El Gobierno comenzó con la implementación de un nuevo sistema de control para los micros y vehículos de pasajeros que salen desde la terminal de Retiro. Se trata de un banco de pruebas dinamométrico conocido como “El Rodillo”, que mide el estado integral de los vehículos y busca, principalmente, controlar los límites de velocidad.

Según informaron autoridades, a partir de ahora -y con la nueva tecnología a disposición, reparada y en funcionamiento- en los casos en los agentes de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) comprueben irregularidades se procederá a retener el vehículo hasta que cumpla con los parámetros y se adapte a estos requisitos. Además, se procede a emitir un acta de infracción correspondiente.

En esta primera semana de implementación del “Rodillo” ya se llevaron adelante 63 controles -que se realizan de forma aleatoria y azarosa- y se desafectaron 11 vehículos de los servicios, es decir, casi el 20% de los micros de larga distancia no pasaron los controles del Estado.

El mecanismo de control que implementó el Gobierno.

Las pruebas que se le realizan a los vehículos incluyen verificaciones al límite de velocidad, al instrumental de cabina (que registra la velocidad real a la que circula la unidad), y al impedimento de apertura de puertas cuando la velocidad de marcha de la unidad es mayor a los 5 kilómetros por hora, puntualmente en el transporte urbano.

Además, en la revisión se verifica el estado de la carrocería, de los neumáticos, de las chapas, patente y luces; la documentación del vehículo y del personal a cargo; la instalación de los cinturones de seguridad; el matafuego; las escotillas y salidas de emergencia; la existencia del martillo para rotura de cristales de emergencia; el estado general de todos los cristales, tanto de parabrisas como de ventanas y espejos; la iluminación, escaleras y pisos; y limpieza del vehículo en su parte interior, entre otros aspectos centrales.

Esta prueba afectará de forma aleatoria a los vehículos que pasen por la terminal de Retiro.

Este sistema ya había sido implementado durante la gestión anterior, pero -según informaron desde la administración mileísta- al asumir en 2023, el “Rodillo” se encontraba “fuera de servicio y deteriorado en su estructura, con degradaciones en los cilindros”.

Tras una serie de tareas de reparación que comenzaron a fines del año pasado, se reinstalaron los cilindros y se reparó la estructura, sumado a que se hicieron pruebas y certificaciones que dejaron al Banco de Pruebas “en condiciones óptimas de uso”.