WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy que “Estados Unidos tomará el control de la Franja de Gaza” e insistió en reubicar a los palestinos desplazados por la guerra entre Israel y Hamas fuera de ese territorio en “un pedazo de tierra bueno, fresco y hermoso”. Trump sugirió además que el traslado sea “permanente”.

Al responder preguntas de los periodistas en el Salón Oval antes de recibir al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, Trump dijo que Gaza “nunca funcionó”, y describió a la Franja como un “sitio de demolición“, una “gran pila de escombros” y un “desastre por décadas”. Los palestinos, dijo, vivirían en otro lado si tuvieran una opción.

“Lo de Gaza no funcionó. Nunca funcionó”, dijo Trump. “Y siento algo muy diferente sobre Gaza que mucha gente. Pienso que deberían conseguir un pedazo de tierra bueno, fresco y hermoso. Y conseguimos que algunas personas aporten el dinero para construirlo y hacerlo bonito, habitable y agradable”, continuó sin dar detalles.

Netanyahu se convirtió este martes en el primer líder internacional que se sentó al lado del líder republicano en el Salón Oval en el inicio de su segunda presidencia. Al recibir a Netanyahu en la Casa Blanca, Trump insistió una vez más en reubicar a los palestinos “de forma permanente”.

“No creo que la gente deba regresar”, dijo Trump. “No se puede vivir en Gaza ahora mismo. Creo que necesitamos otro lugar. Creo que debería ser un lugar que haga feliz a la gente”, afirmó el mandatario.

“Si miramos a lo largo de las décadas, todo es muerte en Gaza –continuó Trump–. Esto ha estado sucediendo durante años. Todo es muerte. Si podemos conseguir una zona hermosa para reasentar a la gente, de forma permanente, en casas bonitas donde puedan ser felices y no ser baleados ni asesinados ni apuñalados hasta la muerte como está sucediendo en Gaza”.

Unos 2,2 millones de palestinos vivían en Gaza antes del inicio del nuevo conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamas. La postura de Trump no solo colisiona con el reclamo, los derechos y las aspiraciones de los palestinos, sino también con la postura de las naciones árabes de Medio Oriente, que además rechazaron una primera propuesta de recibir a los palestinos desplazados, particularmente Egipto.

Trump y Netanyahu ya forjaron un vínculo muy estrecho durante la primera administración trumpista, una relación que ahora Israel espera capitalizar en el conflicto con el grupo terrorista Hamas en la Franja de Gaza. Sentado al lado de Trump, Netanyahu le dio crédito por el último acuerdo por un alto al fuego.

“Creo que el presidente Trump ha aportado una gran fuerza y ​​liderazgo a este esfuerzo; lo agradezco. Ha ayudado mucho. Y solo les digo que estoy feliz de estar aquí y estoy seguro de que el presidente les dirá que está feliz. Y creo que eso es suficiente”, dijo el líder israelí.

Antes de la reunión, Trump brindó un fuerte gesto a favor de Israel al firmar una orden ejecutiva para sacar a Estados Unidos del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, que provee el grueso de ayuda humanitaria a los palestinos en Gaza y Cisjordania. Israel, que mantiene una relación tirante con la ONU, ya había roto relaciones con esa agencia, y ha acusado al Consejo de operar con un claro sesgo contra la nación hebrea.

En agosto pasado, la ONU echó a nueve empleados de UNRWA porque podrían haber estado involucrados en el ataque terrorista perpetrado por Hamas del 7 de octubre de 2023.

“Siempre he creído que la ONU tiene un potencial enorme, pero ahora mismo no está a la altura de ese potencial. Tenía grandes esperanzas, pero para ser sinceros, no está bien manejada y no están haciendo un buen trabajo”, dijo Trump sobre la ONU. “Tienen que ponerse las pilas”, apuntó después.

