La escritora Arantza Portabales lleva el asesinato hasta una gran familia de magnates en Galicia en su nueva novela, ‘Asesinato en la Casa Rosa’ (Lumen), unos personajes que recuerdan a la familia de Amancio Ortega, aunque Portabales ha asegurado que no es un retrato.

«Sueno muy bruta pero se mueren cuatro personas que vienen en una patera y todos empatizamos muchísimo, nos dan muchísima pena. Se meten cuatro personas a ver el Titanic, explotan y la reacción ya no es la misma. ‘¿Qué necesidad? ¿Quién les mandaría? Les está bien empleado por no saber qué hacer con el dinero’. Esto internamente es lo que la gente está pensando. Empatizamos muy poco con el muy rico. Cuando colocas estas historias en ese contexto, todos queremos mirar por la mirilla. Aquí (en la novela) me lo he pasado muy bien porque jugaba sobre seguro», ha explicado la autora gallega, aunque nacida en País Vasco, en un encuentro con medios este lunes.

Aunque el caso que narra, muy al estilo Agatha Christie –una familia, en una casa cerrada en la que ha habido un asesinato del que todos son sospechosos–, ocurre en el seno de una familia que posee una de las fortunas más importantes del país y dueño de un imperio vinculado al ámbito sanitario, Portabales le da protganismo a la inspectora Iria Santaclara, encargada de resolver el caso. «Ha llegado el momento de las mujeres», ha explicado la escritora al ser preguntada por el crecimiento de «investigadoras» en la novela negra.

Así, ha asegurado que se siente «cómoda» retratando personajes fuertes femeninos, aunque ha reiterado que no debería ser algo extraño, y que hay que «normalizarlo».

«Hay mujeres astronautas, abogadas, interventoras, cajeras de supermercado, asesinas, víctimas… Hay que normalizarlo. Me siento muy cómoda con personajes femeninos fuertes. Además, me toca trabajar con hombres, soy funcionaria y he tenido un recorrido en el me he enfrentado en igualdad de condiciones para entrar en mi trabajo. Pero es verdad que esa condescendencia que recibimos las mujeres me gusta reflejarla. Aspiro a que en el futuro no suceda, pero me gusta que quede escrito», ha añadido Portabales para luego explicar que en ‘Asesinato en la Casa Rosa’ también pone de manifiesto el peso que recae sobre las mujeres en los cuidados de los mayores o de personas con dependencia.

En esta primera entrega de lo que parece, según ella misma, una nueva saga negra llamada ‘Los crímenes de Loeiro’, la escritora regresa a Galicia para resolver un crimen y en ese sentido ha precisado que aunque en sus novelas mata a más mujeres, la maldad «no tiene género».

«A la hora de la verdad, la maldad ni tiene rostro, ni tiene género. Hay mujeres que asesinan, que han cometido crímenes sangrientos, abominables. Y ha habido excelentes envenenadores o gente maquiavélica. A la hora de escribir no veo diferencias, sí veo diferencias en los personajes o en la forma de reaccionar, en cómo asumen sus miedos, sus culpas. Ahora, no determinan que sean mejores o peores personas, porque hay hombres buenos y malos, y mujeres buenas y malas. Y víctimas hombres y mujeres», ha precisado.

EL LECTOR DE NOVELA NEGRA «ESTÁ DESEANDO QUE LO ENGAÑES»

Aunque Portabales sabe que el género ‘noir gallego’ está de moda, ha explicado que en su caso, lo escribe porque se lo pasa muy bien «matando», le divierte. Además, asegura que el lector de este tipo de thrillers está «deseando» que el autor le «engañe».

«Me divierto matando gente, me divierto pensando cómo va a morir, me divierto. No comparto esto de que la mejor novela muestra la sociedad, no. La literatura muestra la sociedad siempre, escribir es contar lo que pasa a tu alrededor y lo puedes contar desde la perspectiva de una relación de pareja, de la maternidad, desde de la salud mental… Pero con la novela negra me lo paso muy bien porque al final estoy jugando con el lector, le estoy engañando todo el tiempo y él sabe que lo quiero engañar. Está deseando que lo engañes», ha bromeado.

Portabales es autora de ‘Belleza roja’ (Lumen, 2019), ganadora del Premio Frei Martín Sarmiento, con el que inició la serie protagonizada por la pareja de policías Abad y Barroso, que continuó en otros dos volúmenes.

Precisamente, ha señalado que este tipo de novela está creciendo cada vez más en el norte de España, en Galicia o en País Vasco, porque es una zona que se «presta» para estos relatos. Ella misma escribe en gallego y en castellano por igual, y ha explicado que la misma novela la escribe en ambos idiomas. «Somos gente oscura, llueve mucho, da ganas de matar gente», ha concluido entre risas.