La violencia sin fin. La violencia, una vez más, se adueñó del fútbol argentino. De un encuentro de primera, de la Liga Profesional, en este renovado torneo Apertura, del que apenas se han jugado tres fechas. Un episodio grave, que deberá tener serias consecuencias. De hecho, logró su propósito: la suspensión del encuentro entre Godoy Cruz y Talleres, luego de que Diego Martín, uno de los jueces de línea, recibió el impacto de un proyectil en su frente desde una de las tribunas del estadio Victor Legrotaglie, antes del arranque del segundo tiempo, con el partido igualado sin goles.

Yael Falcón Pérez invita al juez agredido a retirarse para ser atendido

Mientras los protagonistas se preparaban para el arranque de la segunda mitad, Yael Falcón Pérez, el árbitro, contempló a pocos metros la agresión a Martín, víctima de un proyectil que bajó desde la tribuna popular local. El impacto le produjo un profundo corte en su frente y un estado de conmoción. Pasaron varios minutos, de máxima tensión.

Pese a que rápidamente recibió la atención médica por parte del cuerpo médico de Godoy Cruz, el asistente seguía afectado por el golpe y Falcón Pérez les comunicó a los capitanes Federico Rasmussen y Guido Herrera que no se podía seguir con el encuentro. Más allá de las charlas y discusiones, nadie se opuso a la medida.

“No hay posibilidades de seguir. No vamos a permitir que ninguno de nosotros salga lastimado. Si nosotros seguimos jugando, va a seguir pasando. Sé que no es culpa de los jugadores, es culpa de gente incivilizada”, comentó Falcón Pérez ante una nueva suspensión de un encuentro en Mendoza. Durante 2024, en un choque entre el elenco local y San Lorenzo, también hubo un partido suspendido.

Ernesto Pedernera, el DT de Godoy Cruz, afirmó: “Estaba lejos de la acción y no vi bien qué pasó. Pero entiendo que la agresión existió. No sé si fue precipitada la decisión de suspender el encuentro o se tomó demasiado rápido. Nos vamos muy tristes. Son ocasiones en las que sobran las palabras”. Y fue más allá: “Es difícil hablar de un hecho deportivo cuando sucede esto dentro de una sociedad. Así está la sociedad y también somos responsables de ello. En otros lugares también pasa lo mismo. Esta vez, lamentablemente, tocó acá. Es un espectáculo deportivo y la seguridad es muy importante”, sostuvo.

Alejandro Chapini, el presidente de Godoy Cruz, también se mostró conmovido. “Esto no tiene nada que ver con el fútbol y con el 99 por ciento de la gente que estaba viendo el partido. Nos solidarizamos con la gente del arbitraje, los estamos acompañando a los árbitros y los asistentes a donde los van a llevar. Quieren ver si está bien, nuestro médico lo vio, está bastante bien. Tuvo un pequeño corte, hay que hacer lo que hay que hacer…”, señaló.

Y brindó un análisis de lo que suele ocurrir en el fútbol nuestro. Sobre todo, en Mendoza. “Son cosas que nos exceden. Esta vez no tuvo nada que ver la policía, un inadaptado tiró un pedazo de una bandera y le pegó en la parte izquierda de la frente. Ahora hay que ver las cámaras, ver realmente qué pasó y después hacer un descargo. Pero antes que nada está la persona. Y eso es lo más importante en estos momentos”, puntualizó el dirigente.

Cacique Medina, el entrenador de Talleres, amplió el concepto. “Hay que respetar la decisión que tomó el árbitro. Hay que tener cuidado con todo esto. Estamos muy sorprendidos. Al principio no entendíamos qué estaba sucediendo. La integridad de los árbitros se vio afectada”, dijo. “Lamentable lo sucedido. El árbitro no estaba para seguir y hay que respetar. No va en contra de la hinchada de Godoy Cruz: siempre hay un malintencionado. Nos quedan 45 minutos en el debe…”, advirtió.

Martín se encontraba consciente y se esperaba que se someta a estudios. Se espera una durísima sanción para Godoy Cruz. El antecedente del año pasado ante San Lorenzo despierta preocupación, ya que ese match, por la Copa de la Liga, comenzó a jugarse un 25 de mayo y recién se reanudó el 12 de octubre, casi cinco meses después, ya en medio de otro campeonato. ¿Y ahora? Los calendarios apremian. Pero lo más grave es lo que ocurrió otra vez en el fútbol argentino.

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