Después de las balaceras y bloqueos carreteros registrados el 3 de febrero en Nuevo Laredo, Tamaulipas, algunos planteles educativos anunciaron una ligera modificación al horario de clases con el objetivo de resguardar a la comunidad docente y estudiantil.
A través de su cuenta oficial de Facebook, la administración de la Secundaria General No. 13 comunicó que intentarían reanudar las actividades con normalidad después del día de asueto. Sin embargo, el director permitió que la asistencia de las y los alumnos quedara a total consideración de sus familiares y, en caso de ausentarse, los jóvenes no tendrán repercusión alguna.
Por otro lado, la Escuela Secundaria Técnica No. 79 ‘Eugenio Hernández Balboa’ informó que el horario de entrada para las y los estudiantes se recorrería una hora para el 4 de febrero, por lo que la jornada de clases para esta fecha sería de las 08:00 a las 13:10 horas.
Una medida similar fue implementada por la dirección de la Escuela Secundaria General No. 3 ‘Dr. Belisario Domínguez’, pues las clases abarcarían un horario de 07:50 a 13:10 horas. En este plantel también se abrió la posibilidad de que la asistencia del alumnado fuera a criterio de las madres y padres de familia.
Captura de un líder criminal desata ola de violencia
Poco antes de las ocho de la mañana del 3 de febrero, autoridades federales ubicaron y capturaron en Nuevo Laredo a Ricardo “G”, alias ‘Ricky’, identificado como jefe regional del Cártel del Noreste y líder de la célula delictiva identificada como Los Chukys.
Fuentes federales confirmaron a este medio que ‘Ricky’, también conocido como ‘Mando R’, era el segundo al mando de la organización criminal, únicamente por debajo de Juan Cisneros Treviño, alias ‘Juanito Treviño’, identificado como sobrino de Miguel Ángel (alias ‘Z-40′) y Omar Treviño Morales (alias ‘Z-42′), exlíderes de Los Zetas.
Las fuerzas de seguridad contaban con órdenes de aprehensión contra Ricardo “G” por múltiples ilícitos, entre los que destacan homicidio calificado, privación de la libertad, delitos contra instituciones oficiales y servidores públicos y daños calificados causados por incendio, inundación o explosión.
A este hombre se le atribuye la coordinación y participación en un ataque armado contra elementos del Ejército Mexicano ocurrido el 17 de agosto de 2024. La confrontación dejó un saldo de cinco militares heridos y dos muertos. De igual manera, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) lo identifica como presunto responsable del homicidio de seis miembros de la Fuerza Civil de Nuevo León.