El gobierno de Australia prohibió el uso de DeepSeek en todos los dispositivos gubernamentales tras recibir recomendaciones de sus agencias de seguridad, citando riesgos de privacidad y malware asociados con la aplicación de inteligencia artificial desarrollada en China.
El chatbot DeepSeek, creado por una startup china, generó impacto en la industria tecnológica y sacudió los mercados financieros desde su lanzamiento el mes pasado. Sin embargo, varios países, incluidos Corea del Sur, Italia y Francia, expresaron preocupación por la seguridad y el manejo de datos de la aplicación.
La decisión de Australia, anunciada este miércoles, representa una de las restricciones más estrictas impuestas contra DeepSeek hasta la fecha. El enviado gubernamental de ciberseguridad australiano, Andrew Charlton, afirmó que la medida no es simbólica, sino una acción tomada en base a las evaluaciones de seguridad. “No queremos exponer los sistemas gubernamentales a estas aplicaciones”, declaró a la cadena nacional ABC.
Entre los riesgos señalados, Charlton advirtió que la información cargada en DeepSeek “podría no mantenerse privada” y que la aplicación podría exponer a los usuarios a malware.
La orden fue emitida por la Secretaria del Departamento de Asuntos Internos, Stephanie Foster, quien indicó que DeepSeek representa un “nivel inaceptable de riesgo de seguridad” para el gobierno australiano.
A partir de este miércoles, todas las agencias gubernamentales de Australia deben identificar y eliminar cualquier instancia de DeepSeek en sus sistemas y dispositivos móviles, además de bloquear su instalación y uso. La decisión recibió el apoyo bipartidista en el parlamento australiano.
Prohibiciones similares en el pasado por razones de seguridad nacional
En 2018, Australia vetó a la empresa china Huawei de su red 5G, lo que generó tensiones diplomáticas con Beijing. En 2023, también prohibió la aplicación TikTok en dispositivos gubernamentales tras advertencias de sus agencias de inteligencia.
La investigadora en ciberseguridad Dana Mckay, del Royal Melbourne Institute of Technology, respaldó la prohibición de DeepSeek, destacando que las empresas chinas están obligadas a almacenar datos, donde pueden ser inspeccionados por el gobierno chino.
Además, advirtió que DeepSeek recoge datos de patrones de escritura, lo que podría permitir identificar usuarios específicos. “Si se sabe que un trabajo proviene de una máquina gubernamental y luego esa persona busca algo comprometedor en su casa, eso se convierte en una herramienta de presión”, explicó Mckay a la agencia AFP.
Desde el inicio de su funcionamiento, DeepSeek encendió las alarmas tras afirmar que su chatbot R1 tiene capacidades comparables a los modelos de Estados Unidos pero con un costo significativamente menor.
Esto ha provocado inquietud en Silicon Valley, donde algunos expertos sospechan que la tecnología china podría haber sido ingeniada a partir de modelos estadounidenses existentes.
Corea del Sur, Irlanda, Francia, Italia y Australia expresaron inquietudes sobre el manejo de datos personales por parte de DeepSeek y el uso de información en el entrenamiento de su sistema de inteligencia artificial.
Las tensiones entre China y Australia en el ámbito tecnológico y comercial se remontan a varios años, ya que Beijing reaccionó con indignación ante la prohibición de Huawei, las restricciones a sus operaciones de influencia extranjera y el llamado de Canberra a investigar el origen de la pandemia de COVID-19.
El conflicto comercial entre ambos países, que incluyó miles de millones de dólares en sanciones y restricciones, comenzó a relajarse a finales de 2023, cuando China levantó su última barrera a la importación de langostas vivas australianas.
(Con información de AFP)