SAN CARLOS DE BARILOCHE.- A dos semanas de haber sido detenido y luego liberado en El Bolsón, Facundo Jones Huala presentó el domingo en esta ciudad su libro Entre Rejas, Antipoesía incendiaria. En un evento que reunió a un puñado de personas en la sala Rafael Nahuel de la Biblioteca Aimé Paine –entre ellos, su madre, María Isabel Huala–, el lonko mapuche ratificó que pertenece a la “demonizada y existente” Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) y apoyó “la acción” de la “Facción Autónoma de Liberación Mapuche Puelwillimapu”, que recientemente se adjudicó el ataque a una estancia en cercanías de Esquel.

“Soy un militante de la causa mapuche, soy revolucionario, anticapitalista, antisistema. Reivindico los sabotajes, las acciones de resistencia, de autodefensa, la rebelión frente a la opresión de la que siempre hemos sido objeto”, se definió a modo de presentación. A continuación, Jones Huala se refirió al momento en que fue apresado hace pocos días en El Bolsón. Cuando se conoció la noticia, desde el gobierno rionegrino informaron que el líder mapuche había sido arrestado mientras intentaba abrir unos autos con intenciones de hurto. Sin embargo, fue liberado horas después. Tal como explicaron sus abogados defensores, la fiscal estudió los videos de la vía pública y “no encontró ningún delito para que pudiera ser imputado”.

Jones Huala dijo que ese episodio le hizo recordar a su niñez y adolescencia: “Nos agarraban los milicos y nos daban unas tremendas palizas, porque éramos unos indios que le dábamos mal aspecto a la ciudad. Ahora le llaman racismo estructural, pero era algo normal para nosotros. Hacía mucho que no me pegaban así y, esta vez, me acordé de mi adolescencia. Si bien ya venía trabajando en este libro, ese fue uno de los hechos que me hizo decidir a publicar”.

Además de subrayar que la RAM existe y “es el sector más autonomista del movimiento mapuche”, Jones Huala afirmó que reivindica la liberación nacional “e incluso la lucha armada”. Según explicó, “eso no significa agarrar los fierros mañana, sino que todas las herramientas son válidas para la liberación de nuestro pueblo”.

En ese sentido, también contó que los textos que forman parte del poemario –que él define como un “panfleto visceral”, “un grito insurreccional” y un “llamado a la rebelión constante”– fueron escritos durante el tiempo que pasó en la cárcel en Chile. Si bien escribe desde los 12 años, el lonko aseguró que hasta ahora le había dado vergüenza publicar textos que no fueran políticos.

“A mí, la cárcel no me hizo cambiar ni medio milímetro las ideas que tenía antes de caer en cana. Sí soy autocrítico de algunas cosas, por eso decidí sacar a la luz esta faceta pseudo artística. Mi objetivo no es ser un artista. Sino, no me habría dedicado a combatir al sistema, a intentar encontrar un camino hacia la liberación de nuestro pueblo, hacia la reconstrucción de nuestro mundo. Soy crítico del arte, pero sé que es una herramienta. No existe el arte apolítico. Jugarse la vida, prender fuego aquello que atenta contra lo que nos heredaron nuestros antepasados: esa es la mayor poesía para mí”, desafió Jones Huala, y sumó que el otro nombre que pensó para su libro era La rebeldía es la mayor poesía.

Además de concebir su libro como un “arma de lucha”, Jones Huala se refirió al provocador título elegido, en medio de acusaciones al pueblo mapuche por los incendios que permanecen activos en la Comarca Andina. “No van a encontrar poesía de pajaritos y de flores. Yo reivindico los sabotajes y los atentados incendiarios a la infraestructura del sistema capitalista, de las trasnacionales, de los terratenientes. Pero nosotros jamás hemos atacado nuestro entorno ni a las personas. Dicen que andamos prendiendo fuego los bosques donde vive nuestra gente. Todas mentiras. Jamás lo hemos hecho ni lo haríamos. El lugar que se está quemando en El Bolsón lo quieren lotear desde hace años, [Joe] Lewis tiene intereses ahí. Necesitaban esto para hacer negocios como hacen siempre”, sentenció.

El dirigente mapuche Facundo Jones Huala

Por otro lado, el referente de la RAM criticó el “arte llorón” con sentimientos de “victimización”. “Eso cambia cuando alguien se compromete con u pueblo y deja de hacer cosas para agradar y de decirle al enemigo que nos respete porque somos personas. Cambia cuando empezamos a hablarnos a nosotros mismos. No me interesa lo que piensen [Patricia] Bullrich, [Javier] Milei, Cristina Fernández. No les voy a cambiar la mente, no quiero que me den derechos, que le regalen la libertad a nuestro pueblo. Nosotros mismos tenemos la capacidad de hacerlo realidad, de recuperar nuestra cultura, de reconstruir nuestra nación”, señaló.

Tal como explicó, esos pensamientos dieron origen al libro. “Con que genere movimiento en las neuronas, en el sentimiento, una respuesta positiva o negativa, ya es suficiente. Esto tiene que ver con instalar el debate y ponerle el pecho a lo que pensamos”, dijo Jones Huala.

Y sumó: “Para el winka [el hombre blanco] siempre vamos a ser el enemigo interno, lo somos desde hace más de 200 años. Los que no quieren combatir hoy ‘cobran’ igual, los echan igual de sus territorios. Si los mapuche hubiésemos sido capaces de tener un proceso de control territorial serio y digno en la comarca, sostenido en el tiempo, los winkas no se hubiesen animado a hacer lo que hicieron, en esa zona donde reina el pacifismo y las ideas de paz y amor”.

Sobre el final de la presentación de Entre Rejas, Antipoesía incendiaria, Jones Huala advirtió que su intención es la de “alentar a la lucha de nuestro pueblo”. Y cerró: “Me gusta ser polémico porque eso es lo que genera el debate, la discusión. Si no debatimos, ¿cómo vamos a madurar nuestras ideas? Al no haber discusión política ni debate, se imponen las tendencias ya impuestas. Muchos de los movimientos populares hoy levantan banderas que no traen emancipación a los pueblos oprimidos sino que nos enfrascan en discusiones vacías”.