fue una mascota que homenajearon varios artistas formando una colección heterogénea.

Para agendar:

MUPI en Colección Amalita (Olga Cossettini 141), hasta mayo. Jueves a domingos de 12 a 20. Entrada general: $4000.