Altos funcionarios de la administración norteamericana dijeron en una llamada con periodistas antes del encuentro bilateral que Trump y Netanyahu tenían previsto discutir sobre el mantenimiento del acuerdo de alto el fuego forjado al final del gobierno de Joe Biden, y cómo liberar a los rehenes que aún quedan en manos de Hamas. Además ambos abordaron cómo Estados Unidos e Israel pueden “trabajar juntos para difundir la paz y la estabilidad” en Medio Oriente. Trump y Netanyahu también discutieron la “segunda fase” del acuerdo, el futuro de Gaza y una eventual normalización de las relaciones entre la nación judía y Arabia Saudita, el principal aliado árabe de Estados Unidos en la región.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu (segundo a la izquierda), se reunió este martes con el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Mike Waltz (izquierda), y el enviado especial del presidente Donald Trump a Medio Oriente, Steve Witkoff (tercero a la izquierda), acompañados por el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Ron Dermer (segundo a la derecha), el embajador en Estados Unidos, Yechiel Leiter (a la derecha), y el asesor de seguridad nacional, Tzachi Hanegbi. (Avi Ohayon/GPO/dpa)

“Hoy, Trump y Netanyahu hablarán sobre el mantenimiento de los acuerdos de alto el fuego y compartirán el compromiso de liberar a todos los rehenes que siguen cautivos de los terroristas de Hamas. También hablarán sobre cómo nuestros dos países pueden trabajar juntos para difundir la paz y la estabilidad en toda la región”, indicaron por la mañana los funcionarios norteamericanos.

Más allá de la inmediata continuidad –o no– del alto al fuego, uno de los puntos centrales de la bilateral fue el futuro de la Franja de Gaza y los millones de palestinos desplazados por la ofensiva israelí en respuesta al atentado terrorista de Hamas del 7 de octubre de 2023, que provocó la muerte de 1210 personas en Israel. Trump cree que Gaza es una pila de escombros y que llevará entre 10 y 15 años reconstruirla.

“Piensa que es inhumano obligar a la gente a vivir en un terreno inhabitable con municiones sin explotar y escombros, por lo que está buscando soluciones para ayudar a la gente de Gaza a tener una vida normal mientras se reconstruye la Franja de Gaza y está tratando de ver esto de una manera realista”, indicaron los funcionarios.

Pero los países árabes de la región ya rechazaron la idea de aceptar refugiados palestinos. Los ministros de Relaciones Exteriores de Qatar, Jordania, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Egipto, así como el secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y el secretario general de la Liga de los Estados Árabes se reunieron en El Cairo, Egipto, el último sábado, y emitieron una declaración conjunta reafirmando el “pleno apoyo” al reclamo territorial de los palestinos como un derecho alienable, a la vez que rechazaron cualquier movida para alentar “el traslado o el desarraigo” de los palestinos.

“También rechazaron cualquier intento de alentar el traslado o el desarraigo de los palestinos de sus tierras, bajo cualquier circunstancia o justificación”, decía la declaración conjunta, publicada en inglés por el gobierno de Qatar. “Esas acciones, señalaron, amenazan la estabilidad regional, exacerban el conflicto y socavan las perspectivas de paz y coexistencia entre los pueblos de la región”, afirmaron.

El último encuentro personal entre Donald Trump y Benjamin Netanyahu, el 26 de julio del año pasado en la residencia del entonces candidato republicano en Mar-a-Lago. (Amos Ben-Gershom/GPO/dpa)

Las autoridades palestinas dijeron que la campaña terrestre y aérea de Israel en Gaza mató a más de 47.400 personas, y que poco más de la mitad de las víctimas identificadas eran mujeres, niños o personas mayores. Las cifras no reflejan necesariamente a todas las víctimas, ya que muchas siguen bajo los escombros, según el Ministerio de Salud palestino, controlado por el grupo terrorista Hamas. Unos 10.000 cuerpos aún no fueron contabilizados, según las estimaciones palestinas.

Israel estima periódicamente el número de combatientes de Hamas muertos. El año pasado, Tel Aviv dijo que entre 17.000 y 18.000 militantes de Hamas habían muerto, aunque evaluaciones recientes sitúan el número de terroristas muertos en 20.000.

Un total de 251 personas fueron secuestradas en el ataque a Israel el 7 de octubre de 2023, el día más sangriento para el pueblo judío desde el Holocausto. De ese total, 42 siguen como rehenes en Gaza, 135 han sido liberados o rescatado, y 74 han sido confirmados muertos, según un seguimiento de The Washington Post.