El nombre Bluey ha trascendido el tiempo, convirtiéndose en un ícono en Australia, tanto en la historia canina como en la cultura popular. Más que un simple nombre, es sinónimo de longevidad y resistencia, pues pertenece al pastor ganadero australiano que, según el Libro Guinness de los Récords, ostenta el logro mundial de vida en perros.
Nacido el 7 de junio de 1910 en Rochester, Victoria, Bluey no solo fue un testimonio viviente del impacto de los cuidados adecuados, sino también un caso de estudio para la ciencia veterinaria, que buscó respuestas en su excepcional trayectoria.
Tiempo después el nombre Bluey volvió a brillar con una nueva identidad. En 2018, la serie animada creada por Joe Brumm conquistó a millones de niños en todo el mundo, despertando la curiosidad sobre si existe un vínculo entre el legendario perro australiano y la entrañable cachorra azul que protagoniza la historia animada.
La historia del perro más longevo del mundo
En la tranquila localidad de Rochester, en el estado de Victoria, Australia, nació un cachorro de raza pastor ganadero australiano (blue heeler) que con el tiempo se convertiría en una verdadera leyenda.
Su nombre era Bluey, y fue adquirido por William Hall, el abuelo de Edna Staley, quien lo recibió siendo apenas un cachorro. Desde sus primeros meses de vida demostró las cualidades de su raza, inteligencia, energía y una lealtad inquebrantable.
Años más tarde pasó a manos del padre de Edna Staley, quien lo convirtió en un trabajador indispensable en la granja familiar. Durante casi dos décadas, desempeñó un papel clave en el pastoreo de ovejas y ganado, demostrando una resistencia y vitalidad extraordinarias.
Su presencia no solo facilitaba las tareas diarias del campo, sino que también se convirtió en una compañía constante para la familia. Según Edna Staley, quien tenía solo diez años cuando Bluey murió, el perro era ya muy viejo en sus últimos años y pasaba la mayor parte del tiempo descansando en el patio trasero.
“No era como los cachorros con los que se puede jugar… Bluey era solo un perro que estaba en el patio trasero, simplemente estaba tirado”, recordó en una entrevista con ABCentral Victoria en 2024.
Sin embargo, su conexión con la familia iba más allá de su edad avanzada. “Me dijeron que cuando éramos pequeños, mamá solía llevar el cochecito por la calle y Bluey la seguía. Se sentaba afuera de la tienda con el cochecito grande hasta que mamá salía”, contó.
La longevidad de Bluey comenzó a llamar la atención, en 1936, con 29 años y cinco meses, fue reconocido como el perro más viejo del mundo, un título que quedó registrado en el Libro Guinness de los Récords.
Sin embargo, el tiempo cobró su precio y en 1939 su salud comenzó a deteriorarse. A causa de su avanzada edad y los problemas asociados a ella, Bluey fue sacrificado humanitariamente el 14 de noviembre de 1939, cerrando así una vida excepcional.
Su legado, sin embargo, nunca se apagó. Su historia quedó grabada en la memoria colectiva de Rochester y más allá. “Al vivir en un pueblo pequeño como Rochester, la gente conocía a papá y a su perro”, recordó Edna Staley.
¿Bluey tiene alguna relación con la serie animada?
La serie animada “Bluey”, creada por Joe Brumm y estrenada en 2018, ha conquistado a audiencias de todo el mundo con su tierna representación de la vida familiar y el juego infantil.
Inspirado en su propia infancia en Australia y en su experiencia como padre, Brumm eligió como protagonista a un cachorro de la raza blue heeler, una decisión que aporta autenticidad y refuerza la identidad australiana de la historia.
De acuerdo con la revista científica Muy Interesante, esta raza, conocida por su lealtad y energía incansable, ha sido parte fundamental del trabajo rural en el país, lo que añade una capa de significado a la serie.
Si bien la serie y el legendario perro Bluey comparten nombre y raza, no existen pruebas de que el creador se haya inspirado directamente en el can histórico. Sin embargo, la coincidencia es llamativa. Mientras el Bluey real se convirtió en un símbolo de resistencia y longevidad, el Bluey animado representa la curiosidad, la creatividad y la importancia del juego en el desarrollo infantil. Ambos, de manera distinta, encarnan valores profundamente arraigados en la cultura australiana.
Más allá de cualquier conexión directa, el nombre “Bluey” se ha consolidado como un emblema cultural del país, evocando tanto el pasado rural como la modernidad. La serie ha logrado que nuevas generaciones se identifiquen con la esencia de la raza, transmitiendo la calidez y la energía de esta raza a través de historias entrañables que resuenan con niños y adultos por igual.